Después de haber guiado algunas horas…
Después de haber guiado algunas horas miro la cara de mi interlocutor y veo que sus rasgos se separan, continúan abriéndose en la fuga de un camino arbolado. Hazme de camino, ahora. Mientras me hablas, yo surco el espacio incontrastado de tu cara.
El abrazo
Tú duerme a mi lado así yo me inclino y pegado a tu rostro tomo sueño de ti como hace una mecha con otra mecha que le pasa el fuego. Y las dos luces brillan mientras la llama pasa y el sueño hila. Pero mientras hila vibra la caldera en los sótanos. Allá abajo se quema una naturaleza fósil, allá en el fondo arde la Prehistoria, muertas turbas sumergidas, fermentadas, rugen en mi termotanque. En una oscura aureola de petróleo, el cuartito es un nido recalentado por depósitos orgánicos y hogueras. Y nosotros, mechas, somos las dos lenguas de aquella única antorcha paleozoica.
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