Textos

La primera de su especie asolaba rebaños,
era la suya una baba purísima, era de cara larga,
enseñándose a seguir un rastro podía ser vista
en el lecho seco del río, ovillada entre las matas,
a primera hora en los caminos.
                                                         No conocía el bálano duro,
no enterraba sus heces, a pesar del hambre no se fiaba
de ninguna mano extendida. Batí con ella los llanos,
bajábamos del norte porque en el norte teníamos
una casa, nos hicimos juntos esta herida que huele,
a veces se olvidaba de quién era yo y me gruñía,
me pelaba los dientes, pero a veces también
me dejaba hablarle de las cosas.

 
Amigos, su madre era un demonio,
la bruja de los cuentos de la infancia,
hervía las cosas en un caldero, tenía mil años,
en una noche de relámpagos su dulce compañía
el animal más ponzoñoso.
                                                 Me llamaba en horas capicúas
para decirme: mi hija es un encanto,
salida del mejor de mis conjuros
será para ti tu sombra, un lazo telepático,
la maldición fulminante que vigila
el aposento hermético de los faraones.
Se esta quieta y mira como lagarto.
Por las tardes te lavará o te curará untándote
la lengua caliente de los caballos.

 
Yo les hablaba de la dulzura de su carne,
de su cola prensil, de su tiempo propicio.
Supieron por mí que yo la llamaba
bien de cada hora, imán para lo bueno,
útil como anegar de luz un túnel.
Los llevé al sitio donde la encontraron,
les mostré el códice donde la mencionan,
en un arranque de alcohol confesé
alegremente: “mía ha sido rica y pobre,
yo he comido de su mano, los ricos
se imponen a la fuerza pero ella…”.
Me escucharon compararla con objetos
dúctiles, acuñarla y dilapidarla,
llamarla surco ácimo, orín sagrado,
aliento dulce, máscara merodeándose
en los espejos. Estaban ustedes presentes
cuando de noche hablaba con la oscuridad
y le pedía: no me la quites.

 
Higuera de Betania

Que te alcance el rayo del año 3000,
que quepa entero ese rayo en tu boca,
que sea para ti un espíritu malo,
yesca de adentro, posesión celeste,
salga la luz por donde salen las cosas de ti,
mane de día y de noche y te sea imposible
dormir, emboscar, buscar una sombra.
Que sea rayo franco, carnívoro y lechoso,
que sea pariente tuyo y llegue sin avisar
y no se vaya nunca, que sea como morder
un cable: letal de un momento a otro.
Que encuentren tu cuerpo iluminado
y lo exhiban en Marte, cara pálida,
votiva, ampulosa, humeante,
con signos de una antigua ocupación.

 
Faquir

No sabía del veneno pero debí sospecharlo
porque no estaban los criados ni los perros
y con cada trago me mirabas alacrán, luz mala,
como de incendio. Al antídoto lo entibiaban
en tu otra casa, estival y galáctica en el comedor
me escuchabas como no me habías escuchado nunca.
Yo te hablaba de los hombres que anhelan
en secreto la revancha, y debí parecerte de pronto
un tipo duro, frío catador de reyes preguntando,
muy así como quien no quiere la cosa,
el año de su trago amargo.
                                                  Un ritual copto para tu boda querías,
un banquete de esmedregales, y luego un baile, y de postre
el ascua dulce de un cañaveral segado a fuego.
Yo a todo te dije que sí, que ya pronto, que después.

versos complejos

para josé martí

yo soy poeta arrancado
de donde crece el mangó.
y antes de morirme quiero
ver a aquel que me cegó.

yo vengo de todas partes,
pero a mi pueblo yo voy.
hambre soy entre las hambres,
el hambre de donde soy.

yo sé los nombres extraños
de hombres que no nos quieren
y que, por mortales años,
espero y no vienen.

llover sobre mi cabeza
siento en la noche clara;
luces en ciudad oscura,
estrellas liberadas.

vi alas nacer en los hombros
de amigos tan hermosos 
que ya andan entre nosotros
sin más susto a los odios.

he visto surgir un hombre
de entre balas reunidas,
y he visto morir un hombre
que amó toda la vida.

tan rápido como el miedo,
dos veces vi el alma, dos,
cuando gritamos los fieros,
cuando perdimos la voz.

temblé una vez en la cama,
el día en la ventana,
cuando la bárbara vela
quemó su piel amada.

gocé una vez, en la calle,
al ver mis versos volar,
pues supe que no hay quien calle
la voz que puede migrar.

hoy oigo un ladrar, a través
de rejas y oscuridad,
y no, no son ladridos, es
testigo de la maldad.

si dicen que de mi patio
tome la fruta mejor,
agarro el limón más agrio,
no la que me dio el amor.

he visto el techo herido
volar a azul sereno,
y hombre morirse en el frío,
buscando techo nuevo.

yo sé bien cuando el mundo
se cansa de sí mismo,
porque ya es muy tarde cuando
va a enfrentarse al fascismo. 

he puesto mi pecho armado
de furor y tristeza
sobre aquel beso pesado
que baja la cabeza.

en una cáscara dura,
hoy envaino mis penas
porque un pueblo que no llora
recorre por mis venas.

todo es hermoso y violento,
todo se angustia por pan,
y todo, como la tierra,
antes que isla es volcán.

yo sé que el listo se canta
filántropo y artista,
pero deja tras su obra
la pobreza y conquista.

callo, no lo entiendo y me voy
sin hacerme ya el fuerte.
cuelgo mi futuro por hoy
lejos de tanta muerte.

 

esa que besa mi corazón

we used to say,
that’s my heart right there.

willie perdomo

esa que ves ahí,
esa que besa y
esa que besa ¡ay! y
esa que ves ahí, besa ¡ay!
esa, ¿que si besa? ¡ay!
esa que besa ahí.

 

toy construyendo

una casa de legos,
un libro de juegos,
una tumba de tetris,
una lata jelou,
un carroe cartón,
una avioneta tintero,
construyendo toy,
un titiriteo,
una malangalanga,
un guidalejojeo,
una punta partía,
un pitipujú,
un ningunasalto,
un plisporfavor.

perlongher y sarduy
se besan en la boya
y yo que quiero tó ¡uy!
me como to los boyas,
con aciete y cebolla,
con medalla y panadol,
salga lluvia o llueva sol.

 

pero yesta saica

diluvio
            mitú
aluvial
            tabien
ailuvyall
            losé
ailuviu
            midos
aludio
            ¿túwa?
atipuej
            ¿seiké?
asíma
            ¿pamí?
paquípa
            panín
tampoco
            esmás
puejclaro
            demás
estamos
            mejor
nosvamos
            aver
¿enserio?
            fulblás
atoas
            contó

Versiones de Tedi López Mills.

 

Ensalada Oswald

¿Quién ganó? El imperio babilonio
y el mesero de las patillas.

El bigote la sacó en la sexta,
casa llena, puntas en curva;

se enderezó justo a tiempo para lanzar
la bola de tenedor a su base.

El pelo púbico escenificó su retorno cuando
apenas redescubrimos los Playboys ochenteros.

47% de los traductores profesionales concuerdan
en que la palabra mullet es intraducible

salvo al italiano. 83% de los italianos piensan
que el ejército de César pudo haber tomado Babilonia,

Augusto echándose uvas en la boca,
tendido al desnudo en los prados de los Jardines Colgantes.
Perdido en Roma, encuesto al punk
del piercing casero en la nariz:

Che importa, l’impero è l’impero.  

 

Oswald Salad

Who won? The Babylonian Empire
and the waiter with the sideburns.

The moustache pulled it out in the sixth,
sacks packed, handlebars curled,

unfurling in perfect time to send
the forkball home.

Pubic hairstaged its comeback when
we rediscovered 80s Playboys’ just enough.

47% of professional translators agree
that the word mullet is untranslatable,

except into Italian. 83% of Italians think
the Caesars army could have taken Babylon,

Augustus plopping grapes into his mouth,
sprawled nude across the Hanging Gardens lawns.

Lost in Rome, I poll the punk
with the septum safety pin:

—Che importa, l’impero è l’impero.

 

 

Elegías de Los Ángeles

 

1.
La ciudad es un microondas al cincuenta por ciento de potencia.
Nada revienta con el calor pero los corredores rezuman perfume.

2.
Los traseros de los aparatos de aire acondicionado se posan en los marcos de las ventanas
como gárgolas gordas, robóticas, gotean sudor sobre el jazmín.

Dos borrachos duermen en el parque triangular,
sudan en sus abrigos viejos de hace diez temporadas.

Roncan por turnos,
vigilan sus carritos de súper repletos de latas del fin de semana.

3.
Un semirremolque sellado descansa a solas en
un borde de la carretera rumbo al oeste.

En su tráiler: cuarenta cadáveres, niños
arrugados como pálidas ciruelas pasa.

Una lástima dice el LA Times, imaginemos sus sueños:
éste, conserje, ésta, nana, aquel, cocinero.

Algún otro camión avanza velozmente hacia Los Ángeles mejor ventilado,
otros cadáveres enviarán pronto dinero a sus hogares.

4.
Los perales de flor escupen cloro.
El vendedor de paletas tañe sus campanas.

Autobuses se arrastran como babosas por Sunset,
y el verano zumba durante la mitad del año.

 

LA Elegies

1.
The city is a microwave at fifty-percent power.
Nothing pops with heat but joggers ooze perfume.

2.
The butt-ends of AC units perch on window frames
like fat, robotic gargoyles, drip sweat onto the jasmine.

Two drunks sleep in the triangle park,
sweat through coats ten seasons old.

They snore in shifts,
guard shopping carts rich with the weekend’s cans.

3.
A sealed semi sits abandoned on
a westbound highway shoulder.

In its trailer: forty corpses, children
puckered like pale prunes.

A pity says the LA Times, imagine their dreams:
this one janitor, this one nanny, this one cook.

Some other truck barrels toward LA with better ventilation,
some other corpses will soon send money home.

4.
The sperm trees spew chlorine.
The popsicle pusher chimes his bells.

Buses slink like slugs down Sunset,
and summer drones on for half the year.

 

El pintor curioso

En el calor del anochecer en Mexicali
tus tablas tienen sed de gesso,
el acrílico se seca en solo segundos,
y no hay Tramadol que baste para embotar al sol maligno.

A tus modelos las hallas enmarcadas en las puertas de los moteles,
avistas tacones y piernas en vestíbulos mugrosos,
adolescentes oaxaqueñas con hijos allá en su tierra,
cachanillas deportadas ahorrando para intentar de nuevo.

Dios ha de ser un pintor consumado, dijo Cervantes;
¿o habrá sido que el pintor consumado debe ser un dios?

Me pregunto: ¿pintarlas es lo que te da ese sentimiento de poder
o el modo en que te siguen hacia la cama donde las vas a pintar,
como si pudieran oler los dólares en tu cartera
o como si fuera amor?

   Basado en “Muestra su ingenio el que es pintor curioso…”

 

The Curious Painter

In Mexicali’s evening heat
your boards thirst for gesso,
acrylics dry in seconds,
and no amount of Tramadol will dull the wicked sun.

You find your models framed in motel doorways,
eye heels and legs in dingy lobbies,
Oaxacan teens with kids back home,
deported Cachanillas saving up to try again.

God must be an accomplished painter, Cervantes said
—or was it that the accomplished painter must be a god?

I wonder, is it painting them that makes you feel that power,
or the way they follow you back toward the bed where you’ll paint them,
like they can smell the dollars in your wallet,
or like it’s love?

 

   After ‘Muestra su ingenio el que es pintor curioso…’

Valeria List, La vida abierta, UNAM (Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial), México, 2019, 74 pp.

 

La vida abierta, de Valeria List —libro ganador del Premio de Poesía Joven de la UNAM en 2019—, es un repertorio que nos sitúa frente a diversas formas de entender la poesía, el conocimiento y el concepto de vida. El título es atinado, por hermoso y certero, porque alude a una forma de comprender y de mirar. La vida abierta, desplegada en sus diversos aconteceres, es un viaje. Y los viajes se encuentran repletos de experiencias, por eso no se trata de un libro uniforme con principio y fin; es un libro de saltos, de aproximaciones, de combinatorias sutiles y de exploraciones múltiples. Su comienzo nos atrapa, nos bifurca porque, a través de un juego ecfrástico —insertar un comentario sobre una obra plástica, en este caso un bodegón—, nos sumerge en una imagen poderosa y singular: la vida abierta caracterizada como “una novia asustada dentro de un bodegón viendo las frutas partidas, todas más grandes que ella, todas yendo hacia la descomposición”. Nos gustaría que esa novia se acercara a las frutas y que, en vez de inmovilizarse, se las comiera, saboreando su dulzura con ardor: porque, en un bodegón, habría que desordenar la pureza inmóvil que parece no descomponerse nunca.

La vida abierta es un conjunto de textos que suman asombros —algunos breves, otros abstractos—, pero con los que nos enfrentamos a la discontinuidad: la poesía no teme fracturar ni fracturarse; se desperdiga, brota, es vida también. La forma de los poemas explora el verso libre, la prosa poética; a veces, incluso, el lenguaje de la minificción. Como parte de su repertorio expresivo se toma esas licencias, se permite ser y nosotros, los lectores, nos limitamos a fluir, a saltar, a olvidar o a quedarnos en algún verso. Son textos que navegan de un lado a otro, con el rumbo incierto de una embarcación lenta, hasta cierto punto alegre de no encallar. Su verdad se enmascara en pequeñas historias henchidas de secretos simples (son lavida abierta, expuesta, pseudocomprensible a través de su expresión). Por eso los poemas no se encierran en su época ni se limitan al cuenco de una sola exploración verbal. En muchos de ellos, la experiencia permite hallar sutilezas; se trata de la comprensión de la vida misma:

Veía a mis amigas acomodar sus personalidades al contexto. Otra cosa se fundaba allí, donde el sol nos dejaba beber sin embriagarnos y sin embargo las drogas nos exacerbaban. 

Una noche hubo gritos y llanto. Al día siguiente, estábamos escindidas pero seguíamos caminando juntas. Sólo se escuchaba el sonido de nuestras chanclas.

Una parte de nosotras está estancada. A pesar de los cambios estructurales, el pequeño daño nos mina. Se vuelve dolor en lo más cercano, en el amor, vivir con la duda, con las palmas abiertas a la espera. Creer que en la playa lo más importante es lo que no está. (p. 26)

Este texto muestra cómo la experiencia se descubre en el lenguaje. La vida abierta es un engaño de la percepción, creer que en la ausencia radica la plenitud y no en la presencia y en el presente: la vida es potencia, fulgor, esplendor de ser en el preciso momento en que es. En la playa lo importante es la existencia del mar, la arena, el sol, la palmera, el viento, la ola, el caracol, el mar eterno desperdigado en sus instantes; allí habita el infinito del ahora.

Son pocas las referencias que List hace a ciertas tradiciones poéticas, pero lo suficientemente sustantivas como para meditar cuáles son los hilos que la propia poesía teje alrededor de sí. Hay autoras que aparecen como referencias explícitas: Marosa di Giorgio, Olvido García Valdés, Chantal Maillard. La vida abierta plantea también, en algún texto, una discusión con algunas propuestas poéticas del siglo XX, reunidas en la figura de René Char, que sirve de pretexto para disertar cómo se vincula la poesía con un espectro emocional y con la memoria. Estas referencias aparecen de forma orgánica e ilustran el diálogo de la poeta con su oficio: ¿cómo crear y dar forma?, ¿qué papel cumple la autorreferencialidad en la poesía?, ¿hay una especie de esquizofrenia que le permite a la poeta ver más allá? No es, quizás, en esas preguntas elaboradas desde esos ángulos teóricos del siglo XX, donde List encuentra los secretos que genuinamente le interesan; su exploración, en realidad, está marcada por otro conocer poético: el del baile, el flamenco, su rabia elegante y poderosa, su ritmo hipnótico y temible; también en algunas tradiciones del pensamiento hindú; en la meditación, la contemplación y el onirismo. Son esas vertientes del conocer las que conectan los textos con sus llamaradas ocultas:

Un día antes de despertarse se sentó frente a cientos de miles

respiró
respiró
respiró
luego llovieron dos tipos de flores
y un rayo salió de su frente al resto del mundo
como una cana omnipresente

Un hombre preguntó por qué el barullo
Buda contestó
porque sino [sic],
no me pondrías atención.
(p. 20)

Varios poemas son, como este ejemplo, pequeños fragmentos de un conocimiento que implica abrir la vida, es decir, entenderla en su sencillez precaria y profética. Leer nos permite ver la luz que abre un mundo: “Lo que yace en nuestra profundidad —dice en el penúltimo poema— es pura luz, y eventualmente habrá de devorarnos” (p.70). Porque la luz no solo alumbra, también ciega; vivir significa encarnar luz y muerte. La vida como apertura es, pues, un entendimiento lúcido y elemental. ¿Cuál podría ser su comienzo? La respiración. No hay que olvidar que la vida surge de un soplo, el soplo vital que hace germinar a los seres. La poesía también respira, ese es su ritmo, y también comprende cómo librarse de la angustia:

La claridad reside abajo de la angustia 
detenerse 
ver el árbol batirse por encontrar el ave que lo habita
hasta que ésta sale despavorida
y por una fracción sin aletear
sólo está en el aire. 

el pensamiento se aquieta
igual que el solemne reptil
atempera su indeterminación. 
(p. 27)

La búsqueda de este libro tiene que ver con cómo contactarnos de otra manera con nosotros mismos y el entorno, para comprender nuestro cuerpo y nuestras vivencias en estos mundos raudos de soledades incomprensibles. La vida abierta, en cambio, nos enseña a respirar, a mirar el envés de ciertas situaciones que nos revelan de forma radical quiénes somos, exactamente como cuando se relata, en uno de los textos, la fragilidad que intuye de sí misma una mujer que comparte el elevador con otra. Alienados en un trabajo de oficina en el que el jefe —otro de los personajes que aparece en el libro— interrumpe el sopor de la tarde o en el que un amigo recomienda “encontrar la lógica del poema” y en el que solemos perdernos las olas y los viajes, los bailes y los lutos, porque nuestra mente nos apresa con sus demandas y malestares; se nos ofrece un conocer paralelo. En él, “la soledad es una fuerza creadora”, “el amor es el pez más grande”, y “la barrera del lenguaje [no] impide nuestra reconciliación”. Conocer para cambiar, comprender para respirar mejor: esa parece ser, en el fondo, la verdad de la poesía que, generosa, nos entrega la vida abierta. 

Presentación y versiones de Pierre Herrera.

 
Richard Brautigan (1935-1984) escribió y publicó libros inclasificablemente líricos y bellos, como La pesca de la trucha en América o En azúcar de sandía. También imaginó la Biblioteca de Libros Rechazados, inaugurada en 1984. Por favor planta este libro es su cuarta colección de poesía, su sexto título publicado, y su única edición independiente.

Los ocho poemas que lo componen fueron publicados por primera vez en marzo de 1968. Se imprimieron en pequeños sobres, con semillas dentro, que el autor regaló. Es muy probable que los paquetes donde estaban impresos los poemas tuvieran un orden específico; no se sabe. En vista de eso, se ofrecen aquí en orden alfabético, seguidos de los originales en inglés. Detrás de cada sobre, Brautigan escribió las instrucciones para plantar las semillas.

—Pierre Herrera

 
Aliso violeta

He decidido habitar un mundo donde
se cambien los libros por miles
de jardines donde niñas y niños
jueguen y aprendan del sua-
ve crecimiento de lo verde.

 
Caléndula

Mis amigues me platican de su desasosiego.
Hablan del fin del mundo,
de desastres y oscuridad.
Les escucho con paciencia y luego
les digo: No, este no será el fin. Este
es solo el comienzo, como este libro
es solo un comienzo.

 
Flor de calabaza

El tiempo es propicio para entremezclar
versos con tierra, al sol
con puntos y comas, a la lluvia
con verbos, para que los gusanos serpenteen
a través de signos de interrogación,
para que las estrellas brillen sobre sustantivos
en ciernes, y para que el rocío
forme estrofas.

 
Flores originarias de California

En esta primavera de 1968,
el último tercio del Siglo Veinte
viaja como en un sueño hacia su fin.
Es tiempo de plantar libros,
de llevarlos a la tierra, de que
flores y vegetales crezcan
desde sus páginas.

 
Lechuga

La única esperanza que nos queda se sostiene
en nuestras niñas y niños, en las semillas que les demos
y en los jardines que plantemos juntos.

 
Margarita

Ruego para que en treinta y dos años
estas flores y vegetales
rieguen al siglo veinti-
uno con sus voces, que cuenten
que alguna vez fueron libros
y se transformaron en vida
gracias al trabajo de manos amorosas.

 
Perejil

Imaginé que la energía, los dioses
y el teatro de la historia que nos trajeron
hasta este instante único,
con este libro en nuestras manos,
nos convocaron a ver el futuro
como una colina verde sembrada de estrellas.

 
Zanahorias

Esta primavera de 1968 es perfecta
para mirar en nuestra sangre y observar
cómo nuestros corazones buscan claridad
para abrirse al mundo, así como las flores y vegetales
buscan al sol cada día en sus corazones
para mirarse en él como en un gran espejo,
en donde ven reflejados sus deseos de vivir
y crecer con belleza.

 
Sweet Alyssum Royal Carpet

I’ve decided to live in a world where
books are changed into thousands
of gardens with children playing
in the gardens and learning the gen-
tle ways of green growing things.

 
Calendula

My friends worry and they tell me
About it. They talk of the world
ending, of darkness and disaster.
I always listen gently, and then
say: No, it’s not going to end. This
is only the beginning, as this book
is only a beginning.

 
Squash

The time is right to mix sentences
sentences with dirt and the sun
with punctuation and the rain with
verbs, and for worms to pass
through question marks, and the
stars to shine down on budding
nouns, and the dew to form on
paragraphs.

 
California Native Flowers

In this spring of 1968 with the last
third of the Twentieth Century
traveling like a dream toward its
end, it is the time to plant books,
to pass them into the ground, so that
flowers and vegetables may grow
from these pages.

 
Lettuce

The only hope we have is our
children and the seeds we give them
and the gardens we plant together.

 
Shasta Daisy

I pray that in thirty-two years
passing that flowers and vegetables
will water the Twenty-First Cent-
ury with their voices telling that
they were once a book turned by
loving hands into life.

 
Parsley

I thank the energy, the gods and the
theater of history that brought
us here to this very moment with
this book in our hands, calling
like the future down a green and
starry hill.

 
Carrots

I think the spring of 1968 is a good
time to look into our blood and
see where our hearts are flowing
as these flowers and vegetables
will look into their hearts every day
and see the sun reflecting like a
great mirror their desire to live
and be beautiful.

Siempre sueño con alguien que sueña con caballos
que se arrojan de un barco a la tierra
o al mar.1
Y son bridones y sus espaldas no lo decidieron.

Hay un caballo en posición de batalla, asignado a su lomo, un cinturón. Una pareja de recién casados descansa en el carrito blanco que los lleva, el caballo muerto que los empuja al acantilado, porque nunca sabemos bien sobre qué caballo vamos.

Hay caballos en las laderas o haciendas, o allá, con la tierra sostenida sobre tierra. Pasean sus patas por las hojas de los ejidos parcialmente escriturados. A lo lejos ven la sentencia del fuego, sus brazos alargados regañan la tierra y el polvo que lleva cabezas como copos. Se desembocan; el hocico sangra y suplicantes se detienen.

El fuego es ahora su amigo y de sus huesos.

Hay caballos del mar, sofocados e incesantes parideras. Reclutan en sus estómagos a los ejércitos de Neptuno y construyen con sus espirales sus herramientas y metrallas.

Hay caballos antiquísimos, como los de Enrique V, muertos por la transición de los estados. Muertos en los campos amarillos de trigales.

Ahogados por ese trigo. Qué hermosas bestias.

Imagino el miedo de los de aquí cuando presenciaron por primera vez a un centauro.

Debería tener el número exacto de cabezas equinas pertenecientes a la policía montada. Alguna vez en un documental vi cómo algunos policías montados arrasaban con los manifestantes, algunos manifestantes arrasaron con un caballo. Riesgos de combate, sacrificios, como prefieran.

Hay caballos en las posibilidades de los dedos cuando corren para presionar una garganta. Hay uñas desgarradas por torturas.

Caballos que se encuentran en las calles y se saludan y se despiden sin saber bien su nombre. Avanzan siempre fieles al trote y al sonido del magma que en vómito espera paciente.

Yo ni siquiera sé la ladera donde piso.

Hay caballos en las tuberías que detienen el agua, son muros.

Qué maravilloso diseño circular de un muro. Y el agua ha sido motivo de poesía siempre. Este es un poema sobre el agua que beben los caballos.

Porque hay caballos sedientos desde la contrarreforma. Hay caballos con las columnas rotas y aun así corren. Por lo tanto, nadie puede determinar la pureza de un caballo respecto a su movimiento.

Caballos asesinos y asesinados.

Alguna vez vi a alguno arrancar los dedos a una niña mientras ella pastaba. Sacrificaron a la niña y al caballo. Como en las historias de fantasmas, siempre son niñas. Probablemente el purgatorio esté repleto de ellas y sus fantasmas.

Hay caballos en las listas de palabras utilizadas por poetas, así también: manantial, amamantar, reducto, fútil, demencia, vigor y señalamiento.

Hay caballos en las listas de desaparecidos, en las casas de los montes que encienden anafres para calentar a los caballos.

A mis diez años tuve un caballo de madera que se rompió cuando decidí montarme. Esto habla de la posibilidad de la reducción y el debilitamiento, ¿la mía o la del caballo?

Leí que los poemas con muchas certezas incomodan a otros poetas. Léase esto como producto de la sinrazón de los caballos. De cualquier manera, no puedo construir certezas. 

Hay caballos que viven lejos y con los que ya no hablo. Uno de ellos pertenece a una casta distinta (me enuncio siempre desde abajo). Porque los caballos también distinguen clases y pirámides sociales. Hay caballos que arrastran una historia, hay otros que se arrastran a sí mismos por las calles, algunos son la calle.

Me dan miedo los caballos y morir a causa de una patada o de una volcadura (¿saben el número de caballos sacrificados por las caídas en las carreras?).

Debo decir que a veces envidio a algunos caballos. Sobre todo, a aquellos que sobrevivieron al ataque que se dio alguna vez en una de mis ensoñaciones.

Hay caballos que sin aliento escupen sobre la pista y siguen porque huyen de una contaminación aportada por la quema de otros caballos.

He leído muy poco sobre los caballos y esto francamente es un invento (a la vez, ejercicio no planeado y calca de otro ejercicio). Pero admito que me da miedo no mostrarme seguro ante los caballos, las patadas pueden ser mortales.

Y es que en las centrales de autobuses he visto a manadas completas preguntando cuál es la próxima salida y nunca llega.


1Julián Herbert, “Domador de caballos”.

Si todos los que tenemos un hermano llamado Santi nos juntáramos

Si todos los que tenemos un hermano llamado Santi nos juntáramos,
seguramente nos saldría muy bien la ola.
Seguramente no cabríamos en el Estadio Azteca.
Tendríamos que reunirnos en distintos puntos,
en grupos más o menos manejables y
coordinarnos para llamarnos por Facetime al mismo tiempo
desde las distintas casas de los distintos hermanos o hermanas de Santi
que fueron tan amables de recibir a un grupo y servir papitas en platos hondos y
comprar vasos desechables y pensar en las restricciones alimenticias
de los hermanos y hermanas veganos y vegetarianos y alérgicos a las nueces
de los Santis del mundo.
Seguramente platicaríamos por horas de todo y de todo.
Seguramente uno o una sería quizás inteligente o buena onda.
Seguramente uno o una sería medio autoritario y querría controlar la situación entera,
y estaría a cargo de que todos los grupos se llamaran al mismo tiempo
y de que la comunicación entre cada una de las casas donde los hermanos
y hermanas de los Santis se reunieron ocurriera en tiempo y forma.
Pero al final la mayoría le agradecería
a ese hermano o hermana de Santi medio autoritario por organizar el evento.
Qué rifado eres, hermano o hermana de Santi, qué amable, qué buena iniciativa, le dirían.
A mi nunca se me hubiera ocurrido, diría uno o una, seguramente.
Me da gusto que me hayan contactado, dirían otros tantos.
¿Y tu hermano Santi… a ti te cae bien? Se preguntarían entre ellos.
Y las respuestas fluctuarían enormemente.
Y alguien propondría hacer una gráfica posterior al evento.
Y alguien más diría qué amable, qué buena iniciativa, yo la interpreto, de seguro.
Y en ese instante sonarían los teléfonos al mismo tiempo
y haríamos la ola todos juntos y nos saldría muy bien.

 
Una gran parte de crecer es saber a dónde ir y a qué hora

Lo único que realmente he querido que
alguien haga conmigo es que me lancen
como una flecha en la oscuridad.

Debe ser por eso que
me gusta tanto
la voz de Waze

y la de Google Maps. Esa fuerte
vibración femenina. Junto
a mi tímpano. Ve por ahí.

Cállate. No preguntes. No
puedo esperar a que alguien se
haga cargo. No puedo esperar

a ser una ciudadana de la
tercera edad. Con mi cobija
de cuadritos en todo momento.

Todos deberían imaginarme
así de cómoda. Por ahora,
procedan a meterme

adentro del cohete. Pónganme el cinturón
de seguridad. ¡Tres! La ventanita
se comienza a zangolotear. ¡Dos!

Le digo adiós a Mamá y
Papá. ¡Uno! ¡Ay, mierda! ¡Se me olvidaron
mis lentes! ¡Esperen!

 
Catsup

“Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”
dijo Napoleón. Yo no lo creo.
Pero por alguna razón, me lo imagino sosteniendo un hot-dog
mientras decía eso. Un anacronismo, eso seguro, pero ¿y la catsup?
Desearía que hubiera más catsup en el mundo.
Igual y así Napoleón no hubiera andado por ahí diciendo todas esas cosas.
Aquí, desde mi prisma, todos los ángulos dicen agudo, y la luz
se refracta medio raro. Mi prisma, es decir, mi mundo, no siempre es suficiente.
Si hubiera catsup, no sería así, eso lo supongo, pero no puedo comprobarlo.
Tendría que pedirle a Napoleón que saliera de su tumba en París y se comprara
unas papitas o algo. “A ver si así, sí”. Diria mi mama con el afán de convencerme
de que me comiera algo poco apetitoso, tipo brócoli o verdolagas. Le pondría
una salsa verde o roja o capeada y tal vez yo obedecería. Catsup nunca,
la verdad, porque no va muy bien con el brócoli, pero yo qué sé, a las niñas les encanta
la catsup cuando son chiquitas, chance yo hubiera comido brócoli con catsup, quién sabe. Chance Napoleón también. Las mangas de su chaleco, de qué color eran, eso siempre me preguntaban mis amigas pero yo nunca caí. Unos dedos —índice y cordial— me caminaban sobre el brazo como haciendo el signo de la paz, pero hacia abajo y nos reíamos. Unos se sentían
muy tiesos. Mi amiga decía “es que este no puede doblar las rodillas”, los otros deambulaban con una “pierna”, o sea, un dedo, delante del otro, pavoneándose como una coqueta señorita. 
No tengo excusas para no querer hacer las cosas yo misma. Ni tampoco para pedirle a Napoleón que se autoexhume, es decir, que se desentierre. La palabra exhumar, que viene de humus, que significa tierra, siempre me hace pensar en pan pita y se me antoja comer comida palestina. Sería un sacrilegio absoluto ponerle catsup a eso. Este es el tipo de situación en la cual no desearía que hubiera menos catsup, de hecho, sigo deseando que se produzca más catsup en el mundo, sin embargo, no la tomo en cuenta. A veces hay momentos así y ya está. La luz se descompone ante mis ojos en este prisma.

este es un poema de amor

este es un poema de amor en los casinos
los números su acomodo y las posibles
trampas creo que lo sé no son románticos
pero en poesía las orillas fangosas de los arroyos
se convierten en lechos mullidos para el amor

no son románticos los casinos creo que lo sé
pero los he recorrido todos en la ciudad
porque no cobran la entrada y en su oscura
iluminación en su bóveda de dinero ilegal
la bebida es gratuita la comida es muy
barata y te encuentro a ti creo que lo sé

tus ojos encienden la penumbra
tú llevas ahí lo claro de tu cielo
aunque luego en la noche más profunda
nos extraviemos y todo lo perdamos

 
cómo se llama

cómo se llama cómo se llama
el hecho de dejarme tú sin nombre
en el mar de los rostros cancelados

las cataratas se hacen olas
y se acomodan a las curvas
a sus vuelos y espacios sostenidos
frágiles pero existentes

mira la trayectoria de la sal
hay playa pista tren de aterrizaje
cómo se llama fuselaje
acuatizaje en el mar de las llegadas
y fundaciones en barrios de cangrejos

cómo se llama la sal de los inicios
nacen las olas en medio del aire de la muerte
pero deja de haberla porque este es tu principio

el agua
viento curva ola transparente

en las espirales del agua
los rostros ya sin nombre

cómo se llama cómo se llama
la existencia en el coral
vienen del aire estos colores

descubres aquí todos tus rojos

 
tu saliva es piedra

tu saliva es piedra
y tu palabra dicha
es cimiento
de una casa erguida
en medio de la nada

no hay memoria
pero las amapolas
brillan en la tierra
que pisaste hoy
hace mil años

brilla el horizonte
vas de un escalón
a otro
hasta llegar
a un punto neutro
sin regreso

la oscuridad
después
llegará la luz

lápida
en el cielo
ya la dices
y el peso
se acomoda
a la palabra
esta palabra
que tiene sol
y luna
y una estrella
enclaustrada

una palabra
es universo
míralo brillar
y contraerse
brillar y expandirse

crece
y esa luz desgarra
el cimiento
y a la vez
es simiente
de otra
profecía

mírala caer
a la palabra
de la boca

tu saliva es piedra
y es el cimiento
del poema

 
eres el fin

eres el fin
del siglo veinte

comienzas algo
cuando todo
está a punto 
de acabarse

vas a la sala oscura
y piensas que es real
ese bosque nevado de luz

tazas agua caliente
a las cinco en punto
el fin de la jornada
en el mundo que termina

te llega la fama
con la espuma
del chocolate

hubo hay un viento
barullo de abejorros
hubo hay un muro
en el que habitan

despegan pasean
en el llano hacia las montañas
buscan las flores
vuelan la paz
el rumor se extingue

mil novecientos diez
es un cubo de adobe
que brilla al sol

era es tu casa
un resplandor cerrado
hurtas el cuerpo
al interior

eres improcedente

abres la puerta
y ya no sales

cierras el corazón
cuando el amor se abre
con tu partida

Versiones de Pablo Piceno.*

 

la primera línea describe el vocablo CALCETA sin utilizarlo la segunda línea utiliza el vocablo INTENSO sin describirlo la tercera línea describe la descripción de un remedio contra el resfriado sin mencionar el nombre del producto la cuarta línea utiliza el vocablo CIRCUMSPECT muy parecido al nombre del producto la quinta la sexta la séptima y la octava línea describen un sentimiento difuso al sustituir los vocablos simples del compuesto de la cuarta línea es decir CIRCUM y SPECT por varios vocablos muy parecidos como CIRCO TOCINO AHUMADO ACTO CURRICULUM VITAE MAREO ESCUPITAJO CONSUMO PATÁN ZANJA y otras más la novena línea utiliza el vocablo Pxchíííí creado en imitación de la naturaleza -sin describirlo la décima línea no utiliza un solo vocablo describe por lo tanto una pausa pero que se demuestra después de echar un vistazo en la undécima y última línea del poema retroactivamente como anticipación del vocablo no utilizado ni descrito KATARSTROF la undécima y última línea describe y utiliza nada más que el sufijo ös pero con una fidelidad tónica imperativa el poema es un típico poema de advertencia l cantar de hildebrando

 

die erste zeile beschreibt das wort SOCKE ohne es zu gebrauchen die zweite zeile gebraucht das wort HEFTIGST ohne es zu beschreiben die dritte zeile beschreibt die beschreibung eines schnupfenmittels ohne den namen des fabrikates zu nennen die vierte zeile gebraucht das dem namen des fabrikates sehr ähnliche wort CIRCUMSPECT die fünfte die sechste die siebente und die achte zeile beschreiben ein diffuses gefühl indem sie die einzelwörter des compositums der vierten zeile also CIRCUM und SPECT durch mehrere sehr ähnliche wörter wie ZIRKUS RÄCHERSPECK AKT CURRICULUM VITAE DREHWURM SPUCKE KONSUM RAUHBEIN SCHÜRFE und noch andere ersetzen die neunte zeile gebraucht das der natur nachempfundene wort PXTSCHIIIII- ohne es zu beschreiben die zehnte zeile gebraucht kein wort beschreibt also eine pause die sich aber nach einblick in die elfte und letzte zeile des gedichtes rückwirkend als vorwegnahme des weder beschriebenen noch gebrauchten wortes KATARSTROF erweist die elfte und letzte zeile beschreibt und gebraucht weiter nichts als das suffix -ös allerdings mit imperativer klangtreue das gedicht ist ein typisches warngedicht s hildebranzlied

 

EN EL CABALLO TROYANO es un poema con dos inicios un nudo y dos desenlaces pareciera una x pero EN EL CABALLO TROYANO es una complicación grande y oscura y contiene además pasajes sueltos oscuros un topo que canta una clavícula que silba y objetos genitivos dispersos a esto hay que añadir la línea temporal sobre la que está asentado el poema y se le puede dar vueltas pero eso no le preocupa porque se llama EN EL CABALLO TROYANO y no el caballo troyano

 

IM TROJANISCHEN PFERD ist ein gedicht mit zwei anfängen einem mittelteil und zwei schlüssen es sähe wie ein x aus aber IM TROJANISCHEN PFERD ist eine große dunkle vertracktheit und außerdem gibt es dunkle einzelstellen einen singenden maulwurf ein pfeifendes schlüsselbein und streunende genitivobjekte hinzu kommt die zeitachse auf der das gedicht sitzt und gedreht werden kann doch darum kümmert es sich nicht denn es heißt IM TROJANISCHEN PFERD und nicht das trojanische pferd

 

pero ay dónde empieza el poema del hueco no empieza pero ay en qué consiste no consiste pero ay de qué está hecho la hechura del poema del hueco es muy simple y con qué se sirve pues en un sentido amplio con poesía

 

aber ach wo beginnt das lochgedicht es beginnt nicht aber ach woraus besteht es es besteht nicht ach aber wie ist es beschaffen das lochgedicht ist sehr einfach beschaffen und womit wird es bedient nun im erweiterten sinne mit poesie

 

ahora el poema del sueño no se redacta ni en el sueño del redactor ni del lector u otras personas no se lee ni se maneja de otra manera tampoco se ocupa de un sueño del redactor ni del lector u otras personas ni se sueña a sí mismo ni al redactor ni al lector u otras personas no se habla en el poema del sueño de condiciones de ensueño o de relaciones u otras consecuencias igualmente carece de cualquier parábola y toda investigación del carácter no tiene presentimientos no interpreta a fondo no está encajado cómo es eso es que en el poema del sueño todo es posible y negar no tiene consecuencias

 

nun wird das traumgedicht weder im traum des verfassers oder des lesers oder anderer personen verfaßt oder gelesen oder anders gehandhabt noch befaßt es sich mit einem traum des verfassers oder des lesers oder anderer personen noch träumt es sich selber oder den verfasser oder den leser oder andere personen nein von traumhaften zuständen oder beziehungen oder anderen folgen ist im traumgedicht nicht die rede auch entbehrt es jeglichen gleichnisses und aller charakterforschung es ahnt nichts voraus es deutet nicht tief es ist nicht geschachtelt wie kommt das das kommt daher weil im traumgedicht alles möglich ist und negationen keine folgen haben

 

si la fiesta empieza a las cuatro el clímax empieza a las seis si el poema empieza con la fiesta el clímax empieza con el final si el final empieza a las seis la fiesta empieza con el clímax si el clímax empieza con el final el final empieza con el poema si el final empieza con la fiesta el poema empieza con el clímax si a las seis empieza el poema el poema empieza a las cuatro si empieza el clímax el poema empieza con el final si el poema empieza empieza el final

 

wenn das fest um vier beginnt beginnt der höhepunkt um sechs wenn das gedicht mit dem fest beginnt beginnt der höhepunkt mit dem schluß wenn der schluß um sechs beginnt beginnt das fest mit dem höhepunkt wenn der höhepunkt mit dem schluß beginnt beginnt der schluß mit dem gedicht wenn der schluß mit dem fest beginnt beginnt das gedicht mit dem höhepunkt wenn um sechs das gedicht beginnt beginnt das gedicht um vier wenn der höhepunkt beginnt beginnt das gedicht mit dem schluß wenn das gedicht beginnt beginnt der schluß

 

 

* Los poemas traducidos aparecen en el libro Jetzt kann man schreiben was man will (Carl Hanser Verlag, 2003). El traductor dedica así esta muestra: «A Pura López Colomé, que me regaló los libros de Pastior hace años, esperando que algún día lo tradujera».

 

 

 

 

 

 

Parques en guerra I

El calor está en retirada
y un sol de Paz abandona el campo de juego

         Los vehículos estacionados
son relojes de sombra
Se rigen por el horario en que excretan los pájaros
               Manecillas
que pueden cambiar de pista detenidas  
a exceso de velocidad

Por las ventanas arrojan envases
con sobras de música

Ahora servirán como cuerpos
dejados en la berma. Accidentes
donde presumir con la distancia  
y el número de adversarios

hasta que la tarde se convierte en un bello
violento paseo por el Parque

Los disparos vienen desde todos los flancos
Son municiones de Agua  
         de bajo calibre
que precipitan sobre los pastos en Guerra

Junglas del Sudeste asiático
        vistas desde un Dron
a la Altitud de estos ojos

Batallas en miniatura
donde las mangueras de riego hacen nudo
         tendiendo emboscadas

dibujando frentes de combate
mientras las gotas impactan en tobillo y muleta
            aluminio y huesos

Selva húmeda en rehabilitación
             a cada paso.

 

Parques en guerra II

Mangueras de regadío Selva húmeda
municiones de Agua de bajo calibre

Sobre los restos de lo que fue un Parque Patronal

entre sus árboles sobrevivientes
que guardaron registro de todas las
iniciales talladas en la corteza:                                  
    Los puños abiertos… festejan negándose

—Decir No, es como identificarse—
maderos jóvenes a merced de las hachas
a rostro cubierto en capuchas de fiesta incendiaria
para detener el tránsito

Hay letras de canciones prisioneras en redes
y un cardumen de Bancas del parque
desde donde presenciar los combates
y el bombardeo del agua

Las reservas fueron hechas con anticipación
Son Bancas ancladas en terreno alto
             lejos de las gotas
donde todo lo que despierta y no se mueve
sirve de estimulante a los francotiradores

Ocupan buena posición frente a la escena
          desplegadas sobre el campo
según las órdenes que dicta el manual

según el mensaje cifrado en voz baja

Siguiendo los planos de construcción
de las últimas defensas, que en cada atardecer
resisten desde el césped
Vehículo estacionado, relojes de sombra
la cara de Los Andes en cartón piedra
            mirando a mi ciudad

Ahí se exhibe la Colección de Armas:
herramientas culpables de falsas torturas

planes de ataque que el enemigo conoce

algunos microgramos de realidad.

 

Sellado al vacío

El otoño alcanzó su mayoría de edad     
y hay un último fruto que se resiste a la caída

Abajo el suelo pesa

El tallo no cumple con su deber
y solo esperar, aguantando la respiración
          actúa como adhesivo

Los juguetes del cosechador
también pesan

Cuando le preguntan Por qué
y responde
          pero bajo un Nombre falso

Pesan
Mientras se digita en secreto la Clave
para el intercambio de rostros y mercancías
…cañerías rotas que anticipan inundación
…corteza, nidos secos y peldaños
hasta llegar a la copa del árbol más viejo

Abajo
la Fecha de Vencimiento pesa

Al limpiarse los pies
frente a la Puerta sin Premio
—por todo lo cometido—
antes de entrar y cerrar por dentro

dejando de este lado quemaduras                 
             en brazo y cara
del que encontró las monedas en el fondo del pozo

Las mismas quemaduras
que ahora desconfían de la luz

De esta Luz que pesa

Esta que nadie sabe, si sigue encendida
cuando cierran la puerta del congelador

Sellado al vacío.

 

Algo se mueve
 
                                                               Tienen llave solo hasta mañana
                                                            …antes del desalojo de ayer.

Cuántas ciudades
demora una puerta en despedirse

Cuánto combustible este disparo de apuestas
Donde todo lo que falta apunta al Blanco del día:
a los rastros de caza que el próximo desaparecido
deja al huir, unos años adelante
en dirección de los dados

Ya se borraron los primeros dibujos de la pared
y la anatomía del ridículo no Evade su edad:
cultivos de fiesta Indoor entre la gente
(No conocen los vientos… solo hablan del verano)

Afuera hay culatas de retroceso y Rayados
hechos con hematomas en el hombro del Tirador
Al centro la estatua es sorda a las miradas:
objetos fríos construidos con agua
que nos invitan junto al fuego por primera vez

Algo se mueve y respira en las Estaciones:
abeja muda que grita
en volumen bajo de néctar
Sí… Fíjate en las manos, algo se mueve

Su lanceta se quedó sin municiones
           y empezó a caminar
llamando por su nombre, a cada Arma

A cada una- para preguntar por la escena más
joven donde se cometió el error; por el Paradero
donde cerradura y llaves tienen cita

para su despedida a ciegas.

 

Bolsillo 501  

El paisaje dentro de una habitación cerrada
o de un Vagón repleto, ocupando el mismo espacio
en algún país

es siempre la misma habitación cerrada.

El cliente frecuente de celdas
asecha en negativos los bolsillos del Levi’s

A corta distancia su tacto puede ver y
medir el precio de la clandestinidad
perpetuando el oficio del tahúr o la mantis:
nadie alcanzó a descifrar el plan invisible
escrito en lo profundo de su cara.

Durante la frenada, la ceguera se hace Flash
capturando foto y pobreza De cuerpo entero
de una presa lenta    
ya madura

—La mano interpreta su papel
y permanece en escena
solo hasta el final del acto.

De vuelta en sus Líneas; en el Paradero
          evidencias de barricada
Ajustes de cuenta y Parques en Guerra

secándose a orillas de las pozas
que dejó anoche el vehículo policial

A casi una pedrada de distancia

Sobre el único cactus florecido
—Ese que lleva su nombre—
hay una larva de insecto que predice el futuro

que llega a la vejez
y muere

el día más largo de su vida.