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No. 88 / Abril 2016 |
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Raciel Quirino Cuando vimos un ovni, hasta que se marchó al cielo. Era el verano. Una niña ¿Cómo será el fin del mundo? Un niño pequeño, con una pala de plástico, exactamente en el párpado La sangre
¿Cuál es el modo más rápido de adquirir fortuna? El viejo Carlos Castaneda emprendió el mágico desplazamiento del nahual y se fue a vivir a Los Ángeles con un séquito de brujas en una mansión de Bel Air. Las brujas eran guapísimas y les gustaba el sexo salvaje y los viajes en jeep por el desierto. El viejo Carlos Castaneda podía dar una charla en Lima y al mismo tiempo asistir a una lectura de José Agustín en Ciudad de México. Recuerdo el bulto oscuro de una mujer que gruñía como cerdo arrojándose de pronto sobre caballos de carga. La muerte llevaba un sombrero del que colgaban dos focos. En la oscuridad de la carretera, Carlos observaba las luces de un auto en el retrovisor. Aparecían cuando el terreno bajaba. Desaparecían cuando el terreno subía. Esa es la muerte.
¿Tendré suerte en el juego? Queridos padres de familia: Copperfield está sujeto por dos pares de cuerdas En esta ilusión Al final del sorprendente vuelo, No tenemos de qué preocuparnos.
De Sesión de ouija
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