septiembre 2024 / Inéditos

¿Qué hay en un nombre?

 
Limitaciones lingüísticas 

Tendría que renacer
cientos de veces
en bacteria,
   caracol,
      liquen o pez.

Habría que ser 
abeja abigarrada
para conocer
   sentires, 
   percepciones
que rebasan
por años luz
la escaramuza de palabras,
   conexiones y abstracciones
que me atan de pies y manos
al suelo.

Mi portal al mundo
me toma la barbilla,
dirige mi mirada.

Como una madre,
su voz de rocío dice, 
      “esto es una rosa”.

Pero,

               ¿qué hay en un nombre?

Una rosa 
con cualquier otro nombre
olería tan dulce.1

La mística del mundo 
está del otro lado
del mar quimérico
e infinito
que no logro sopesar.

Cualquier intento 
de acercarse 
al regocijante
lenguaje de los árboles,
las semillas y el viento
es en vano.

               ¿Es en vano?

Me corrijo.

Cualquier intento
de acercarse
al alborozado
lenguaje del aleteo,
los cantos
y la mirada hacia la luz
es guardarse al mundo
en el bolsillo,
palparlo contra el pecho,
acostarlo por las noches
y decirle:

      te quiero.


 
Lenguaje en común

Al alba,
la luz ríe sombras azules en el río.

Carcajadas
que bailan en el verde templado.

El viento compone melodías
entre las hojas de los ahuehuetes.

La roca,
el musgo,
la bacteria,
      que guardan la memoria de momentos como éste,
escuchan.

Escuchamos.

La canción de los árboles,
el rugir del aire
en el cuerpo.

La rapsodia de nuestro lenguaje en común.


 
Tortilla de harina

Sentada

en la cocina de mi abuelita
estamos en el centro de su universo,
que es el centro de mi universo.

Afuera, 
el mundo es lo que siempre ha sido:
            finito, fatal.

Adentro,
nuestro mundo es como lo hemos construido:
            eterno, feliz.

Mezclando la harina,
haciendo el café
amasando el recuerdo
que se ha repetido desde que tengo memoria
   y se ha repetido desde que tiene memoria.

Desde que existen las abuelas
   y existen las nietas
      y el vapor hace burbujas en las tortillas
            dejando su huella,
            formando planetas
            que albergan secretos
            y sabores que son la historia de las dos. 

 


 
1 William Shakespeare, Romeo y Julieta.
 


Autor

Elena Urueta

/ Monterrey, Nuevo León. Poeta, escritora y fotógrafa. Estudió Periodismo y Medios de Información en el Tec de Monterrey. Ha colaborado en diversas revistas locales como Pueblo bicicletero, Players of Life, Pro Magazine y Residente Monterrey. Actualmente es becaria del Centro de Escritores de Nuevo León.

septiembre 2024