No.026_Las calles terminan en los bares
…………………………………………………………… Las calles terminan en los bares Jorge Rivelli, Editorial PapelTinta, Buenos Aires, 2005 ……………………………………………………………
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…………………………………………………………… Las calles terminan en los bares Jorge Rivelli, Editorial PapelTinta, Buenos Aires, 2005 ……………………………………………………………
Leer másNo.026_Nombrar el paraíso
…………………………………………………………… Nombrar el Paraíso Saúl Castro, Cultura San Luis Potosí, 2008 ……………………………………………………………
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…………………………………………………………… Nombrar el Paraíso Saúl Castro, Cultura San Luis Potosí, 2008 ……………………………………………………………
Leer másNo.026_Carlos Vitale
Unidad de lugar Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953, vive en Barcelona) A caballo entre la tradición latinoamericana y la europea, la estilizada voz poética de Carlos Vitale alcanza la línea de la pura esencialidad. Esencialidad que produce sensación de vértigo, de caída en círculos concéntricos, en lo que un yo, desasido, se interroga acerca de lo que no se sabe, de lo que no posee, de lo que no es y de donde no está; todo, desde la perspectiva de esas sucesivas máscaras, que habitan en el poeta, y van manifestándose inopinadamente a medida que el lector se adentra en sus páginas. Intensidad conceptual, luminosa revelación de lo que pasa desapercibido, asombrosa capacidad de concentración en universos cerrados de apenas una docena de palabras. El silencio y la voz (fragmento) Luisa Cotoner {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/carlos-vitale-codigos.mp3{/mmp3ex} Códigos {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/carlos-vitale-imagenes.mp3{/mmp3ex} Imágenes
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Unidad de lugar Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953, vive en Barcelona) A caballo entre la tradición latinoamericana y la europea, la estilizada voz poética de Carlos Vitale alcanza la línea de la pura esencialidad. Esencialidad que produce sensación de vértigo, de caída en círculos concéntricos, en lo que un yo, desasido, se interroga acerca de lo que no se sabe, de lo que no posee, de lo que no es y de donde no está; todo, desde la perspectiva de esas sucesivas máscaras, que habitan en el poeta, y van manifestándose inopinadamente a medida que el lector se adentra en sus páginas. Intensidad conceptual, luminosa revelación de lo que pasa desapercibido, asombrosa capacidad de concentración en universos cerrados de apenas una docena de palabras. El silencio y la voz (fragmento) Luisa Cotoner {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/carlos-vitale-codigos.mp3{/mmp3ex} Códigos {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/carlos-vitale-imagenes.mp3{/mmp3ex} Imágenes
Leer másNo.027_Gerardo Deniz
Poesía del contracrepúsculo: Gerardo Deniz, un raro de las letras Gerardo Deniz (Barcelona, 1934, vive en México) 1. Referirse a la poesía de Gerardo Deniz es hablar de una obra que se ha construido lentamente y hasta cierto punto al margen de la poesía mexicana, por no decir de aquella escrita en español, en el contracrepúsculo. Pero en un contracrepúsculo que también tiene su tradición en poetas difíciles y extraños. Me parece, la suya, una poesía que viene forjándose desde los márgenes en dos sentidos. Por un lado se trata de una escritura ultramoderna que ha contado con escasos lectores desde la aparición de su primer libro en 1970 hasta la publicación de su obra entera en Erdera (2005), y mucho de lo anterior se debe, por otro lado, a que también se trata de una poesía rara, como dijimos, complicada, que apela a emociones y situaciones con otros instrumentos y bajo una gama de intereses distinta. Sin duda como gran parte de la poesía contemporánea es también crítica pero ésta la traspone con otros hallazgos y recursos, no convencionales, de registros poco familiares en tanto no atiende a "lo poético" en una forma preconcebida. No en vano, la poesía de Deniz ha construido su propia oda al contracrepúsculo. Ahora bien, los textos de Deniz son también construcciones de una belleza a menudo extraña y que revisten texturas del lenguaje preciso, puntual, de registros y ritmos poco habituales. Deniz es un poeta de la estirpe de Góngora, de Saint-John Perse, de Eliot, de Mallarmé, de Nerval que, con instrumentos y cajas de resonancia en ocasiones remotos, otras poco ortodoxos y modernos, pero abiertos, sufraga con un conocimiento del lenguaje y de las lenguas poco visto, con una prosodia y una sintaxis óptimas, cuando no inédita. Si leemos u oímos uno de sus últimos poemas, "Cítrica", el oído detona en forma extraña las glándulas del gusto, en una sinestesia plena, provocada por la acentuación y el léxico preciso y sonoro, porque podemos descubrirnos, a la mitad del poema, segregando pero también en una experiencia sensual, realista, agridulce, ciertamente: Me exprimía, escolopendra, clavándome las cien patas— a toronja le olían boca, palpos, labro, forcípulos; el himen como a limón; el foramen aún más cidro— al pellizcar sus pezones de mandarina rugosa chisporroteó una niebla inflamable de esencia predominante en limoneno— calé gustoso la pulpa de diminutos oxiuros auranciáceos— me pedía consumo un litro de batido de lima sustancioso… Selección e introducción de Pablo Mora
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Poesía del contracrepúsculo: Gerardo Deniz, un raro de las letras Gerardo Deniz (Barcelona, 1934, vive en México) 1. Referirse a la poesía de Gerardo Deniz es hablar de una obra que se ha construido lentamente y hasta cierto punto al margen de la poesía mexicana, por no decir de aquella escrita en español, en el contracrepúsculo. Pero en un contracrepúsculo que también tiene su tradición en poetas difíciles y extraños. Me parece, la suya, una poesía que viene forjándose desde los márgenes en dos sentidos. Por un lado se trata de una escritura ultramoderna que ha contado con escasos lectores desde la aparición de su primer libro en 1970 hasta la publicación de su obra entera en Erdera (2005), y mucho de lo anterior se debe, por otro lado, a que también se trata de una poesía rara, como dijimos, complicada, que apela a emociones y situaciones con otros instrumentos y bajo una gama de intereses distinta. Sin duda como gran parte de la poesía contemporánea es también crítica pero ésta la traspone con otros hallazgos y recursos, no convencionales, de registros poco familiares en tanto no atiende a "lo poético" en una forma preconcebida. No en vano, la poesía de Deniz ha construido su propia oda al contracrepúsculo. Ahora bien, los textos de Deniz son también construcciones de una belleza a menudo extraña y que revisten texturas del lenguaje preciso, puntual, de registros y ritmos poco habituales. Deniz es un poeta de la estirpe de Góngora, de Saint-John Perse, de Eliot, de Mallarmé, de Nerval que, con instrumentos y cajas de resonancia en ocasiones remotos, otras poco ortodoxos y modernos, pero abiertos, sufraga con un conocimiento del lenguaje y de las lenguas poco visto, con una prosodia y una sintaxis óptimas, cuando no inédita. Si leemos u oímos uno de sus últimos poemas, "Cítrica", el oído detona en forma extraña las glándulas del gusto, en una sinestesia plena, provocada por la acentuación y el léxico preciso y sonoro, porque podemos descubrirnos, a la mitad del poema, segregando pero también en una experiencia sensual, realista, agridulce, ciertamente: Me exprimía, escolopendra, clavándome las cien patas— a toronja le olían boca, palpos, labro, forcípulos; el himen como a limón; el foramen aún más cidro— al pellizcar sus pezones de mandarina rugosa chisporroteó una niebla inflamable de esencia predominante en limoneno— calé gustoso la pulpa de diminutos oxiuros auranciáceos— me pedía consumo un litro de batido de lima sustancioso… Selección e introducción de Pablo Mora
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Poesía del contracrepúsculo: Gerardo Deniz, un raro de las letras Gerardo Deniz (Barcelona, 1934, vive en México) 1. Referirse a la poesía de Gerardo Deniz es hablar de una obra que se ha construido lentamente y hasta cierto punto al margen de la poesía mexicana, por no decir de aquella escrita en español, en el contracrepúsculo. Pero en un contracrepúsculo que también tiene su tradición en poetas difíciles y extraños. Me parece, la suya, una poesía que viene forjándose desde los márgenes en dos sentidos. Por un lado se trata de una escritura ultramoderna que ha contado con escasos lectores desde la aparición de su primer libro en 1970 hasta la publicación de su obra entera en Erdera (2005), y mucho de lo anterior se debe, por otro lado, a que también se trata de una poesía rara, como dijimos, complicada, que apela a emociones y situaciones con otros instrumentos y bajo una gama de intereses distinta. Sin duda como gran parte de la poesía contemporánea es también crítica pero ésta la traspone con otros hallazgos y recursos, no convencionales, de registros poco familiares en tanto no atiende a "lo poético" en una forma preconcebida. No en vano, la poesía de Deniz ha construido su propia oda al contracrepúsculo. Ahora bien, los textos de Deniz son también construcciones de una belleza a menudo extraña y que revisten texturas del lenguaje preciso, puntual, de registros y ritmos poco habituales. Deniz es un poeta de la estirpe de Góngora, de Saint-John Perse, de Eliot, de Mallarmé, de Nerval que, con instrumentos y cajas de resonancia en ocasiones remotos, otras poco ortodoxos y modernos, pero abiertos, sufraga con un conocimiento del lenguaje y de las lenguas poco visto, con una prosodia y una sintaxis óptimas, cuando no inédita. Si leemos u oímos uno de sus últimos poemas, "Cítrica", el oído detona en forma extraña las glándulas del gusto, en una sinestesia plena, provocada por la acentuación y el léxico preciso y sonoro, porque podemos descubrirnos, a la mitad del poema, segregando pero también en una experiencia sensual, realista, agridulce, ciertamente: Me exprimía, escolopendra, clavándome las cien patas— a toronja le olían boca, palpos, labro, forcípulos; el himen como a limón; el foramen aún más cidro— al pellizcar sus pezones de mandarina rugosa chisporroteó una niebla inflamable de esencia predominante en limoneno— calé gustoso la pulpa de diminutos oxiuros auranciáceos— me pedía consumo un litro de batido de lima sustancioso… Selección e introducción de Pablo Mora
Leer másNo.029_Sonoridades sagradas
Palabra de muerte, sonoridades sagradas Presentamos grabaciones de cinco poemas de Poesía y música. (Eterno Retorno. Música dedicada a la muerte). Se trata de una antología én lenguas indígenas editada por la Dirección General de Culturas Populares y la UNESCO. Leer poemas en Traducciones… {play}www.archivopdp.unam.mx/media/guendanabani.mp3{/play} Guendanabani {play}www.archivopdp.unam.mx/media/mascaritas.mp3{/play} Mascaritas {play}www.archivopdp.unam.mx/media/nchinuun.mp3{/play} Nchinuun Kuanaan {play}www.archivopdp.unam.mx/media/nikaku.mp3{/play} Nikaku {play}www.archivopdp.unam.mx/media/yonejcotonde.mp3{/play} Yonejcotonde
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Palabra de muerte, sonoridades sagradas Presentamos grabaciones de cinco poemas de Poesía y música. (Eterno Retorno. Música dedicada a la muerte). Se trata de una antología én lenguas indígenas editada por la Dirección General de Culturas Populares y la UNESCO. Leer poemas en Traducciones… {play}www.archivopdp.unam.mx/media/guendanabani.mp3{/play} Guendanabani {play}www.archivopdp.unam.mx/media/mascaritas.mp3{/play} Mascaritas {play}www.archivopdp.unam.mx/media/nchinuun.mp3{/play} Nchinuun Kuanaan {play}www.archivopdp.unam.mx/media/nikaku.mp3{/play} Nikaku {play}www.archivopdp.unam.mx/media/yonejcotonde.mp3{/play} Yonejcotonde
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Leer másNo.026_Clásicos – César Vallejo
Trilce, poética desde el vacío Por Alejandro Gaspar La obra de César Vallejo se caracterizó por su rompimiento con las corrientes poéticas de su época, con el auge de las vanguardias de principios del XX, pero sobre todo, por el estilo personal de asumir el sufrimiento humano. Gracias a su sensibilidad exacerbada y su personalidad atormentada la obra nos sumerge en el reflejo fiel de lo que somos. El universo evocado por Vallejo desnuda la fragilidad de la que pende la condición humana, que refleja una mezcla entre tristeza y dulzura, dolor y pasión, ausencia y presencia.
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Trilce, poética desde el vacío Por Alejandro Gaspar La obra de César Vallejo se caracterizó por su rompimiento con las corrientes poéticas de su época, con el auge de las vanguardias de principios del XX, pero sobre todo, por el estilo personal de asumir el sufrimiento humano. Gracias a su sensibilidad exacerbada y su personalidad atormentada la obra nos sumerge en el reflejo fiel de lo que somos. El universo evocado por Vallejo desnuda la fragilidad de la que pende la condición humana, que refleja una mezcla entre tristeza y dulzura, dolor y pasión, ausencia y presencia.
Leer másNo.028_Clásicos – Anacreonte
Poemas de Anacreonte Mauricio López Noriega, doctor en letras clásicas por la UNAM, presenta una muestra de Anacreonte, poeta griego de lírica hedonista. Durante la huída de su pueblo natal, Teos, por la amenaza persa, migró a Samos. Su producción poética fue profusa y difusa: hasta nuestros días es difícil diferenciar su obra de la de sus imitadores, quienes abundaron. Anacreonte fue beneficiado por el mecenazgo y fungió como poeta de la corte del tirano Polícrates hasta su caída; también en Atenas y más tarde bajo la protección de los Alévadas en Tesalia. Se cree que vivió entre 572 y 485 a. C.
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Poemas de Anacreonte Mauricio López Noriega, doctor en letras clásicas por la UNAM, presenta una muestra de Anacreonte, poeta griego de lírica hedonista. Durante la huída de su pueblo natal, Teos, por la amenaza persa, migró a Samos. Su producción poética fue profusa y difusa: hasta nuestros días es difícil diferenciar su obra de la de sus imitadores, quienes abundaron. Anacreonte fue beneficiado por el mecenazgo y fungió como poeta de la corte del tirano Polícrates hasta su caída; también en Atenas y más tarde bajo la protección de los Alévadas en Tesalia. Se cree que vivió entre 572 y 485 a. C.
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Poemas de Anacreonte Mauricio López Noriega, doctor en letras clásicas por la UNAM, presenta una muestra de Anacreonte, poeta griego de lírica hedonista. Durante la huída de su pueblo natal, Teos, por la amenaza persa, migró a Samos. Su producción poética fue profusa y difusa: hasta nuestros días es difícil diferenciar su obra de la de sus imitadores, quienes abundaron. Anacreonte fue beneficiado por el mecenazgo y fungió como poeta de la corte del tirano Polícrates hasta su caída; también en Atenas y más tarde bajo la protección de los Alévadas en Tesalia. Se cree que vivió entre 572 y 485 a. C.
Leer másNo.031_Clásicos – El Quijote y Las mil y una noches
El Quijote y Las mil y una noches Marcelo Marchese Cada vez que ante conocedores de la obra de Cervantes he afirmado su vínculo evidente con la literatura árabe, me he topado con el inevitable muro de la incredulidad. Esta dificultad de aceptación debe explicarse por la peregrina creencia que considera inferior el legado de Oriente; y luego por el deseo de españoles e iberoamericanos de encontrar sus raíces en la culta Europa. Dejemos a otro escritor el estudio de las causas del complejo de inferioridad, y del miedo, que subyacen debajo de esta aberración; acaso el lector comparta conmigo que siempre es satisfactoria la sorpresa de encontrar en nuestro trillado huerto alguna fruta exótica.
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El Quijote y Las mil y una noches Marcelo Marchese Cada vez que ante conocedores de la obra de Cervantes he afirmado su vínculo evidente con la literatura árabe, me he topado con el inevitable muro de la incredulidad. Esta dificultad de aceptación debe explicarse por la peregrina creencia que considera inferior el legado de Oriente; y luego por el deseo de españoles e iberoamericanos de encontrar sus raíces en la culta Europa. Dejemos a otro escritor el estudio de las causas del complejo de inferioridad, y del miedo, que subyacen debajo de esta aberración; acaso el lector comparta conmigo que siempre es satisfactoria la sorpresa de encontrar en nuestro trillado huerto alguna fruta exótica.
Leer másNo.031_Clásicos – La muerte de Narciso
Conversaciones con La muerte de Narciso Juan Galván Paulín “Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo”… y es ahí, en la conjugación de dos imágenes, la gran Diosa aquea, y el fluir inmortal y siempre reviniente del río de Osiris, en la plenitud de su Muerte de Narciso que da inicio la intención poética de Lezama Lima. Un primer verso, inaugural y genitor como pocos: la Diosa como advocación del destino, la progresión hacia lo que debe ser cumplido por el acto de la voluntad; y el curso perenne de inundaciones cíclicas que conduce hacia la inmortalidad señalan esa profundidad de lo que para el hombre deberá significar la “resurrección por la poesía… La imagen como un absoluto, la imagen que se sabe imagen, la imagen como la última de las historias posibles […] al verse y reconstruirse como imagen crea una sustancia poética”: una resonancia, no un eco; toda palabra que se eslabona verso en este poema es evidencia de lo primigenio, de un espacio y de un tiempo originarios que encarnan en un presente, en devenir. El poeta nombra lo existente y ello entonces aparece por primera vez haciendo posible nuestra estancia en una realidad que, por cotidiana, y sólo gracias a ello, es revelación de su portento y del milagro que somos. El poeta -todo hombre, así lo querría Lezama- debe enseñar que lo que nos parece desgastado, agobiado por la rutina de una mirada ya incapaz para el asombro -en realidad lo es porque en su uso se han erosionado sus nombres-, y que para ser, debe nombrarse a semejanza de la primera vez; sólo así la realidad, este entorno nuestro, puede ser habitado; sólo así será más que lugar, ámbito para el cumplimiento del destino, que no es otro que la realización de la existencia, aquella que se desempeña con su carga de anhelos y en la certeza del azar que es la vida: “Vertical desde el mármol no miraba […]/ Rostro absoluto, firmeza mentida del espejo./ El espejo se olvida del sonido y de la noche/ y su puerta al cambiante pontífice entreabre” como un generoso otorgamiento, “acceder a mirar y habitar la extrema firmeza del infinito” es, como bien lo dice d’Algange, posibilidad del metafísico y del poeta; Narciso que va adquiriendo la mirada y el tacto necesarios y exigidos para habitar el camino que asciende -una progresión cotidiana- hacia la conciencia de sí, que es asumir la estancia en la realidad como religiosidad; y he dicho camino porque el hombre no se planta porque sí, en tal conciencia, sino debe llegar ahí a través del peregrinaje que supone la revelación de tal realidad por lo poiético; y la poesía no es literatura, es mirada profunda.
Leer másNo.031_Clásicos – La muerte de Narciso
Conversaciones con La muerte de Narciso Juan Galván Paulín “Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo”… y es ahí, en la conjugación de dos imágenes, la gran Diosa aquea, y el fluir inmortal y siempre reviniente del río de Osiris, en la plenitud de su Muerte de Narciso que da inicio la intención poética de Lezama Lima. Un primer verso, inaugural y genitor como pocos: la Diosa como advocación del destino, la progresión hacia lo que debe ser cumplido por el acto de la voluntad; y el curso perenne de inundaciones cíclicas que conduce hacia la inmortalidad señalan esa profundidad de lo que para el hombre deberá significar la “resurrección por la poesía… La imagen como un absoluto, la imagen que se sabe imagen, la imagen como la última de las historias posibles […] al verse y reconstruirse como imagen crea una sustancia poética”: una resonancia, no un eco; toda palabra que se eslabona verso en este poema es evidencia de lo primigenio, de un espacio y de un tiempo originarios que encarnan en un presente, en devenir. El poeta nombra lo existente y ello entonces aparece por primera vez haciendo posible nuestra estancia en una realidad que, por cotidiana, y sólo gracias a ello, es revelación de su portento y del milagro que somos. El poeta -todo hombre, así lo querría Lezama- debe enseñar que lo que nos parece desgastado, agobiado por la rutina de una mirada ya incapaz para el asombro -en realidad lo es porque en su uso se han erosionado sus nombres-, y que para ser, debe nombrarse a semejanza de la primera vez; sólo así la realidad, este entorno nuestro, puede ser habitado; sólo así será más que lugar, ámbito para el cumplimiento del destino, que no es otro que la realización de la existencia, aquella que se desempeña con su carga de anhelos y en la certeza del azar que es la vida: “Vertical desde el mármol no miraba […]/ Rostro absoluto, firmeza mentida del espejo./ El espejo se olvida del sonido y de la noche/ y su puerta al cambiante pontífice entreabre” como un generoso otorgamiento, “acceder a mirar y habitar la extrema firmeza del infinito” es, como bien lo dice d’Algange, posibilidad del metafísico y del poeta; Narciso que va adquiriendo la mirada y el tacto necesarios y exigidos para habitar el camino que asciende -una progresión cotidiana- hacia la conciencia de sí, que es asumir la estancia en la realidad como religiosidad; y he dicho camino porque el hombre no se planta porque sí, en tal conciencia, sino debe llegar ahí a través del peregrinaje que supone la revelación de tal realidad por lo poiético; y la poesía no es literatura, es mirada profunda.
Leer másNo.031_Clásicos – Leer a Hughes
Leer a Hughes Argel Corpus Hace más de diez años que entré en contacto con la amplia obra del poeta inglés Ted Hughes (1930-1998) y todavía hoy me sigue emocionando. Supongo que eso dice más de mí que de su obra y, sin embargo, es su obra la que desata en mí esa emoción intensa. Hughes fue un autor prolífico; entre sus libros habría que destacar The Hawk in the Rain (1957), Crow (1970), Moortown Diary (1979), River (1983), Flowers and Insects (1986, de este libro recomiendo la edición con las ilustraciones de Leonard Baskin), Capriccio (1990), Tales From Ovid (1997) y Birthday Letters (1998). Creo que este último título es con el que los lectores están más familiarizados y es que en él, el poeta hace memoria, pone en orden, expone su versión y hace las paces con la historia de su matrimonio con la poeta norteamericana Sylvia Plath (1932-1963). Las circunstancias de ese matrimonio son irrelevantes, un matrimonio es un matrimonio en Inglaterra o en México. Lo que no es irrelevante, sin embargo, es el libro que Hughes escribió como epílogo para su carrera y por tal razón es ese libro del que me ocupo.
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Leer a Hughes Argel Corpus Hace más de diez años que entré en contacto con la amplia obra del poeta inglés Ted Hughes (1930-1998) y todavía hoy me sigue emocionando. Supongo que eso dice más de mí que de su obra y, sin embargo, es su obra la que desata en mí esa emoción intensa. Hughes fue un autor prolífico; entre sus libros habría que destacar The Hawk in the Rain (1957), Crow (1970), Moortown Diary (1979), River (1983), Flowers and Insects (1986, de este libro recomiendo la edición con las ilustraciones de Leonard Baskin), Capriccio (1990), Tales From Ovid (1997) y Birthday Letters (1998). Creo que este último título es con el que los lectores están más familiarizados y es que en él, el poeta hace memoria, pone en orden, expone su versión y hace las paces con la historia de su matrimonio con la poeta norteamericana Sylvia Plath (1932-1963). Las circunstancias de ese matrimonio son irrelevantes, un matrimonio es un matrimonio en Inglaterra o en México. Lo que no es irrelevante, sin embargo, es el libro que Hughes escribió como epílogo para su carrera y por tal razón es ese libro del que me ocupo.
Leer másNo.026_Anuarios
En el Anuario 2008 el lector puede encontrar un índice de contenidos de todos los segmentos de Periódico de Poesía, así como una selección de los poemas publicados en la sección Inéditos de esta revista. Ver archivo en formato PDF …
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En el Anuario 2008 el lector puede encontrar un índice de contenidos de todos los segmentos de Periódico de Poesía, así como una selección de los poemas publicados en la sección Inéditos de esta revista. Ver archivo en formato PDF …
Leer másNo.027_Luis María Marina
Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
Leer másNo.027_Luis María Marina
Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
Leer másNo.027_Manuel Mugica
Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
Leer másNo.027_José Manuel Pintado
Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
Leer másNo.027_Víctor Hugo Piña Williams
Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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Jorge Aulicino Adán Echeverría Luis María Marina Manuel Mugica José Manuel Pintado Víctor Hugo Piña Williams Alma Karla Sandoval Francisco Segovia
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