Poeta frente al mar
De perfil,
ve de frente el horizonte,
la línea que diluye
en un solo fulgor
todos los mares y cielos de la tierra;
esa línea intemporal
donde se funden
el amar y el mar,
donde la luz que da de lleno
se vacía
en la templanza oscura—
y emergen desde el fondo
palabras
y sus destinos huidizos.
Se decantan
en un ritmo de mar,
en un brillo de ola;
corren sobre las crestas
fulgurantes,
vibrando a una
con esa luz,
ese sabor de brisa
y sus ligeros toques en la lengua,
ese aroma encendido,
ese bogar.
Amanecer en Kalamata
Como bandadas de patos migratorios
las casas se apilan blancas
a la orilla.
El mar
inmóvil
—como aceite—
refleja el claroscuro de los montes.
La música de una lengua
emerge del sueño.
Una reverberación,
hilos brillantes
traspasan la oscuridad.
Ruido de pájaros,
un olor de tomillo—
ya sabidos también
y siempre nuevos.
Las casas de arriba
son cabras dispersas por el monte.
La luz destella en los anchos olivares.
El oleaje cobra nitidez
y rompe contra las barcas
el silencio
abriendo el día.
Vino
en su cumpleaños
Hierbas salitrosas en la arena,
pequeños caparazones—
y la vida que corre
entre esas piedras
sigue su cauce
como los ríos que van al mar
que no es el morir—
sino un mar de gozo inabarcable,
de mareas que suben
inmensas de pronto
—casi lomos de ballenas—
o lentas, plácidas,
embriagan cada resquicio de conciencia.
Ah, plenitud del día a medianoche
y de la noche bajo el sol.
Y el vino,
otro río que corre
celebrante
por las vetas del sueño
en esas playas.
Jardín
El sol de mediodía
enciende las violetas silvestres en sus tiestos.
La orquídea tigre curva sus racimos
de flores diminutas.
Las heliconias se descuelgan contra el muro
—picos de tucán—
heliconias/gelidoñas /
golondrinas—
entran y danzan en el jardín
y van del filodendro a las palmeras.
Un sueño invade la piel,
eriza sus pistilos,
se entremece en sus frondas.
Brilla
anónimo y azul
como si dibujara
una copia del mundo invisible.
Deja correr sus savias—
hacia el sol del crepúsculo
mientras van palideciendo
los brillos opuestos de colores en lucha.
Y en medio de lo oscuro
se vuelve un torrente de luz
un surtidor.
Café bar Las Hormigas
Las cenefas de corazones art-nouveau,
la luz del crepúsculo iluminando
las ramas de los cedros,
el viento suave que las mece
y un deseo de navegar en otros mares
se entremezclan.
Luces distantes.
Sombras anidando entre las hojas
mientras el ánimo
se recoge
en su propio nido oscuro
y las ventanas reflejan
la hora indecisa
entre el fulgor y el vuelo.
Las luces se encienden y se ocultan
tras las ramas que se mecen.
Y la noche penetra
lenta
hasta el fondo del pecho.
Y allí se vuelve amor—
núcleo de ese instante
enardecido.
* Poemas pertenecientes al libro Isla Negra (Ediciones Era, 2023).
Autor
Elsa Cross
/ Ciudad de México, 1946. Poeta, traductora, ensayista y profesora de filosofía de la religión en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es autora de una veintena de libros de poesía y su obra ha sido traducida a múltiples idiomas. Ha sido reconocida con el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Roger Caillois y la Medalla de Bellas Artes, entre otras distinciones. Su libro más reciente es Isla Negra (2023).