Sergio Cruz (Naucalpan de Juárez, 1994)
Elegía mínima para un estudiante de canto
1 Vengo del mar, donde caen los nombres de los muertos por detrás de sus ausencias y dos que tres palabras se hacen una con la otra inagotable acaso que pesa. Vengo a proclamar la huidiza y mórbida relación entre los elementos de la muerte tuya, tanta y tan grande que nos agujera la piel en cada esquina más allá de cómo suena el canto trágico impávido marismático de tus compañeros umbríos y faltos de ángel cuando tu ausencia les agujeró la garganta y el aroma de tu piel faltó entre las esquinas de los salones de clase con el chirrido desafinado de los saxofones cuando se apagaron en la angustia de nombrar tu muerte. Ahora, aquí, yo que no te conocí ni crucé mirada alguna contigo más que la estela que dejaste al irte, vengo vengo del mar buscándote.
2 Tocaremos tierra dije a Ella mientras los pájaros alrededor chirriaban cumbias disonantes entre los oídos nuestros y las palabras enunciadas eran cálido, cálido, cálido palpitar de labios encimados uno alrededor del otro.
Ella migró hacia otros lugares acaso enredada con su cuerpo en los torreones de la danza y yo, apagándome, di miedo. Ahora con la lejanía que se entrevé de las palabras y el temporal que nunca reconoce, advierto las huellas de la historia separadas de las mías y advierto que nada es mañana advierto que nada sería sí advierto que nada más
que moriré
3 como muere aquél que matan escondida mente los cobardes sin respeto o con amor a ver la vida que se acaba o con la simple errónea gana de aguantarse la bala acumulada en su distancia
miento: soy la voz hipócrita de todos que se aterran paralíticos sin nadie o quizás sabré mañana tu casa abierta tu casa abierta vacía tu casa manchada de sangre
mañana como todos sin saberlo apenas acaso seguramente como todos apenas quizás si eso pasa puede ser como todos qué miedo acaso quizás apenas a diario
quizás mi noche un día que espejeará en el mundo quizás mi última gota escupitajo aquí en la acera acaso quizás apenas tocaremos tierra
4 y si la tierra que nos mata la que nos bendice estas calles todas viejas hermanando muertos hablarán de cosas nuevas y no vistas, hablarán cuando nosotros ya no estemos
entonces caerá la cruz de los infames para mostrar ahora todo derrumbarse y caerá la cruz quizás sí no moriremos no moriremos pero el mundo matará a los otros no moriremos pero el mar se tragará la tierra
donde los padres y los hijos elementos de la historia caerán a contracauce por los génesis últimos donde ya seremos muerte donde ya estaremos muerte donde queda solo muerte donde estás.
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