julio 2024 / Inéditos

es asunto del vértigo

 

a adrián pomontty

vengo de unas casas que saben mis cuentos. horas donde conocí mi cobardía
las manos del delirio de la cura
no preciso otro cuerpo en la mañana,
sólo este intento por descubrir la cara ante una impaciente sonoridad desaparecida
extinguiendo la hora y el segundo exacto de la inocencia
poema
sólo tú me encuentras cuando no tengo espejos.

voy a servir la mesa para que descanses la frente, muevas entre los dedos los pedazos que fuiste, cantes en lo respirado el asunto del cuerpo. voy a servir agua para que acciones la boca; diremos que el poema es asunto de los dioses y el infierno es el reino para que encuentres el destello en una sirena de tu adentro. comeremos juntos aquella naranja y en su jugo visitaremos la casa de tus pájaros que dejamos en la noche de la muerte. poema, di tu nombre, di tu cuerpo y seremos aquellos niños que no se sueltan de la arena, tampoco se limpian la cara y creen que los fantasmas usan el esqueleto del mantel. voy agarrándome de unos peldaños mientras aquí, todo pasa en la sombra. acuéstate donde nadie ha dejado su hielo, y todos han comido pues el río es un niño y mi adentro es un espejo. pronto el frío y el destello son innobles. a dónde se dirige el grito o la plegaria. no hay certeza de estar aquí. despégome de tu incendio, tampoco comas el tedio de mis ojos no lances estos restos a los lobos.

a quién le hablo si extraigo lo que como, a quién le hablo si escupo lo que escucho
¿a quién esta memoria sabe?
no creo soportar el filamento, la audacia, la erudición, la suerte, un martillo, mis ojos, el fuego, un cuchillo, la marea
cangrejos se alimentan con mis ojos, no los culpo
deseaba este cuenco vacío, andar en un bosque perdido, saborear el llanto ajeno y verterme en una gota
quedarme ahí sin misterio, endulzar la lengua de las hormigas,
dejar el cuerpo sin camino, auscultar la niebla en vez de espíritu.
destierro lo que digo para no volver
la sal penetró la lengua, se llevó algunos demonios, instauró el lenguaje de los peces y recordé el dialecto del embrión.
desde entonces no aprendí a decir, la tarde lo ha dicho todo
beso sus amarillos y descanso.

a ti

bebo la sombra del despojo llegando a ciegas a su brecha. un poema sueña este momento

me acuesto en esta página
aprendemos del ocaso, su trayecto. pasarán las horas en este abolirse temprano
y un silencio primitivo cuestiona la totalidad del ser

abro la boca para vencer al ángel, entra hasta mi túnel, saluda mi pus y mi hambre, conversa con los fantasmas de mis cuerdas, perpetúa el esófago de humo, habita cada trozo del estómago, baja hasta el ombligo y se duerme.

¿qué importa el poema que de venir se pierde?
es asunto del vértigo saberlo en los dedos y entender que nunca estuvo ahí
se inmoviliza cuando está lejos y los ojos que uno tiene no logran comprender su morada.
es asunto de lo sólo pretender que es una casa:

lo primero es olvidar las palabras, decirlas en secreto como un mantra; atesorar del sonido, su ausencia; escudriñar en su morfología, algún atisbo.

lo segundo es verterse en el agua. esperar a que tome su rumbo alrededor del cuerpo, no juzgar nada. 

respiro en la sal
es de intrusos y
ventanas amarillas en la madrugada son
la aparición de la abuela en una lamparita celeste,
lamo tu semilla
recibimos la bendición del silencio
ansiando tu cuenco
que de pura sed le amo
porque todo en mí ha resucitado.

 


Autor

Milagro Catherine

/ Zulia, Venezuela, 1994. Poeta. Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad del Zulia. Parte de sus poemas, reseñas y ensayos aparecen en diversas revistas. Ha publicado los libros Luminancia, Resonancias triviales y Tomo.

julio 2024