Daniela Birt
(Ciudad de México, 1990)
Discurso contra los Griegos
No quiero que mis hermanos
sepan de esa Fortuna; sí, de esa,
la filósofa aberrante
que me trozó el alma,
que me devoró el corazón
para vomitarlo después
en pedacitos diminutos.
No, yo no quiero,
nada quiero:
no quiero que su nombre
resuene entre las paredes
de mi casa, de mi pueblo,
no quiero que lo escuche
Nadie,
o se les caerán los oídos
y explotarán nebulosas
con vahos tibios y espesos
desde sus bocas
hasta el ocaso.
No quiero que la conozcan,
ni en mi familia,
ni en el interior de mi verdadera casa,
de mi oscuridad volcánica,
ni que mi Madre recuerde su nombre
o su casa
ni todos los pasos que me llevaron
hasta las planchas de San Lucas.
Quiero borrar el nombre
de la Fortuna idealizada
como filósofa del antaño;
cuando todos sabemos
que es una perra infernal:
retozante de imitación,
desdicha de altares
gota de orín y tinta rancia.
No, yo no quiero verla,
con su cara de día artificial
y su corazón de piedra
y alabastro.
|