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XI Premio Internacional Generación del 27 |
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Los alanos emigraban.
El astrólogo cosía el cielo. En las llanuras y en las cordilleras, A ti y a mí Te quiero al modo de los viejos Ya debería el tiempo andar por ahí. Las tejas son del gris del dragón de Komodo. Las horas de la tarde
La niebla De algún lugar de la pobreza vuelve El retrato español Son periferia, Los que son como yo En el origen
Nunca seré discreto Trastorna el desayuno en los pasillos El alféizar sugiere la propiedad del suelo Regresaré al azar No fui el último al que echaron Con pigmentos de drama Una mañana madrugué, Náufrago en la factura Soy un hombre reciente, Como las circunstancias me pidieron
adopté el tono bajo para voz atiplada
con temblor en la frase y temor en el verbo,
resuelto a trompicones.
No era yo
ni era el propio lenguaje
quien hablaba, sino un experimento
de humanos con cultura,
pues soy un hombre de labios impuros
y en un pueblo de labios impuros
habito.
Porque era vanidad
querer narrar la vida
aun más cubierta de su camuflaje
de cuidado interior,
desflecada
en oficios,
y vanidad hablar
del mundo como de la superficie
que devuelve el reflejo
de uno mismo asombrado
y un nimbo de paisaje lila
o verde y fucsia y ocre
o negro con dos trazos azules
excéntricos,
de pulso abierto,
dialéctica del tacto y la cabeza
en cielos que un exceso creador
pulcramente dibuja despoblados
–y vanidad que no dijera yo
y que hablara de dioses de un acervo de oídas. Las mujeres van y vienen Hemos tomado fórmulas prestadas No partir, no llegar. Retardar para cuando Hablar para salir airosos de la vida Y aquí termina la insatisfacción. |
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