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Por Mariella Nigro |
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No. 56 / Febrero 2013 |
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“El tiempo vertical se eleva. A veces también se hunde”
“… el ser aparece como desplegado a un tiempo
En otras ocasiones en que me he ocupado de la obra del poeta, ensayista y profesor Jorge Arbeleche, aludí a él como “centinela de la palabra”, y a la virtud del canto claro y cálido, melopeya de raíz española, que unge toda su poesía. En la elegía o en el canto celebratorio, metafísico o confesional, en la reflexión ontológica o en la tensión dramática, el poeta muestra en este libro el desarrollo de su voz poética en el correr de los años de creación, la reafirmación de un estilo que ha sobrevolado serenamente las marcas de la posmodernidad. Canto y contracanto: juego de opuestos -señala Rafael Courtoisie en el estudio preliminar del libro-, una dialéctica de duelo y fiesta, de pérdida y celebración, palabra “exultante” y “silencio interior”, “con toda la sugerencia contradictoria y fecunda que liga ambos términos en la historia de la filosofía, que no es otra cosa que, bien mirada, una historia de la poesía”. Es que poesía y filosofía tienen en sus relatos similares reductos de interrogación y búsqueda: la Poiesis que construye y ordena el discurso, mediante el Logos y la Cáritas, que lo informan, mientras Thánatosy Eros lo cruzan transversalmente, y finalmente lo explican. El ser piensa y siente, y entre el amor y la muerte, se cuestiona a sí mismo y al mundo; el poeta registra ese itinerario, y su problematización. En Canto y contracanto, la muerte va modulando sus grises y resignificando su aporía, desde la incertidumbre inocente en el poema Domingo (de La casa de la piedra negra, libro de 1983), hasta la desafiante interpelación de Contracanto (de La Sagrada Familia, de 2010). El amor se confiesa, desde el deslumbramiento de Meseta (de Ejercicio de amar, 1991), al desbordamiento erótico de El entrevero (El oficiante, 2003). En Poiesis (poemas de El Oficiante, 2003, Para hacer una pradera, 2000 y La Sagrada Familia, 2010), se muestran las costuras de la labor de escandir lo inefable (“al norte al sur al oriente y al poniente/ limitaré con las palabras un perímetro/ donde el hedor de la huesa no penetre”, Monte videeu). El conocimiento es apenas sueño en Alta noche (del libro homónimo, de 1979), y, treinta años después, en La Sagrada Familia, se asume, con el horror ante lo incierto,la resignación del sabio (“No hay número ni cifra/ que describa el castañeteo de sus dientes”, “estoy dentro de un nombre/ que no se puede pronunciar” –Auschwitz (excursión optativa)-. El afecto dirige la liturgia, la de las horas y las cosas, las que están en orden (Cosas, de El hilo de la lumbre, 1998), y las que están fuera de lugar (El bosque de las cosas, 2006). En el acto de nombrar se eleva el valor del silencio -“materia aérea”, lo define Bachelard-, aspecto oculto del oficio más hábil que celebra la poesía: “De la más clara voz hasta la oscura” (El oficiante); una especie de propedéutica que va conduciendo al lector desde la materialidad más interior hasta la más expuesta: la de las palabras y las cosas; y el silencio, como el eco o la sombra, lados ocultos de unas y otras: “pero cuando quieren hablar las palabras se vuelven/ aire alado.” (El espacio del encuentro). Canto y contracanto es registro de una poética; y en el poema central del libro, No se sabe (de El oficiante), a pesar del título, el poeta da la clave de su oficio:
mirar lo que se pueda con palabras
El libro incluye poemas de La casa de piedra negra (1983), El aire sosegado (1989), Ejercicio de amar (1991), A Federico (1993), Ágape (1993), Alfa y Omega (1996), El hilo de la lumbre (1998), Para hacer una pradera (2000), El oficiante (2003), El guerrero (2005), El bosque de las cosas (2006) y La Sagrada Familia (2010). Las referencias y citas son de El aire y los sueños. Ensayo sobre la imaginación del movimiento, de GastonBachelard (traducción de Ernestina de Champourcin), FCE-Breviarios, México, 1997. Citando a Domingo Bordoli, Hebert Benítez Pezzolano y Martha Canfield, dos críticos que han estudiado profundamente la obra de Arbeleche: en La poética de Jorge Arbeleche-40 años de poesía: 1968-2008, Compiladores Hebert Benítez Pezzolano y Andrea Mastalli, Ediciones de Hermes Criollo/Botella al mar, 2008.
Una versión de este texto fue publicado en Relaciones (Revista al tema del hombre), enero-febrero 2013, Nos 344-5, Montevideo, Uruguay.
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