diciembre 2016 / Inéditos

No.094_Sergio Cruz

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No. 94 / Noviembre 2016


Sergio Cruz
(Naucalpan de Juárez, 1994)

Elegía mínima para un estudiante de canto

1
Vengo del mar,
donde caen los nombres de los muertos por detrás de sus ausencias
y dos que tres palabras se hacen una con la otra
inagotable acaso
que pesa. Vengo
a proclamar la huidiza y mórbida
relación entre los elementos de la muerte tuya, tanta y tan grande
que nos agujera la piel en cada esquina
más allá de cómo suena el canto trágico
                               impávido
                                          marismático
de tus compañeros umbríos y faltos de ángel
cuando tu ausencia les agujeró la garganta y el aroma de tu piel
faltó entre las esquinas de los salones de clase
con el chirrido desafinado de los saxofones
cuando se apagaron en la angustia de nombrar
tu muerte. Ahora, aquí, yo
que no te conocí ni crucé mirada alguna contigo
más que la estela que dejaste al irte, vengo
                                                              vengo del mar
                                                                                    buscándote.

2
Tocaremos tierra dije
a Ella mientras los pájaros alrededor
chirriaban cumbias disonantes
entre los oídos nuestros
y las palabras enunciadas
eran cálido, cálido, cálido
palpitar de labios encimados
uno alrededor
del otro.

Ella migró hacia otros
lugares acaso
enredada con su cuerpo en los torreones de la danza
y yo, apagándome,
di miedo. Ahora
con la lejanía que se entrevé de las palabras
y el temporal que nunca reconoce, advierto
las huellas de la historia separadas
de las mías y advierto
que nada es mañana advierto
que nada sería sí advierto
que nada más

que moriré

3
como muere aquél que matan escondida
mente los cobardes sin respeto
o con amor a ver la vida que se acaba
o con la simple errónea gana de aguantarse
la bala acumulada en su distancia

miento: soy la voz hipócrita de todos
que se aterran paralíticos sin nadie
o quizás sabré mañana tu casa abierta
                                tu casa abierta vacía
                                tu casa manchada de sangre

                      mañana
como todos sin saberlo apenas acaso seguramente
como todos apenas quizás si eso pasa puede ser
como todos qué miedo acaso quizás apenas a diario

quizás mi noche un día que espejeará en el mundo
quizás mi última gota escupitajo aquí en la acera
acaso quizás apenas tocaremos tierra

4
y si la tierra que nos mata la que nos bendice
estas calles todas viejas hermanando muertos
hablarán de cosas nuevas y no vistas, hablarán
cuando nosotros ya no estemos

entonces caerá la cruz de los infames
para mostrar ahora todo derrumbarse
y caerá la cruz quizás sí no moriremos
no moriremos pero el mundo matará a los otros
no moriremos pero el mar se tragará la tierra

        donde los padres y los hijos elementos de la historia
        caerán a contracauce por los génesis últimos
       donde ya seremos muerte
                  donde ya estaremos muerte
                                  donde queda solo muerte
                                                                   donde estás.

 

 


diciembre 2016