diciembre 2023 / Inéditos

Y encuentro una imagen salvaje de mí misma

 
la inspiración   como el estilo
es una mancha a lo lejos que parece vibrar
es una boca sobre la luz del sol
una cabellera ondulante bajo el agua
aparece cuando te tiendes sobre una cama blanquísima
y la arena raspa
cuando las libretas vagan
como estrellas muertas en universos de ropa
cuando la letra es un fantasma
que no toca el recuadro de tiza
ni deja de resbalar hacia otros mundos

la inspiración como el estilo
es un bulto bajo la piel
que arde
que pica
que un buen día se vuelve roca
entonces puedes lanzarlo
y mirar cómo se hunde   sin reparos

 
 
antimonumento

*
vuelvo a los monumentos
o quizá son ellos los que vienen otra vez
irrumpen en la casa
comen y dejan trastes sucios
nos sugieren vestir cierta ropa sin bolsillos
usar palabras extrañas
esperar en poses incómodas

hemos deseado trenes y las miradas de los trenes
hemos deseado ser poderosas inmaculadas
o simples vagabundas
nos hemos visto como reinas como hetairas
como bolas de fuego
nos hemos desgreñado   odiado
acabamos con la histeria y el culo al aire
con el cuerpo deshecho
hemos creído en el cielo en la casa
en la envidia del pene
no
sin embargo
nos deslizamos como por un plano inclinado
hacia la trampa
no del teléfono
sino del amor

 
 
**
vienen con sus látigos de piedra
carros de fuego
leones águilas
y todo tipo de animales que les parecen gallardos
pero no nos meten miedo
si vemos una de esas caudas por las que tanto han llorado
pensamos que quizá deberíamos lamernos los pezones
y poner más hielos en el congelador

 
 
***
me cago en los monumentos
y la caca me cae en la cara porque cago
como dice mi padre
más alto que el culo
lo cual no me interesa
porque sé que toda victoria es pírrica
y por cada monumento de triunfo
hay dos o tres antimonumentos de masilla
entre los dientes del pueblo

 
 
ya no hay estilo, amor mío
nos hundimos en el miedo
y esas gotas raras
nos descomponen la voz
pero igual sueñas
y no te rompes
o sueñas que te rompes
y que te lleva la ola
la arena está muy lejos
imposible volver a la costa
imposible no hundirse

no hay más estilo
que surcar de perrito
los mares

 
 
arde (fragmentos)

en esta casa besada por el fuego
se enrosca una saliva de cráteres
un moco lento avanza entre rocas
una gota gorda está a punto de explotar
de arañar el agua del fuego con su estornudo

un remolino famélico avanza por la enana de sus ojos
por las rendijas camina la sombra que a veces nos sigue
tocándolo todo
mesa / banco / árbol / lengua
deja una mugre fantasma
microscópicas manchas de café
invisibles madejas de pelo muerto
inexistentes colonias de moho
trazan otro itinerario
que la carcoma de su lección inaugural

 
 
si todo es un plagio
prefiero plagiar a un gato.

entre cajas de cartón
aguardar la noche

cruzar precipicios
como quien va de la estancia a la cocina

dar la muerte
o morir sin aspavientos

cagar en jardines recién podados
y no tener más amo
que el sueño

 
 
los banqueros traman sus pesadillas
pero las soñamos nosotros.
aquí desfiguramos el día
y la noche cuelga
como un delantal
para limpiarse la grasa
                                       de los dedos

 
 
hallamos pocas cosas
no quedan cubitos de hielo en el refrigerador
hay compresas frías
por si el golpe resulta demasiado doloroso
busco alguna colilla fumable
y encuentro una imagen salvaje de mí misma
preferiría comer papas fritas con salsa cátsup
tomar cerveza con limón
preferiría no tener que usar el tronco común del espino
ni el sonido del espanto
pero hallamos aves muertas alrededor del sol
y viajamos treinta o mil kilómetros
para olvidar que volamos en círculos
que volverán nuestros huesos al desierto
y nos perderemos sin duda
en altamar

 
 
así es
en esta casa mecida por el fuego
recuerdan los dormidos
amontonados unos contra otros
niños con los zapatos puestos
hechas nudo las manos
ahorcados   desmembrados
o con un tercer ojo de plomo
rimbauds polifemos
ciegos niñas muertos
chiquillas con la falda sobre la barriga
zapatitos de tacón bajo
mochilas           uñas recién pintadas
señoras de tenis y pantaloncillos cortos
salvadoreños con atuendo de viaje
chamarras, gorras, calcetines
gordos, flacas, chicos, altos
no sueltan la amarra de la tierra
vienen lentamente
hacia nosotros tienden los brazos
y son hongo, fruta y pasto nuestros
que los devoramos

 
 
mis pisadas sobre el musgo
suenan a pólvora mojada
las repeticiones pop y las enumeraciones postpunk
saben a anuncio de benetton
los poemas son manuales de objetos perdidos

en esta casta oficina
tantos rostros empapelan las paredes
que no hay sitio para más ausencia

a lo lejos retumban los cuetes de san judas
y los reguetones de sus devotos nos adiestran
en la separación de hombres y mujeres
los ritmos acéfalos
el trabajo por horas
el sexo artrópodo
pero nadie nos instruye acerca del hundimiento
nadie     abre fuego

 
 
pensamos que ahogarnos en un mar helado
sería bueno
que dejarlo todo
sería mejor
pero saber de poesía      
una o dos cosas
sería realmente       mucho mejor

 


Autor

Draupadí de Mora

Ciudad de México, 1984. Poeta. Ha publicado El jardín de los violadores amables (2016), Lo merecemos todo (2017) y Obeliscos (2021). En 2020 le fue concedida la beca Montserrat Roig/UNESCO para residencias de escritura en Barcelona, España. A la par de su trabajo poético, se desempeña como traductora de portugués y es coeditora de la revista cartonera Puf!, en colaboración con Martín Cinzano.

diciembre 2023