Futbol llanero

En la cancha “Pirules”
la tierra se mezclaba con la basura
nuestros tachones fracturaban la tierra
y en las tardes de entrenamiento
las grietas se confundían con el olvido

la huella de cada carrera
aún sueña su abundancia en el polvo.

La lluvia aumentó como el afluente del agua
en la llanura:

            tú y yo nos quedamos en mitad de la cancha
            tomaste el balón y me pediste sentarnos

            tenías la cara cubierta por el ligero velo del agua
            cuando dijiste: “ya tengo novio”

            y esas palabras
            cancelaron el refugio
            del futbol llanero.

 
 
Estados Unidos 1994

Sentí lo que Roberto Baggio
al fallar el penalti
cuando mis padres dijeron
“ese ambiente no es para ti”.

Era una niña de nueve años
enterada del lenguaje de balones e insultos
en la delantera de niños
de la escuela primaria.

El profesor me había pedido
recortarme el cabello
y en el televisor de la sala
vimos cómo Italia perdía el mundial ante Brasil
cuando Baggio
voló la pelota.

 
 
Alemania 2006

Me sueño en una cancha
que se alarga con cada paso mío
pero la realidad me aleja
y la torpeza de mi búsqueda
impide a mis pies el movimiento.

En la cancha oscura del espejo
persigo otro balón
cansada, fuera de ritmo y de práctica.

No juego desde que México fue eliminado
con el gol de Maxi Rodríguez
en octavos de final contra Argentina.

 
 
Alemania 2006

El cielo sin una nube
que nos protegiera
y con el sudor en la cara
de pie en una cancha de futbol llanero:
así recuerdo mi adolescencia.

Imitaba a Zidane
[que pasó de la sombra a la gloria
en Alemania 2006] su perfección del tiro libre directo
y yo con la pierna izquierda entre alambres
y piedras levantaba una capa de polvo
con el miedo constante
de causarme una lesión severa.

 
 
Pase alto

Era tan fácil para ti acercarte a los hombres
como para mí difícil ver el balón
rodar
entre tus piernas
con el número diez en tu uniforme

ondeándose en las líneas de la cancha

mi esperanza era acertar un pase
alto [tú
en salto de ave]
y que la pelota
se uniera a tus piernas
en un movimiento dotado de simetría.

 
 
Balón dividido

Ibas a cada balón dividido
y con cada contrincante
pocas veces lo robabas
pero nunca podías conducirlo

desde mi media cancha
el significado de tu manoteo era el extravío
y quería acercarme a consolarte
pero había un amigo tuyo
con tu nombre en su boca
                                      y en pancartas

enseguida otro pase complicado
como tributo a un siervo mal correspondido.

 
 
El cuidado

Casi siempre la cascarita era contra hombres.

Por lo regular perdíamos:
el enfrentamiento de los cuerpos era duro
me gustaba jugar contra ellos
no medía mi fuerza al ataque
ni pensaba en los golpes y las frustraciones.

Contigo era diferente
trataba de cuidar tu juego en cada pase
y cuando éramos contrincantes
mi fuerza se dosificaba
para no patear accidentalmente tu silueta
o codear tu cadera ni tus pechos

jugar contigo era un acto sublime
y mi desgaste era excesivo.

 
 
* Poemas pertenecientes a Futbol llanero, proyecto seleccionado para publicación por el PECDA Aguascalientes 2024.