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Ulalume González de León |
No. 82 / Septiembre 2015 |
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Homenaje a Ulalume González de León
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La dificultad del plagio, Víctor Manuel Mendiola Ulalume y el riesgo del lenguaje, Diego Alcázar |
Ulalume González de León (UGL) se nos presenta como una figura enigmática dentro del panorama de la poesía mexicana –hemos de asumir que también ésta forma parte de la literatura universal. Enigmática por al menos dos razones, un tanto disímiles, que percibo en la lectura de los últimos años: siempre que uno dice que lee la poesía de Ulalume, la gente reacciona contrariada por escuchar el nombre de ese poeta (ella lo vivió al recibir cartas entusiastas por su primer libro, dirigidas al “Sr.” Ulalume1); también que su poesía no es susceptible de colocar dentro de un solo marco: se escapa de cualquier definición a causa del puro gozo de las probabilidades infinitas de la página y del lenguaje (así: lenguaje y no de una lengua en particular, pues son muchas las que nutren y conforman su poesía). Es enigmática también porque Ulalume produce plagios, aunque aquí la palabra «plagio» no es ninguna acusación grave, antes al contrario: es una asunción del carácter reescritural de la literatura, como señala al inicio del primer Plagio (1973):
Es así que ese plagio también participa de un juego con aquello que la crítica llama las fuentes de la literatura, por ello podemos percibir en sus versos una alusión por aquí, un guiño por allá, una adaptación por acullá. Ese sistema de escritura se ve fortalecido con una poesía que trasciende las formas convencionales y que exige un nuevo comportamiento por parte del lector con ese rasgo mencionado: los temas nos son siempre familiares y en la poesía de Ulalume no es para menos. Hay algo destacable en su obra: posee una fina sensibilidad para expresar ya felicidad, ya asombro, puesto que explica desde el hecho más habitual hasta el más desacostumbrado, como lo reflexiona en "El maravilloso ejercicio de despertar":
O bien, la descripción de "El camino más largo más corto":
Para ver los horizontes de la exploración ulalumiana hemos de revisar los mecanismos del lenguaje para (re)hacer poesía, ahí nos encontramos con versos de otros poetas para formular adivinanzas, pasajes de la revista Life, poemas autorreferentes en juego con otros autores.5 Se vuelve ineludible también toparnos con los Nonsense del segundo Plagio, donde la poesía se vuelve una exploración reconfortante en tanto que ella es también juego; ahí UGL da indicios de los orígenes de sus nonsense verses, en donde Lewis Carroll es el más conocido y el más evidente, a tal punto que la autora preparó un libro al respecto hacia 1978, El riesgo del placer, con especial énfasis en los nonsenses de Alicia. Como en las aventuras de Alicia, en la poesía de Ulalume todo aquello que se separa de lo rutinario es sumamente atrayente y, en consecuencia, la lógica y el sentido de lo que conocemos se ven desafiados y llevados hasta el límite. Sin duda, su poesía nos hace pensar en cuán necesario es a veces el sinsentido o, más bien, por qué es necesario que todo haya de tenerlo. Nuestra poeta supo que, como Alicia con la botellita y el pastelito, había que arriesgarse para llegar al otro lado de la puerta. La obra de Carroll y la de UGL son muestras claras de gozo por la manipulación del lenguaje, de diversión por presentarnos un nonsense, ese sinsentido que le da sentido muchas veces a lo que nos rodea y que de tan vertiginoso nos acerca a ese riesgo del placer que la lectura trae consigo. Recordamos a Ulalume González de León en su natalicio al mismo tiempo que lo hacemos con los 150 años del inicio de las aventuras de Alicia; para ello quisiera presentar algunos poemas de Ulalume relacionados más estrechamente con la obra de Lewis Carroll. Yo, Tú, Ella, Él, Nosotros, Ellas, Ello Me dijeron que fuiste a verla Les dijo Él, a Ellos, que Yo no había ido Yo le di una a Ella; y dos, Ellos a Él. Si Ella o Yo, por desgracia, en ese enredo Yo opino que tú fuiste No les digas, a Ellos, que Ella los quiere bien, Metalenguajes Dijo el Caballero Blanco: Dijo el Caballero: Dijo el Caballero: Pero la canción, cuál era? –No! Nonsense suites 1 A veces uno se encuentra 2 Fui a visitar a nadie Le di lo que no tengo Esto pasó mañana 3 Apenas era: era 4 Corrían tras las palabras Nadie alcanzó a nadie Todos corrían por espacios separados
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1 La primera poesía amorosa está escrita «en masculino» (Plagio, 1973); para la reunión del Fondo de Cultura Económica (Plagios, 2001) solamente ajustó el género para que pudiera leerse «en femenino». La lectura que se ofrece en las dos ediciones es riquísima. 2 En Plagio, Joaquín Mortiz, México, 1973. 4 En Plagio II, Joaquín Mortiz, México, 1980, p. 37. 5 UGL planteó un juego con Gabriel Zaid en Vuelta a hacer poemas autorreferentes cuyo resultado puede verse en el siguiente enlace: http://www.letraslibres.com/sites/default/files/blog_imgs/redaccion/Autorreferentes.pdf |
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