Grissel Gómez Estrada (Ciudad de México, 1970)
Sobre reliquias
Con las uñas sucias de tierra y estropajos escucho apenas un hálito vacío escucho y exploro sin encontrar el rastro
he creído encontrar vestigios en rostros de amistades avejentadas, viejos con alcohol en las venas y consejos alados en la lengua
signos desatados exigiendo un canto
He delineado tu rostro con notas tropicales y desgraciadas en esos gestos cansados que cantan y así tener pretextos para sufrir como un amoroso cualquiera
cantan conmigo y la única voz generada pone en orden sombras y guerras
y todos somos piedra y Dios
reliquias falsas o quién sabe…
Esa loca de la casa andando a tientas, a lo loco inventa una voz que nunca me dirá “hija, buenos días” ni me reñirá por irme tan lejos
Ojalá te imaginara, padre, como si hubieras sido un señor acaudalado y sobrio
y tal vez, con ello, el aleteo de la mariposa no habría acumulado tanta sangre en fosas clandestinas
Oráculo
Si no tuviera esta presión en medio de la frente iría corriendo
Si no conociera el final de la historia si no tuviera experiencia en lagartos, mi vida, pero tengo aún un sudario en la espalda que me cala los huesos como griterío de gaviotas
No es cierto que nunca te haya visto, no es cierto que no te conozca: te vi por primera vez cuando tenía la edad que tienes tú
me has dejado una y otra vez
Casandra para sí misma espejo de las montañas mira mis dientes llenos de sangre: también he chupado cuellos hasta cansarme y he andado por las calles gritando tu nombre como si fueras mi amante asesinado
¿A ti no te da miedo? Yo tengo sueño ahora. ¿Dormirías al lado de un alacrán que tiene la aguja preparada?
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