Tuve un primer acercamiento a la obra poética de Nathalie Schmid (Aarau, Suiza, 1974) cuando —a invitación de la gran traductora Carla Imbrogno— preparé las versiones de una selección de sus poemas para El tiempo que vivimos, antología de poesía de Suiza que apareció en Colombia en 2021. El interés que produjo el trabajo incipiente en algunos de sus poemas me llevó a explorar con más detalle su obra, lo que aquí cristaliza en Otra forma de ternura, antología que reúne textos de dos de sus libros más recientes, Atlantis lokalisieren (Localizar la Atlántida, 2011) y Gletscherstück (Trozo de glaciar, 2019), ambos publicados por la editorial Wolff Verlag en aquel país.
Sus poemas surgen de una íntima contemplación, pasajes vitales que se revelan en el diálogo intenso con los paisajes naturales del noreste de Suiza: el valle del Jura, las riveras al cauce del río Aare, cuyas aguas provienen del deshielo de los glaciares alpinos, y luego sus lagos turquesa o de un azul que tiende al plata; granjas prolíficas y ordenadas con sus praderas de un verde intenso; la fauna que los habita. Elementos todos que, para el viajante que ingresa de otros espacios nacionales —pongamos, por ejemplo, desde el sur de Alemania— le resultan de entrada un asombro a la vista, en apariencia provistos al tiempo de esplendor y pulcritud. Es apenas cuando uno acerca la mirada que se percibe cómo late y se elabora profunda la vida, como avisa en las alturas el chillido intenso del milano. Encima del paisaje vivo se despliega, en estos poemas, un territorio latente en el que habita una voz de tenor delicado, que sondea desde un trabajo reflexivo acerca de lo íntimo y los afectos. Sobre estos motivos se despliega una trama particular de tiempo, en la que se entretejen el recuerdo, el diálogo con otras escrituras y lo cotidiano, la infancia y la vida familiar, la soledad o su ausencia.
La observación poética encuentra su forma en versos que no siguen una cadencia estable ni forman unidades contenidas en una línea. Si bien se parte de un registro contemplativo y conversacional, la ausencia de signos de puntuación y el encabalgamiento constante de ideas provocan en la lectura una cierta sensación de dinamismo y turbulencia. La poesía se ofrece así como un ritmo alterno, como una anomalía de las cadencias naturales que se impone, en esas latitudes, sobre las cosas. Y ese efecto perturbador parece provenir del testimonio que cosas y hechos del mundo tiemblan, se resquebrajan más allá de los órdenes impuestos –naturales, culturales, políticos– y vibran en su claves secretas, magnánimas o infames, que de acuerdo a su frecuencia pueden llevarlos a pervivir o a perecer a un cierto tiempo. Hay una expresión propia de esta región que se refiere al agua que se deshiela de los glaciares como Gletschermilch (en español, “leche de glaciar”): en ella es posible encontrar cómo el paisaje, el hielo abierto a su ser agua, adquiere a su vez condición animal. En el poema se deshielan los constructos que rigen convivencias cotidianas de todo tipo, y el agua de glaciar que en él aguarda nos refresca y deja ver más allá de su forma, de su cuerpo de ser vivo. La escritura imprime con ello percepción y gozo distintos, marcados por una emoción que es su forma de ser precisa, su forma otra de ser ternura.
En la voz poética de Schmid se amalgama una experiencia de persona, mujer en tanto escritora que nunca suspende sus roles de hija, madre o pareja, en un contexto suizo muy específico, propio de su lengua alemana y sus dialectos —apenas una del mosaico plural, pluricultural y plurilingüe que pugna en este centro del continente europeo—. Durante la elaboración y cuidado de mis versiones conté con el diálogo empático y cercano de su autora; la traducción procuró considerar los rasgos de la obra que aquí se delinearon, para ofrecer en lengua española una experiencia lo más cercana posible a lo que proponen los textos en su lengua origen; el traductor es consciente, sin embargo, de que esto queda a mejor juicio del lector y de que las versiones en otra lengua, así sea en pequeñísimos umbrales y momentos, siempre están expuestas a la posibilidad de su fallo. Por todo lo anterior es que su obra, consideramos quienes hemos trabajado sobre esta publicación, puede y aspira tener una recepción y un diálogo entusiasta en distintos espacios donde se vive la poesía en lengua española.
—Daniel Bencomo
en tono de susurro
fuimos a nadar en corrientes frías y templadas
asumimos el riesgo de cruzar una alfombra de polen
y también de regreso vaya desperdicio afirmas
y desplazas tus piernas por en medio del polen impulsas
los brazos de arriba hacia abajo un animal grazna entre el carrizo
se hunde constante el gris saludo de los pasajeros
en el ruido del motor de los barcos a mediodía
subimos en la orilla sobre nosotros se mueve la pradera
tú dices que el ave cucú está enferma escuchamos
su llamado tan quedo nos busca todavía y de qué manera
nos tendemos en la sombra de la pradera sobre lo que
habíamos hablado la expansión del todo
y del surgir de las plantas fanerógamas de nuestros trayectos
de vida ya fijos de que tú puedes activar desactivar
tus emociones procuramos sin cesar la cercanía
un trepidar ligero entre los juncos difícil que haya sido
un zorro que se busca animales más jóvenes
estamos muy desarrollados para ser algo frugal
en la noche robó el zorro tu zapato lo enterró
en lo profundo del árbol y dices que estamos ocupados
con eso de exterminarnos soy yo quien encuentra tu zapato
en el hoyo de la pradera ante los sonidos del lago
im flüsterton
waren eben schwimmen durch kalte und warme ströme
trauten uns durch einen teppich aus blütenstaub
und wieder zurück was für eine verschwendung sagst du
und bewegst deine beine durch pollen schiebst
die arme auf und ab ein tier im schilf schnattert
immerzu von den passagieren das matte winken sinkt
ins motorengeräusch der schiffe am nachmittag
steigen wir ans ufer über uns bewegt sich die weide
du sagst dem kuckuck geht es schlecht wir hören sein
leises rufen noch spricht er zu uns und wie wir
eingebettet sind im schatten der weide worüber wir
gesprochen haben die ausdehnung des alls und
die entstehung der blütenpflanzen unsere fixen
lebensbahnen und dass du deine gefühle ein und
ausschalten kannst wir suchen unentwegt nach nähe
ein leichter wellengang im schilf das kann kaum
der fuchs gewesen sein er giert nach jungen tieren wir
sind bereits zu weit entwickelt um genügsam zu sein
in der nacht stahl der fuchs deinen schuh hat ihn tief
im baum vergraben du sagst wir sind dabei uns auszurotten
ich bin es die ihn wieder findet deinen schuh
in der höhle der weide und vor den geräuschen des sees
helicóptero
a lo lejos en el cielo el rotor
del helicóptero y un poco más cerca
la radio esparce mensajes
de occidente entre las manzanas y peras
del señor suter la señora suter entre las
plantas de frijol va y viene casi
tan altas como un abeto como una especie de torre
las voces de los niños se encienden
aprendieron muy bien a maniobrar
nos preguntan a intervalos distintos
si es que nos amamos todavía si es que alguna vez
seremos pobres si este país va a inmiscuirse
en la guerra irascible que se encrespa
y gira de una parte a otra de la Tierra
helicópteros por doquier en la luz septembrina
más tarde todavía en septiembre el señor suter
desollará los conejos mientras tanto la radio
esparce una vez más sus canciones y yo veo
con qué lentitud se alejan hacia el campo
helikopter
am entfernten himmel das rotieren
des helikopters und etwas näher
das radio verströmt meldungen vom
abendland unter die äpfel und birnen
von herrn suter frau suter zwischen
den bohnen auf und ab geht beinahe so
hoch wie tannen auch eine art von türmen
die stimmen der kinder schwellen an
sie haben gut gelernt zu manövrieren
sie fragen uns unterschiedlich oft
ob wir uns noch lieben ob wir einmal
arm sein werden ob dieses land eintritt
in den launischen krieg der tobt und
rotiert von einem erdteil zum anderen
helikopter überall im septemberlicht
im september später wird herr suter
die hasen häuten inzwischen verströmt
das radio wieder lieder ich sehe
wie sie langsam ins feld hinaus ziehn
tu corazón
tu corazón de ballena
tu único
tu tan poco valorado
en el que moran hojas de abeto
al que circundan gramíneas
tu corazón cubierto con una red de energía
tu corazón
late
y se abate y palpita
al viento del verano
tu amplísimo corazón
un buque de carga un ferry
tu corazón cubierto
por la marea a las ocho de la noche
tu sano tu obstinado
incombustible
tu corazón ocupado
tu corazón en estruendo
inquieto inquieto
tu cayendo sobre el tejado
en los latidos
y entre los latidos
tu atento corazón
el tuyo
dein herz
dein walfischherz
dein einziges
dein so unterschätztes
mit fichtennadeln bewohntes
und gräsern umsäumtes
mit strom vernetztes herz
dein herz
es schlägt
und schlägt aus und pocht
im sommerwind
dein geräumiges herz
ein frachter eine fähre
dein um ein uhr nachts
überflutendes herz
dein gesundes störrisches
unverbrauchtes
dein besetztes herz
dein lautes herz
unruhig unruhig
dein stoisches herz
dein aufs dach fallende
dein unvergessenes herz
zwischen den schlägen
und in den schlägen
horchendes herz
dein herz
Bosque de abetos
El mirlo gira su cabeza
como si inspeccionara el balcón
y las macetas rendidas al sueño invernal.
La casa en ruinas. Esquinas con moho
el agua no transita con fluidez
por los ductos. Prendo fuego al respaldo
de una silla infantil y quisiera
creer que los pájaros son visitantes
que a mí se dirigen como el mirlo tan inmóvil
y sereno que aguarda sobre el borde de una olla.
El rosal se congeló aquella noche
en que los vinicultores con sus lámparas
correteaban entre los viñedos
e intentaban salvar lo que todavía
estaba para salvarse luces titubeantes
en un barco en naufragio. Flores
abrigadas en hielo. Debo dejar atrás
un año de trabajo fructífero
y serio. Voy a sembrar malvas
en los cajones del huerto y estrellas blancas
minúsculas cuyas semillas traje de Londres.
La semana pasada traje fuego al mundo
entre las palmas de mis manos. Solo
un movimiento y ya se ha ido
el mirlo más lejos su pico reluciente
brilla todavía en el anverso
de mi pupila en los linderos de mi corazón
hay un bosque de abetos.
Tannenwald
Die Amsel dreht ihren Kopf
als untersuche sie den Balkon
im Winterschlaf vergessene Töpfe.
Das Haus bröckelt. Ecken schimmeln
das Wasser in den Leitungen fließt
nicht gut ab. Ich verbrenne den Rücken
eines alten Kinderstuhls und würde gerne
glauben die Vögel seien Besucher
die mich meinen wie die Amsel so regungslos
und gelassen auf dem Rand des Topfes sitzt.
Der Rosenstock erfror in jener Nacht
als die Weinbauern mit Wärmelampen
zwischen ihren Reben umherliefen
und zu retten versuchten was noch
zu retten war schaukelnde Lichter
auf einem sinkenden Schiff. Blüten
warmgehalten in Eis. Ich muss ein Jahr
voller ernsthafter und fruchtbarer Arbeit
hinter mich bringen. Ich werde im Gartenbeet
Malven säen und kleine weiße Sterne
deren Samen ich aus London mitgebracht.
habe. Letzte Woche erzeugte ich Feuer
zwischen meinen Handflächen. Nur
eine Bewegung und schon ist
die Amsel fort ihr leuchtender Schnabel
glüht noch leicht auf der Rückseite
meiner Pupille auf meiner Herzgegend
liegt ein Tannenwald.
Trébol dorado
Mientras tú con las piernas abiertas te esfuerzas
por sacar de la tierra la raíz pivotante
hablamos de la familia. La mala hierba
es también y tan solo un asunto de amor
afirmas y sonríes. Pienso en el trébol dorado
que antaño reuníamos en pequeños manojos
para mi madre. Creíamos que esa era
su flor favorita pero era tan solo una hierba brillante
que crece a las orillas de la calle. En la palma de tu mano
sostienes una oruga sus púas pequeñitas
se erizan al cielo en el aire. Vanesa de los cardos
dices tú, mariposa que vuela grandes distancias. Para su
peregrinación de Escandinavia al África Occidental
requieren de cuatro generaciones. Te limpio la
tierra del rostro. Poseen una
memoria generacional. Pienso en los
fantasmas bajo nuestras camas
cuando intentábamos quedar dormidos
mano con mano antes que las falenas
llegaran a la casa y se doblaran sobre nosotros
con su aliento de vino aún extasiado
por la noche. Las raíces pivotantes no
se mueven. Me haces ver que el tejido de raíces
no se extiende a lo ancho sólo a lo profundo
se hunde estrato por estrato. Describe
el mundo como lo veías de niño
agáchate lo más que puedas.
Goldklee
Während du breitbeinig die Pfahlwurzeln
aus der Erde zu ziehen versuchst
sprechen wir über die Familie. Unkraut
ist auch nur ein Geschäft mit der Liebe
sagst du und lächelst. Ich denke an Goldklee
den wir früher für Mutter zu kleinen Sträußen
banden. Wir glaubten es sei ihre Lieblingsblume
dabei war es nur ein leuchtendes Kraut
am Rande der Straße. Auf deinem Handteller
liegt jetzt eine Raupe ihre kleinen Dornen
stoßen senkrecht in die Luft. Distelfalter
sagst du fliegen ungeheure Strecken. Für ihre
Wanderungen von Skandinavien nach Westafrika
brauchen sie vier Generationen. Ich wische dir
Erde vom Gesicht. Sie besitzen ein
Generationengedächtnis. Ich denke an die
Gespenster unter unseren Betten
während wir versucht haben einzuschlafen
Hand in Hand bevor die Nachtfalter
nach Hause kamen sich über uns beugten
mit ihrem Weinatmen noch aufgebracht
von der Nacht. Die Pfahlwurzeln bewegen
sich nicht. Du weist mich auf das Wurzelgeflecht
hin es geht nicht in die Breite nur in die Tiefe
durchstößt Schicht um Schicht. Beschreibe
die Welt wie du sie als Kind gesehen hast
bücke dich tief.
Fragmento
Hoy no salí de la casa.
Junto al camino de bicicletas que va a la ciudad
se extienden los cultivos que brotan
al sol de la mañana. Las últimas flores de centáurea
se yerguen a la orilla gatos se aposentan
en las praderas y esperan. Esta ínfima parte
del mundo. ¿Qué tan lejos puedo llegar? ¿Más lejos
que a donde tu miedo al olor
de mi vergüenza que te recuerda al olor
de mi madre en el cuarto de baño
que ella nunca cerraba? Doce milanos
se posan de mañana en la copa del árbol
y aguardan por ratones. En esta ínfima
ínfima parte del mundo.
Ausschnitt
Ich habe das Haus heute nicht verlassen.
Neben dem Fahrradweg Richtung Stadt
liegen die Acker jetzt frisch aufgeworfen
in der Morgensonne. Letzte Flockenblumen
stehen am Wegrand Katzen hocken auf den
Wiesen und warten. Dieser winzige Teil
der Welt Wie weit kann ich gehen? Weiter
als bis zu deiner Angst vor dem Geruch
meiner Scham die dich an den Geruch
deiner Mutter erinnert im Badezimmer
das sie nie abgeschlossen hat? Zwölf
Milane hocken in der Baumkrone morgens
und warten auf Mäuse. In diesem winzigen
winzigen Teil der Welt.
* Poemas pertenecientes a Una forma distinta de ternura (sel. y ver., Daniel Bencomo), México, Cuadrivio, 2024.

Autor
Nathalie Schmid
Aarau, Suiza, 1974. Poeta y prosista. Estudió en el Instituto Alemán de Literatura de Leipzig. Es integrante de la junta directiva del PEN Center suizoalemán y miembro del A*dS (Autoras y Autores de Suiza). Es autora de Atlantis lokalisieren (Localizar la Atlántida, 2011) y Gletscherstück (Trozo de glaciar, 2019). Actualmente vive en Baden.
Traductor
Daniel Bencomo
San Luis Potosí, 1980. Sus libros de poesía más recientes son La mutación de lo en lo (2018) y Espuma de bulldog (2016). Del alemán ha traducido libros de poesía de Tom Schulz, Ron Winkler, Björn Kuhligk y Nathalie Schmid, así como poemas de diversos autores y autoras que se pueden consultar en su blog o en la web Lyrikline de la Haus für Poesie de Berlín.