No. 101 / Julio-Agosto 2017
La poesía de guerra en Francia
o la sublevación de la palabra
Las palabras intercambiadas en voz baja
a la mañana de 1940 se ocultaban en la
tierra
paciente y fértil de la revuelta contra el
opresor
y progresivamente se convertían en
hombres de pie…
René Char (1907-1988)
Es bien sabido que la Primera Guerra Mundial costó la vida de millones de civiles y militares. En el caso de Francia, el número superó más de millón y medio. La poesía del período que va de 1914 a 1945 surgió como respuesta al dolor y a la muerte, como método que buscaba otorgar voz y traer del olvido —en tanto que forma de enfrentamiento al duelo— a todos aquellos actores con la lengua cortada, sin identidad definida, aquellos soldados y civiles muertos de manera injusta, descritos por Char. De igual forma, la poesía de estos períodos desestabilizó estructuras previamente definidas, se enfrentó a la presencia de lo nuevo y de lo antiguo, a la mezcla necesaria de un brutal realismo y un lirismo con rastros de tradición, influenciado, sin embargo, por las condiciones históricas del momento. La producción poética significó un fortalecimiento de la colectividad, así como una nueva vía de sublevación:
Avec le rythme, avec la rime
Ce qu’on veut dire, on le dit mieux !
Redoublant de force et de charme,
Le mot devient alors une arme
Contre les méchants et les sots,
Et, pour les batailles superbes,
Assembler des strophes en gerbes
C’est encor former les faisceaux !
Tras las guerras, la poesía se volvió un género adecuado para pronunciar la furia, el dolor y la esperanza, en primer lugar, por los versos cortos y el ritmo, elementos que facilitaban la repetición y el aprendizaje de los poemas. De este modo, se privilegiaba el carácter oral y, por lo tanto, la cercanía con todas las clases sociales, dada la gran difusión. De la Gran Guerra se conocen escritos de los mismos soldados, se han recopilado cartas de éstos hacia sus seres queridos y reflexiones individuales sobre la vida diaria en las trincheras. También surgió la figura del poeta soldado, lo cual generó cierta distancia con aquellos que escribían desde las ciudades y no desde el frente. De aquí que para los primeros la poesía se volviese un género de meditación sobre la muerte, dada la cercanía con ésta, y que sus versos se caracterizaran por recuerdos amargos de los camaradas muertos en combate, así como de aquellos seres queridos que los esperaban después de la guerra, o el miedo latente a la muerte propia.
Dada toda esta incertidumbre, para algunos poetas la poesía constituyó un espacio sagrado donde yacía la posibilidad de acudir a Dios, generalmente preservando un lenguaje y formas más tradicionales. Entre ellos encontramos a Charles Péguy y Jean-Marc Bernard, ambos muertos en combate:
Du plus profond de la tranchée
Nous élevons les mains vers vous
Seigneur : Ayez pitié de nous
Et de notre âme desséchée !
También se promovió el uso de formas nuevas que correspondían al nacimiento de las vanguardias y su debida experimentación. Podemos encontrar, por ejemplo, los Caligramas. Poemas de la paz y de la guerra, escritos en las trincheras, de Guillaume Apollinaire, quien fue herido gravemente en combate. Ambos tipos de poesía, la tradicional y la vanguardista, se caracterizaron por algunas tendencias románticas, principalmente por esta suerte de espiritismo y diálogo entablado con la muerte.
Por otra parte, a los versos escritos durante la Segunda Guerra Mundial, en el caso de Francia, se les conoce como poesía de la Resistencia. La mayor parte de la obra conocida de este período se produjo durante la ocupación de Francia por los alemanes y en la lucha por la Libertad de la nación. La figura del poeta soldado perdió el carácter romántico —con dejos místicos o divinos— y buscó participar de manera activa en la Resistencia, comprometido con la lucha contra en nazismo y el régimen de Vichy. Entonces, la poesía se volvió un grito de protesta, la toma de palabra para combatir la censura impuesta por la ocupación alemana. Aquí destacan autores como René Char —con Feuillets d’Hypnos, principalmente— quien detuvo su producción poética durante los años de la guerra argumentando que lo necesario era tomar las armas e ir al frente a luchar por la Libertad. También encontramos a Robert Desnos, detenido por la Gestapo, quien falleció en un campo de concentración en Checoslovaquia. Resuenan nombres como Louis Aragon, René Guy Cadou, Jean Cassou, Pierre Seghers y Paul Éluard, entre otros, quienes participaron recurrentemente en publicaciones clandestinas.
Algunas fuentes empleadas para este texto:
– Winter Jay M. «Les poètes-combattants de la grande guerre une nouvelle forme du sacré». En: Vingtième Siècle, revue d’histoire, n°41, janvier-mars 1994. La guerre de 1914-1918. Essais d’histoire culturelle. Pp. 67-73. http://www.persee.fr/doc/xxs_0294-1759_1994_num_41_1_3268
– [V.A]. Les poètes de la guerre. Recueil de poésies parues depuis le 1er août 1914. Prefacio en verso de Hugues Delorme. Pages d’Histoire – 1914-1915. Libraire Militaire Berger-Levrault: Paris, 1915.
– https://www.reseau-canope.fr/poetes-en-resistance/accueil/