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No.032_Revistero – Agosto 2010

de:

La Nave. Revista de la Fundación Veracruzana en la Cultura Enero-marzo 2010, núm. 4 Por Christopher Manuel García Vega Sin dudarlo puedo afirmar que La Nave se está consolidando como una de las publicaciones más atrac …

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No.032_Revistero – Agosto 2010

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La Nave. Revista de la Fundación Veracruzana en la Cultura Enero-marzo 2010, núm. 4 Por Christopher Manuel García Vega Sin dudarlo puedo afirmar que La Nave se está consolidando como una de las publicaciones más atrac …

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No.015_Vicisitudes del Premio Nacional de Poesía Gilberto Owen 2008

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PREMIO NACIONAL DE POESÍA GILBERTO OWEN 2008 Los premios de poesía en México se han convertido en un tema central para discutir las políticas culturales. Abordamos ahora la situación alrededor del Gilberto Owen de Sinaloa. Presentamos un editorial de Periódico de poesía sobre el tema, una carta de Rubén Rivera y un par de respuestas a la misma por parte de Pedro Serrano, editor de esta publicación, y del poeta Jesús Ramón Ibarra.  

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No.015_Repudiamos agresión contra poetas

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REPUDIAMOS AGRESIÓN CONTRA POETAS El Periódico de poesía de la UNAM se une a la indignación y protesta por la agresión que sufrieron tres escritores en la ciudad de Puebla. A continuación publicamos la carta de denuncia de tales hechos.  

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No.024_Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009

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PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA JAIME SABINES 2009 Editorial de Periódico de poesía Un libro cuyas dos terceras partes están publicadas es, como libro en su conjunto, estrictamente inédito. El poema ha sido publicado, el libro en su totalidad, no. Los premios de poesía siempre estarán cubiertos de la miel de la sospecha si se sostienen en el carácter anónimo que resulta endeble como argumento de valoración, y a estas alturas, indefendible y francamente obsoleto, dada la rapidez con que los poemas pueden localizarse en internet. Cualquier poema o verso que haya sido enviado, incluso de forma personal, vía Facebook (por ejemplo) es rastreable. El criterio de lo inédito obliga en cambio a que muchos poetas se vean impedidos de dar a conocer adelantos de su escritura por temor a ser rechazados en algún premio en el que quieren participar. A quienes esto afecta es a los lectores, no sólo a los poetas y a los editores. Proponemos que el requisito de inédito sea cancelado, o que la condición se especifique claramente y no deje lugar a dudas entre la posibilidad del “libro inédito” o de los “poemas inéditos”.  

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No.029_Los foros de cultura, ¿otra vez?

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LOS FOROS DE CULTURA, ¿OTRA VEZ? Por Alejandro Sandoval Ávila De acuerdo a la nota aparecida en varios medios entre el 19 y el 21 de abril, la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados prepara “Foros de Consulta” para elaborar una Ley de Cultura. Esto, por lo menos, denota ignorancia por parte de los actuales legisladores de lo que ha venido haciéndose desde 1996 en la Cámara de Diputados. Fue en ese año, durante la LVI Legislatura, que se convocó por primera vez a unas “Jornadas de Reflexión” si bien recuerdo y se publicó un mamotreto –elaborado por la UAM Iztapalapa- de más de mil páginas con las ponencias y las relatorías de los tres días que duró el evento.  

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No.029_Los foros de cultura, ¿otra vez?

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LOS FOROS DE CULTURA, ¿OTRA VEZ? Por Alejandro Sandoval Ávila De acuerdo a la nota aparecida en varios medios entre el 19 y el 21 de abril, la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados prepara “Foros de Consulta” para elaborar una Ley de Cultura. Esto, por lo menos, denota ignorancia por parte de los actuales legisladores de lo que ha venido haciéndose desde 1996 en la Cámara de Diputados. Fue en ese año, durante la LVI Legislatura, que se convocó por primera vez a unas “Jornadas de Reflexión” si bien recuerdo y se publicó un mamotreto –elaborado por la UAM Iztapalapa- de más de mil páginas con las ponencias y las relatorías de los tres días que duró el evento.  

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No.029_Los foros de cultura, ¿otra vez?

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LOS FOROS DE CULTURA, ¿OTRA VEZ? Por Alejandro Sandoval Ávila De acuerdo a la nota aparecida en varios medios entre el 19 y el 21 de abril, la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados prepara “Foros de Consulta” para elaborar una Ley de Cultura. Esto, por lo menos, denota ignorancia por parte de los actuales legisladores de lo que ha venido haciéndose desde 1996 en la Cámara de Diputados. Fue en ese año, durante la LVI Legislatura, que se convocó por primera vez a unas “Jornadas de Reflexión” si bien recuerdo y se publicó un mamotreto –elaborado por la UAM Iztapalapa- de más de mil páginas con las ponencias y las relatorías de los tres días que duró el evento.  

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No.015_Roberto Bolaño

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  Roberto Bolaño

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No.016_Ana Marques Gastão

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Ana Marques Gastão

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No.015_Hugo Mujica – Poemas

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Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) 8 cicatriz de barro mura la herida briznas de pájaro mi jaula es mi sombra mi seguirte 31 del soplo de tu luz mi sombra y el encendido tatuaje de tu irte: nervaduras abriéndose en mis muros puertas rojamen …

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No.015_Enirqueta Ochoa – Tres poemas

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Enriqueta Ochoa (Torreón, 1928) Los himnos del ciego I El que canta es un ciego con los ojos de faro y los labios de raíz oscura. El que canta es un ciego que se quemó de ver y nunca percibió dentro de su cuerpo justo ni con …

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No.015_Un poema a Enirqueta Ochoa – Juan Carlos Quiroz

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Oración Por Juan Carlos Quiroz 2 de diciembre de 2008 No rebusquen más mitos en mis labios. Soy la furia salvaje de una criatura abandonada en el monte… Enriqueta Ochoa Que el silencio no se extinga, que se esconda en esa leve ranura de …

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No.015_Elizabeth Cazessús

de:

  Jairo Buitrago Elizabeth Cazessús  Argel Corpus José Carlos Llop  Alfonso Orejel Soria Jesús Ramón Ibarra Ricardo Pozas Horcasitas Karen Villeda

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No.018_Barbaridades in situ – Sergio Pinto Briones

de:

Barbaridades in Situ Poemas visuales Sergio Pinto Briones (Santiago de Chile, 1977; reside en Barcelona). El libro de poesía visual/experimental Barbaridades in Situ es un reflejo de la barbaridad actual, un espejo minimalista de la experimentac …

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No.019_Poemas visuales – Frida Cano

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Poemas visuales Frida Cano Este material fue tomado del poemario Cuaderno de laura de Javier Contreras (Leer reseña…) Uno ignora el tamaño de su desolación Las danzas que fluyen y refluyen del dolor a la esperanza Emitaña …

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No.019_Poemas – Raúl González Tuñón

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Poemas de Raúl González Tuñón No preguntaron Vinieron de tierras subidas a los mapas. Según la latitud agrias o dulces, duras o fraternales. Oh viajeros, con puñales, con rosas, fotografías de jefes quer …

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No.015_Alfonso Orejel Soria

de:

  Jairo Buitrago Elizabeth Cazessús  Argel Corpus José Carlos Llop  Alfonso Orejel Soria Jesús Ramón Ibarra Ricardo Pozas Horcasitas Karen Villeda

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No.022_Defensa de la poesía – Septiembre 2009

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Defensa de la poesía Pedro Serrano El mastique es una pasta de color gris verdoso, como una masilla apretada, con un suave olor acre y atractivo, que sirve para fijar los cristales una vez puestos. Lo utilizaban todos los vidrieros de México, ya fueran en bici o llevaran vidrios más grandes en aparatosas camionetas, ambas con una armazón en forma de V al revés, que sirve para acomodarlos y protegerlos. Recorro las ventanas de mi casa y me doy cuenta de que en las casas nuevas ha dejado de usarse. Durante mi infancia, en la que repentina y repetidamente rompíamos cristales a balonazos, era el material que se usaba siempre. De consistencia parecida a la plastilina, la pasta blanda se unta al borde del marco, una vez que el vidrio ha sido puesto. Se aplica una capa, se aprieta, se alisa, para que apenas y se note. Al endurecerse, el cristal queda fijo; no se mueve ni tiembla ni se cae…  

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No.023_Defensa de la poesía – Octubre 2009

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano La relación de la poesía con la muerte ha sido vista desde los más disímiles ángulos. Es al mismo tiempo una obviedad y un abismo, presente e inalcanzable, asible y que se disipa siempre. La teoría, es decir, el pensamiento sobre la escritura en su más fina expresión, la planta en el corazón de sus excursiones y la sitúa en central pulsión de las aventuras de quien escribe, almendra y huella, concentrado presente y marca dejada para la posteridad. Quien escribe lo hace para seguir ahí y para alcanzar lo que no está, lo dejado atrás, lo que viene. Y las estrategias de la escritura, el acomodo de las palabras para que tengan una carga de tiempo emocional, lo que se llama comúnmente retórica, el escribir “Canta oh Diosa la cólera de Aquiles el pélida”, por ejemplo, pero también la voluntad percusiva que en una postal fechada en Tamuco, el 30 de junio de 1915, un niño de once años llamado Neftalí Reyes escribió a mano: “De un paisaje de áureas regiones yo escogí, para darle querida mamá esta humilde postal”, sirven para que eso llegue…  

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No.024_Defensa de la poesía – Noviembre 2009

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Defensa de la poesía Pedro Serrano La manera en que funciona un poema es siniestra. Prefiero usar este término a decir que es oscura, pues la primera palabra avanza un poco más allá, de manera imperceptible, a un punto de no retorno que la oscuridad no alcanza. Digamos que la oscuridad se puede atravesar, iluminar, resolver. En cambio, lo siniestro es abismal e inconmensurable. Por eso un buen poema es siniestro aunque no sea oscuro, y no se define en oposición a los malos poemas. Acercarnos a esa palabra, y desde ella verlos, ayuda a entender qué es lo que hace que un poema sea bueno. Pero aceptar lo siniestro es también asumir que nunca atinaremos a saber verdaderamente qué pasa en un buen poema. Podemos decir, en uno de esos movimientos figurativos que sirven para tocar lo insondable, que a un buen poema lo palpamos, pero a pesar de todos los esfuerzos que hagamos, nunca podremos decir que hemos terminado de abarcarlo, ni de desglosarlo, ni de resolverlo.  

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No.025_Defensa de la poesía – Diciembre 2009 – Enero 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano La película American Beauty de Sam Mendes comienza con una escena en silencio, en la que casi nada se mueve y no aparece nadie, como una portada en colores que con su sola vista diera la clave de lo que va a suceder en su interior. Más adelante nos daremos cuenta de que esa escena contrasta una complicada saga suburbana con un video filmado por un adolescente inquieto y a la vez asentado, uno de esos personajes que condensan las historias, y que lleva el pulso de claridad en la narración hasta su desenlace. Los demás personajes se mueven del principio hacia su final, se descubren y cambian y se reconocen, excepto él, que ya está hecho desde el inicio y sigue siendo el mismo al terminar, aunque las circunstancias lo modifiquen y él se mueva con ellas. En el fondo, si lo pensamos, es la representación narrativa de su propio video. Darnos cuenta de este doblez sutil hace que entendamos mejor la relación que tiene la historia con el pequeño y perfecto camafeo allí integrado, su articulación, que le sirve de enigma, pero cuyo poder significativo no acaba en ella, como un alkaseltzer, que otorga sus efectos al diluirse en un vaso de agua, sino que continúa vibrando de manera independiente.  

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No.026_Defensa de la poesía – Febrero 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano La poesía, como su nombre lo indica, no es música. La relación que establecen las palabras con los sonidos es muy distinta a la que construye la música. La sonoridad, que es lo que tienen en común, lleva sus aguas a diferentes ríos y funciona de muy distinta manera en cada una de estas dos actividades. Para decirlo brevemente, si se analizan los elementos sonoros de un poema, con lo que tenemos que lidiar es con la prosodia, que es una rama de los estudios de poesía, no de la música. La emoción a la que nos lleva el juego de los sonidos de un poema, incluso en los que consideramos más “musicales”, es de índole muy distinta a la emoción trabajada por la música, sea esta melódica o dodecafónica. Y sin embargo, es tan larga la tradición que las pone en el mismo saco, y son tantos los espacios en que se juntan, que se tiende a pensar que nacieron juntas, o que crecieron juntas, o que se pueden explicar una a la otra.  

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No.027_Defensa de la poesía – Marzo 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano Los signos de puntuación, en general, sirven para señalar cadencias, detenciones, sesgos y giros. Son sustituciones que, en la lectura más que en la escritura, buscan rearticular un texto. Históricamente, la puntuación nace como una codificación posterior a la escritura. Las primeras escrituras no tenían puntuación por una razón muy simple: quienes las escribían eran también quienes las leían, lo que hacía que la escritura no fuera un descubrimiento sino un soporte de la memoria. Lo que en el lenguaje escolar se llama en algunos lugares “un acordeón”, y en otros “una chuleta”, es decir, una serie de cifras que saltan como resortes nemotécnicos. Lo que estaba ahí se sabía de antemano. Poco a poco, los signos de puntuación, las separaciones de palabras, las fijaciones silábicas, fueron ocupando el lugar del ritmo, y dieron lugar a que quien leyera, se sintiera cómodo y pudiera seguir la lectura sin entrar en sus abismos. Los signos de puntuación sirven para llenar huecos. Pero en poesía todo es signo y todo es puntuación.  

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No.027_Defensa de la poesía – Marzo 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano Los signos de puntuación, en general, sirven para señalar cadencias, detenciones, sesgos y giros. Son sustituciones que, en la lectura más que en la escritura, buscan rearticular un texto. Históricamente, la puntuación nace como una codificación posterior a la escritura. Las primeras escrituras no tenían puntuación por una razón muy simple: quienes las escribían eran también quienes las leían, lo que hacía que la escritura no fuera un descubrimiento sino un soporte de la memoria. Lo que en el lenguaje escolar se llama en algunos lugares “un acordeón”, y en otros “una chuleta”, es decir, una serie de cifras que saltan como resortes nemotécnicos. Lo que estaba ahí se sabía de antemano. Poco a poco, los signos de puntuación, las separaciones de palabras, las fijaciones silábicas, fueron ocupando el lugar del ritmo, y dieron lugar a que quien leyera, se sintiera cómodo y pudiera seguir la lectura sin entrar en sus abismos. Los signos de puntuación sirven para llenar huecos. Pero en poesía todo es signo y todo es puntuación.  

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No.028_Defensa de la poesía – Abril 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano Uno de los cambios mayores que se han dado en poesía ha sido el de su apreciación en traducción. Ha sido un cambio tan imperceptible que se ha hablado muy poco de ello. No ha habido polémicas en que se discuta ni manifiestos en su defensa, ni posiciones encontradas, casi como si lo que está sucediendo hubiera estado allí siempre, o como si el cambio fuera cosa natural. Ha sido un cambio más en los hechos que en la teoría, y más en acciones puntuales que en su discusión u observación crítica, ya que no afecta a los poemas en sí, ni siquiera a sus traducciones como tales, en primera instancia, sino que se da en la relación que como lectores empezamos a establecer con ellas, casi sin darnos cuenta de que estamos leyendo las traducciones de poesía de otra manera a como lo hacíamos antes. Y precisamente por ser tan de otra manera, a pesar de ser aparentemente imperceptible, este cambio es de gran calado, aunque no lo veamos.  

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No.028_Defensa de la poesía – Abril 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano Uno de los cambios mayores que se han dado en poesía ha sido el de su apreciación en traducción. Ha sido un cambio tan imperceptible que se ha hablado muy poco de ello. No ha habido polémicas en que se discuta ni manifiestos en su defensa, ni posiciones encontradas, casi como si lo que está sucediendo hubiera estado allí siempre, o como si el cambio fuera cosa natural. Ha sido un cambio más en los hechos que en la teoría, y más en acciones puntuales que en su discusión u observación crítica, ya que no afecta a los poemas en sí, ni siquiera a sus traducciones como tales, en primera instancia, sino que se da en la relación que como lectores empezamos a establecer con ellas, casi sin darnos cuenta de que estamos leyendo las traducciones de poesía de otra manera a como lo hacíamos antes. Y precisamente por ser tan de otra manera, a pesar de ser aparentemente imperceptible, este cambio es de gran calado, aunque no lo veamos.  

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No.029_Defensa de la poesía – Mayo 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano  Después de una larga navegación, una tortuga que al fin sale a desovar empezará a depositar lo que casi seguramente serán sólo cascarillas. Para otra cosa no saldría del mar, que es su continuidad y medio natural. Afuera hay dificultades, violencia, rastrojos. Sin embargo, sólo ahí puede la tortuga dar continuidad a su especie. Miles de huevecillos blandos van cayendo húmedos a un hoyo enarenado con la esperanza de que en ese hueco se protejan hasta su maduración. Ésa es su apuesta. Si después surgen las nuevas y pequeñísimas tortugas y se echan por ellas mismas a andar es otro cantar. La enorme tortuga ya estará muy lejos, arrastrando primero su cuerpo de regreso a las aguas, navegando hacia quién sabe qué arrabales en busca de plancton o de algas, avanzando ligeramente, pesadamente, como queramos imaginarla. Las tortugas bebés saldrán del hoyo y afrontarán el peligro de las águilas, los perros, la cenicienta luz, y unas cuantas, si acaso, encontrarán el lento camino al mar, sentirán el alivio de la ola madre que las recibe, se sumergirán en ella e iniciarán el viaje hacia sí mismas, y finalmente llevarán después su propia voluntad al mismo sitio, desovarán. Todo esto lo sé pero también tuve la suerte de verlo, hace unos años. En aquella ocasión mi hijo Mateo, de tres años, se puso a llorar porque las tortugas que se metían al mar no estaban con su madre. Sentía la soledad en la que se sumergían. Tenemos muchas maneras de aproximarnos a la realidad, y de interpretarla. Esa fue una de ellas.  

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No.029_Defensa de la poesía – Mayo 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  Después de una larga navegación, una tortuga que al fin sale a desovar empezará a depositar lo que casi seguramente serán sólo cascarillas. Para otra cosa no saldría del mar, que es su continuidad y medio natural. Afuera hay dificultades, violencia, rastrojos. Sin embargo, sólo ahí puede la tortuga dar continuidad a su especie. Miles de huevecillos blandos van cayendo húmedos a un hoyo enarenado con la esperanza de que en ese hueco se protejan hasta su maduración. Ésa es su apuesta. Si después surgen las nuevas y pequeñísimas tortugas y se echan por ellas mismas a andar es otro cantar. La enorme tortuga ya estará muy lejos, arrastrando primero su cuerpo de regreso a las aguas, navegando hacia quién sabe qué arrabales en busca de plancton o de algas, avanzando ligeramente, pesadamente, como queramos imaginarla. Las tortugas bebés saldrán del hoyo y afrontarán el peligro de las águilas, los perros, la cenicienta luz, y unas cuantas, si acaso, encontrarán el lento camino al mar, sentirán el alivio de la ola madre que las recibe, se sumergirán en ella e iniciarán el viaje hacia sí mismas, y finalmente llevarán después su propia voluntad al mismo sitio, desovarán. Todo esto lo sé pero también tuve la suerte de verlo, hace unos años. En aquella ocasión mi hijo Mateo, de tres años, se puso a llorar porque las tortugas que se metían al mar no estaban con su madre. Sentía la soledad en la que se sumergían. Tenemos muchas maneras de aproximarnos a la realidad, y de interpretarla. Esa fue una de ellas.  

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No.029_Defensa de la poesía – Mayo 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  Después de una larga navegación, una tortuga que al fin sale a desovar empezará a depositar lo que casi seguramente serán sólo cascarillas. Para otra cosa no saldría del mar, que es su continuidad y medio natural. Afuera hay dificultades, violencia, rastrojos. Sin embargo, sólo ahí puede la tortuga dar continuidad a su especie. Miles de huevecillos blandos van cayendo húmedos a un hoyo enarenado con la esperanza de que en ese hueco se protejan hasta su maduración. Ésa es su apuesta. Si después surgen las nuevas y pequeñísimas tortugas y se echan por ellas mismas a andar es otro cantar. La enorme tortuga ya estará muy lejos, arrastrando primero su cuerpo de regreso a las aguas, navegando hacia quién sabe qué arrabales en busca de plancton o de algas, avanzando ligeramente, pesadamente, como queramos imaginarla. Las tortugas bebés saldrán del hoyo y afrontarán el peligro de las águilas, los perros, la cenicienta luz, y unas cuantas, si acaso, encontrarán el lento camino al mar, sentirán el alivio de la ola madre que las recibe, se sumergirán en ella e iniciarán el viaje hacia sí mismas, y finalmente llevarán después su propia voluntad al mismo sitio, desovarán. Todo esto lo sé pero también tuve la suerte de verlo, hace unos años. En aquella ocasión mi hijo Mateo, de tres años, se puso a llorar porque las tortugas que se metían al mar no estaban con su madre. Sentía la soledad en la que se sumergían. Tenemos muchas maneras de aproximarnos a la realidad, y de interpretarla. Esa fue una de ellas.  

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No.030_Defensa de la poesía – Junio 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano  Un poema es siempre una salida de tono. No puede ser de otro modo. En ningún caso es una continuidad, incluso cuando viene inmediatamente después de una experiencia, y pareciera que la enmarca o cifra. Un poema viene de un solo lado y no sólo de ahí. Siempre hay algo específico que lo acciona y mil motivaciones de las que surge. Aquello puede ser una piedra en el zapato, el ritmo del cantar, lo que se agolpa en el cuerpo o el corazón, las cosas que nos atoran o nos sueltan, el sol pegando en un borde. En la mayoría de las ocasiones no pasa nada. Pero sucede que a veces, en un momento dado, algo se visualiza o se escucha, se huele, casi siempre contradictorio, incómodo, de difícil asimilación, y entonces todos los antecedentes o descubrimientos que atraía el poema empiezan a girar vertiginosamente en torno a ese algo como un imán al que aferraran su impulso, como las frutas y platos alrededor de la mesa en el cuadro Naturaleza muerta resucitando de Remedios Varo.  

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No.030_Defensa de la poesía – Junio 2010

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  Un poema es siempre una salida de tono. No puede ser de otro modo. En ningún caso es una continuidad, incluso cuando viene inmediatamente después de una experiencia, y pareciera que la enmarca o cifra. Un poema viene de un solo lado y no sólo de ahí. Siempre hay algo específico que lo acciona y mil motivaciones de las que surge. Aquello puede ser una piedra en el zapato, el ritmo del cantar, lo que se agolpa en el cuerpo o el corazón, las cosas que nos atoran o nos sueltan, el sol pegando en un borde. En la mayoría de las ocasiones no pasa nada. Pero sucede que a veces, en un momento dado, algo se visualiza o se escucha, se huele, casi siempre contradictorio, incómodo, de difícil asimilación, y entonces todos los antecedentes o descubrimientos que atraía el poema empiezan a girar vertiginosamente en torno a ese algo como un imán al que aferraran su impulso, como las frutas y platos alrededor de la mesa en el cuadro Naturaleza muerta resucitando de Remedios Varo.  

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No.031_Defensa de la poesía – Julio – Agosto 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano  En poesía hay dos maneras de hablar de forma. La forma que se alcanza y la forma que se es. Cada vía lleva a sitios diferentes y en el encuentro ciego y generoso culminan ambas. Las formas, tradicionales o no, sirven para explicarnos las evoluciones (casi en el sentido de las que hace una gimnasta en la pista) que adoptan los poemas en el ancho y parchado lienzo de la historia. Un haikú por ejemplo tiene, en los temas que toca, en los ambientes que habita, en la extensión que alcanza, una especial forma de ser, inevitable. Como si en el oleaje que provocan sus tres versos mínimos pudiera contenerse un universo expansivo de movimiento e imagen.  

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  En poesía hay dos maneras de hablar de forma. La forma que se alcanza y la forma que se es. Cada vía lleva a sitios diferentes y en el encuentro ciego y generoso culminan ambas. Las formas, tradicionales o no, sirven para explicarnos las evoluciones (casi en el sentido de las que hace una gimnasta en la pista) que adoptan los poemas en el ancho y parchado lienzo de la historia. Un haikú por ejemplo tiene, en los temas que toca, en los ambientes que habita, en la extensión que alcanza, una especial forma de ser, inevitable. Como si en el oleaje que provocan sus tres versos mínimos pudiera contenerse un universo expansivo de movimiento e imagen.  

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No.032_Defensa de la poesía – Septiembre 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano  Los paralelismos entre las diferentes artes son casi siempre mayores de lo que nos inclinamos a pensar. Octavio Paz señalaba, por ejemplo, las asombrosas similitudes de búsquedas y resultados entre la poesía de Guillaume Apollinaire y los descubrimientos hechos por los pintores cubistas. Pensar en unas desde las otras ayuda a dilucidar problemas que parecen insolubles en uno de sus campos pero que desde la perspectiva de otro se desenredan casi por sí solos. Y si por razones inconmensurables, desde su infancia y durante su adolescencia, T. S. Eliot y Ramón López Velarde, nacidos ambos en 1888, fueron siguiendo casi una idéntica senda de formación, y resolviendo dilemas similares utilizando los mismos utensilios hasta llegar a construir dos estéticas siniestramente paralelas, nada nos impide pensar que cosas parecidas puedan suceder en la mente de un coreógrafo y un músico, aunque estén a miles de kilómetros de distancia y nunca lleguen a conocerse. Si hiciéramos eso daríamos menos manotazos en cada una de ellas y trajinaríamos de unas a otras, con mucha mayor soltura, pues vistas las cosas desde allá los exabruptos de aquí se suavizarían y pondrían en su real perspectiva.  

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  Los paralelismos entre las diferentes artes son casi siempre mayores de lo que nos inclinamos a pensar. Octavio Paz señalaba, por ejemplo, las asombrosas similitudes de búsquedas y resultados entre la poesía de Guillaume Apollinaire y los descubrimientos hechos por los pintores cubistas. Pensar en unas desde las otras ayuda a dilucidar problemas que parecen insolubles en uno de sus campos pero que desde la perspectiva de otro se desenredan casi por sí solos. Y si por razones inconmensurables, desde su infancia y durante su adolescencia, T. S. Eliot y Ramón López Velarde, nacidos ambos en 1888, fueron siguiendo casi una idéntica senda de formación, y resolviendo dilemas similares utilizando los mismos utensilios hasta llegar a construir dos estéticas siniestramente paralelas, nada nos impide pensar que cosas parecidas puedan suceder en la mente de un coreógrafo y un músico, aunque estén a miles de kilómetros de distancia y nunca lleguen a conocerse. Si hiciéramos eso daríamos menos manotazos en cada una de ellas y trajinaríamos de unas a otras, con mucha mayor soltura, pues vistas las cosas desde allá los exabruptos de aquí se suavizarían y pondrían en su real perspectiva.  

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Defensa de la poesía Pedro Serrano  Los paralelismos entre las diferentes artes son casi siempre mayores de lo que nos inclinamos a pensar. Octavio Paz señalaba, por ejemplo, las asombrosas similitudes de búsquedas y resultados entre la poesía de Guillaume Apollinaire y los descubrimientos hechos por los pintores cubistas. Pensar en unas desde las otras ayuda a dilucidar problemas que parecen insolubles en uno de sus campos pero que desde la perspectiva de otro se desenredan casi por sí solos. Y si por razones inconmensurables, desde su infancia y durante su adolescencia, T. S. Eliot y Ramón López Velarde, nacidos ambos en 1888, fueron siguiendo casi una idéntica senda de formación, y resolviendo dilemas similares utilizando los mismos utensilios hasta llegar a construir dos estéticas siniestramente paralelas, nada nos impide pensar que cosas parecidas puedan suceder en la mente de un coreógrafo y un músico, aunque estén a miles de kilómetros de distancia y nunca lleguen a conocerse. Si hiciéramos eso daríamos menos manotazos en cada una de ellas y trajinaríamos de unas a otras, con mucha mayor soltura, pues vistas las cosas desde allá los exabruptos de aquí se suavizarían y pondrían en su real perspectiva.  

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No.033_Defensa de la poesía – Octubre 2010

de:

Defensa de la poesía La playa y el risco Pedro Serrano  Los procesos de apropiación y entrega que hacen los poemas no surgen exclusivamente del lenguaje, ni de la realidad, ni de la experiencia, sino de un juego de continua recomposición en el que todo está activo y en el que se incorporan múltiples placas de realidad. La particular perspectiva que un poema adquiere y otorga, si es efectiva, es una intervención en la mente, equivalente a los grafitti con los que Franco Aceves interviene los murales prehispánicos de Cacaxtla, o a las monumentales ovejas de bronce con las que Moore interviene el paisaje real. Una vez insertadas las particularísimas secuencias de un poema, sus intervenciones se instalan irremisibles en la estructura mental de los individuos, reacomodan sus previas experiencias y las marcan con una indeleble huella que va a modificar sus posteriores interpretaciones. Esto quiere decir, para decirlo brevemente, que los poemas afectan, más que nuestro modo de pensar, el modo en que actuamos en el mundo, la manera en que cogemos un pan, o lo que estamos sintiendo cuando algo nos roza. Por eso, la idea de que vivimos en un universo de lenguaje, que somos sólo lenguaje, que nada que no esté ahí puede existir es por supuesto cierta, pero tiene más recovecos de los que a primera vista salvamos. Concebir o aceptar esa idea no significa acceder a un puerto seguro, una bahía cerrada de significación fuera del proceloso mar de las arbitrariedades. Muy al contrario, nos encontramos con un escarpado risco en el que hay mejillones grumosos como naufragios, cangrejos escondidos y alerta, algas secas y humildes, y mucha, mucha espuma. El mundo del lenguaje que habitamos está más lleno de objetos y fantasmas de lo que nos tranquilizaría suponer, y una vez en su universo, nos tropezamos continuamente con ellos.  

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No.033_Defensa de la poesía – Octubre 2010

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Defensa de la poesía La playa y el risco Pedro Serrano  Los procesos de apropiación y entrega que hacen los poemas no surgen exclusivamente del lenguaje, ni de la realidad, ni de la experiencia, sino de un juego de continua recomposición en el que todo está activo y en el que se incorporan múltiples placas de realidad. La particular perspectiva que un poema adquiere y otorga, si es efectiva, es una intervención en la mente, equivalente a los grafitti con los que Franco Aceves interviene los murales prehispánicos de Cacaxtla, o a las monumentales ovejas de bronce con las que Moore interviene el paisaje real. Una vez insertadas las particularísimas secuencias de un poema, sus intervenciones se instalan irremisibles en la estructura mental de los individuos, reacomodan sus previas experiencias y las marcan con una indeleble huella que va a modificar sus posteriores interpretaciones. Esto quiere decir, para decirlo brevemente, que los poemas afectan, más que nuestro modo de pensar, el modo en que actuamos en el mundo, la manera en que cogemos un pan, o lo que estamos sintiendo cuando algo nos roza. Por eso, la idea de que vivimos en un universo de lenguaje, que somos sólo lenguaje, que nada que no esté ahí puede existir es por supuesto cierta, pero tiene más recovecos de los que a primera vista salvamos. Concebir o aceptar esa idea no significa acceder a un puerto seguro, una bahía cerrada de significación fuera del proceloso mar de las arbitrariedades. Muy al contrario, nos encontramos con un escarpado risco en el que hay mejillones grumosos como naufragios, cangrejos escondidos y alerta, algas secas y humildes, y mucha, mucha espuma. El mundo del lenguaje que habitamos está más lleno de objetos y fantasmas de lo que nos tranquilizaría suponer, y una vez en su universo, nos tropezamos continuamente con ellos.  

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No.034_Defensa de la poesía – Noviembre 2010

de:

Defensa de la poesía Pedro Serrano  La manera en que los poemas se organizan es siempre recovecosa y a la vez también siempre deslumbrante. Como la Cueva de Montesinos en la que penetra medroso don Quijote, para perderse maravillado en sus miles de brillos y brotes reales. Esos recovecos, que en don Quijote se desdoblan en mágicos, parten de un sitio real, puro y duro, terroso y fantasmal, que aparece descrito en las guías de la siguiente manera: “Situada en el camino de Ossa de Montiel hacia las Lagunas de Ruidera, concretamente a una altitud de 920 metros sobre el nivel del mar, al Sureste y cerca del punto geodésico "Cabeza de San Pedro" (cota 948 m.). Dista la gruta 6 km. de Ossa de Montiel y 14 del pequeño pueblo de Ruidera. De titularidad privada, por estar incluida en la finca "San Pedro Alto", fue cedida al Ayuntamiento de Ossa de Montiel, por su propietario Félix García en 1982. Es una pequeña cavidad kárstica de muy poca profundidad generada por los procesos de disolución que las aguas de lluvia han originado en el roquedo de la zona. En su interior existe una pequeña charca y unos techos desprovistos de estalactitas. Grandes bloques de piedra obstruyen parcialmente la entrada quedando, no obstante, suficiente espacio para irse adentrando en el recinto subterráneo, prácticamente erguidos. Próxima al ‘umbral’, a la izquierda, está la oquedad ‘portal’, que en otros tiempos llamaban de los Arrieros, por guarecerse en ocasiones éstos, a su paso por los parajes, en circunstancias de inclemencias climatológicas. Es todavía por tanto, y pese a que en el suelo se van estratificando desperdicios y arrastres, un habitáculo natural suficientemente amplio como para dar cobijo a personas y caballerías.” El lenguaje hace cosas mágicas. No sé si por derivación o por irradiación propia, este breve texto parece más bien sacado de los paisajes de Pedro Páramo….  

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