No. 88 / Abril 2016 |
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Los primeros pasos |
Por Eduardo Mosches |
Alguien ha dicho que la creación literaria supone intercambios humanos; el escritor no puede nunca querer que su pensamiento no sea esperado, que no sea importante para los humanos con quienes vive. Y ha sido este componente, el de los intercambios humanos, el que más placer personal me ha dado al dirigir la revista. Intercambios creados no solamente en el participar en la difusión literaria, en la lectura de los textos, sino en el observar y dialogar con un sinnúmero de amigos/as poetas; y así haber ido tejiendo, sobre la propia piel de la vida, en la creación de un vínculo afectivo que nació a partir de la palabra escrita, que se corporizó en vínculo amistoso, de cofradía abierta, de solidaridad; hecho que en este planeta habitado por la miseria, el egoísmo, la violencia de las guerras, las hambrunas motivadas por el comercio, las fronteras vigiladas y militarizadas, este hecho de crear vínculos de amistad basados en el desinterés material, y sólo en el interés de la difusión literaria y artística, es ya un pequeño respiro de puro oxígeno humano. A lo largo de estos 30 años la presencia de centenares de poemas en la revista fue creando un largo poema único, producto de la conjunción de creadores en diferentes idiomas: español, inglés, italiano, náhuatl, francés, hebreo, árabe, idish, zapoteco, guaraní, danés, catalán, euskera, en fin, ese largo poema se encuentra en la memoria de los lectores y en la revista impresa. Es parte de nuestro presente poético. Por último, un saludo, un apretón de manos, para todos aquellos que han participado abiertamente solidarios en este proyecto, y para aquellos que participarán. Un saludo a la generosidad y un abrazo a la creación por la creación. Sigamos en este pacto contra el egoísmo. ¡Viva la vida! ¡Viva la literatura! |
“Eduardo Mosches y los 30 años de Blanco Móvil”, Ana Franco Ortuño Poemas de Blanco Móvil
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