A Javier Sicilia
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Enrique González Rojo Arthur
Periódico La Jornada Jueves 12 de mayo de 2011, pág. 4
Hoy por hoy nuestra patria,
con todos sus colores desteñidos. es tan campo minado por el infortunio, tan infierno nuestro de todos los días, que la poesía, capaz no sólo de asaltar a la belleza para robarle sus secretos, sino de cantar al dolor, decir de la llaga, ser cronista de la asfixiante y vieja forma en que las flores saben marchitarse, en fin, salir de su funda para soltar al delincuente y sus cómplices de arriba, su ráfaga de salvajes aullidos de denuncia, se ve forzada de pronto a callar, a morderse la lengua, a amurallar el grito, a decirse ¿dónde diablos pongo este escándalo que se instala en mi pecho, este cementerio en llamas que cargo a la espalda? Un poeta, un verdadero poeta que enmudece es en la patria de hoy una tragedia, algo que amerita poner las banderas a media asta. ¿Por qué, Javier, se han muerto entre tus labios los gorriones? ¿Por qué le has roto a todos tus lápices la punta? No me respondas. Sé lo que te ocurre. No puede sorprendernos. Pero tal vez tu estruendo sin vocablos,
17 de abril de 2011
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