Lenguas originarias
Por Kalu Tatyisavi |
![]() ha cansado el silencio) del poeta en lengua tseltal Juan Álvarez Pérez, con el cual resultó ganador del III Premio Continental de Literatura en Lenguas Indígenas “Canto de América” 2010. Debo |
No. 58/ Abril 2013 |
|
Lenguas originarias
Por Kalu Tatyisavi
|
Debo agradecer que el libro está concebido como tal, tiene un cuerpo, una estructura, hay un inicio y final; es decir, se trata de una ceremonia de petición de mano: comienza con el encuentro de la pareja, el coqueteo, las pláticas, los consejos de los padres a su hijo e hija, las visitas a las casas, las contestaciones. Pero no es la intención hablar del libro sino hacer una paráfrasis de tres poemas. Antes, deseo añadir que la literatura de las lenguas de la familia maya no se encuentra en la misma situación que las otras, la poesía en lengua maya merece especial comentario. Estas lenguas —el tseltal y el tzotzil, particularmente— han tenido una importante producción literaria reciente, principalmente porque están cobijadas por el Centro Estatal de Lenguas, Artes y Literatura Indígenas de Chiapas, dependiente del Consejo Estatal de Cultura y las Artes (Coneculta). Si bien es una labor y un logro importante por haber puesto énfasis en sus lenguas y expresión a través de la literatura, no han logrado aún romper el paradigma localista, es decir, no se ha conseguido plasmar ese hervidero regional y ese movimiento social nacional e internacional a través de la literatura, esto porque se sabe que la literatura es ante todo profundidad, la cual vuelve lo particular universal. Este cuestionamiento va con los talleres literarios y del arte en general, al principio sirven, son el primer paso, pero después debe venir la acumulación, la reflexión, el rompimiento del cerco, la escritura desde la orilla y el filo, el caminar solitario del artista; quien depende de los talleres o maestros, los usará como muletas o silla de ruedas. Regresando a los poemas de Juan Álvarez, tienen un lirismo acendrado, tal parece que el silencio a que hace referencia el título del libro se cansa de repetir; la voz es directa, inmediata, natural. La estructura de los poemas es monótona, con base en cuartetos y tercetos que más bien aluden a rezos de tradición oral, una especie de romanticismo local. Estas voces ancestrales las actualiza el poeta sin meterlas en conflicto, sin complicarse; porque si bien la virtud de la tradición oral es su repetición y conservación, pero su defecto es el estancamiento. Vayamos a los poemas para ejemplificar, en el poema Imagina la mujer al hombre se le da voz a la mujer: “Tus ojos/ me golpean como tiniebla,/ deseo tu mano en mi pecho/ para que sientas tu presencia en mi”. Si bien hay algunos versos logrados y extáticos como: “siento tu piel-maíz en mi piel”, quizá el mayor valor del poema es el atrevimiento de la mujer para expresar su sentimiento hacia él. En el siguiente poema Contestación del papá de ella, es de agradecer también que conduzca al lector a saber por lo menos dos palabras en lengua tseltal, pues al no traducirlas nos envía irremediablemente al pie de página, provoca que giremos la cabeza. Álvarez dice. “No, anciana del rocío/ torturas de engaño mi pensamiento,/ no beberá pox el kerem:/ mi hija no resplandecerá”. Aquí, hay un respeto hacia el otro, hacia la hija y el hijo, todo es ceremonia, nos remite a los paralelismos, características orales heredadas desde Mesoamérica. Respeto a la palabra, respeto a la montaña, respeto a la voz ancestral. El poema Tercera visita me parece el más logrado, quizá porque deviene ya de otras pláticas y visitas de la pareja, de los futuros esposos, es decir, es concluyente, intenta resumir: “Tus cansados paso me atormentan/ traen armonía a la vereda,/ es triste el frío de la noche,/ atestigua la estrella de tu andar.” Parece un oxímoron, quizá una serpiente que muerde su cola. El ritmo de todos los poemas es parejo, uniforme, no se plasma el ritmo de la naturaleza que es dialéctico, en espiral, en retroceso y avance, en agudo y grave, por eso ante estos poemas nos preguntamos, ¿dónde está la historia y la cultura en transformación y creación permanente? ¿Dónde está la tragedia del poeta, su palabra en crisis? Para estas lenguas, es importante tener siempre presente la cultura y la historia, y la poesía —en este caso— como posibilidad de restitución, de resignificación y crítica. Sin duda, la cultura ancestral tseltal se encuentra extraviada, rota, modificada, pero el poeta debe buscar ese hilo, pero no es hilo firme, bello, se rompe entre las manos porque está desgastado, dañado por el ser humano. Múltiples convocatorias y premios indígenas mencionan que la característica primordial de los trabajos en lenguas originarias debe ser culturales (sic), no sé a qué se refieren con eso, me temo que quieren decir: no juego, no riesgo; belleza y folclor. Ningún poeta pertenece a una comunidad, sale, regresa y sale, vaga por el mundo en sus poemas porque comprende que él no es el centro del mundo y su cultura no es única. Existen los demás, otras culturas antiguas y complejas, desconocerlas es cerrar los ojos, pero aún, estar ciegos. Haber presentado estas palabras y diálogos tradicionales como poemas es un riesgo porque, finalmente, hay solamente en ellos, un intento de arrobamiento místico. Ya snop winik te ants Lum k’inal winik, Te asit Ya jk’an xwayon ta wajk’ubal, Lap’al ta jbak’etal, Ta swilel k’anjel ya schik’on te abak’etal; Ja’atme jk’ayojat xch’ulel ixim; Te bats’il smelelil atsee Lekil p’ijilal winik, Ya jk’an te ja’ukat, mach’a yayak nichimajukon, ¡Lajulix!, te yalbotik te ma jna’tik ya’el k’op, Nichimajel k’inalotik, Ya ka’ayat ta spisil we’lil, Ya jk’an x-elk’ajon yu’un te ap’ijilal, Ay nakbil sk’anjel j’metatik, Tulan ja’al witsat, Imagina la mujer al hombre Hombre tierra, Tus ojos Quiero dormir en tus noches, Clavado en mi entraña, En vuelo de ternura, tu cuerpo me quema; Eres mi canto espíritu de maíz; El verdadero acorde de tu alegría Hombre de pensamiento puro, Quiero que seas quien me haga florecer, ¡Basta que nos digan que no entendemos! Somos naturaleza florida, Te siento en todo lo consumible, Quiero ser ladrona de tu sabiduría, Hay secreto de amor de mis ancestros, Eres el bosque lluvioso, Sutesel sk’op tatil Mauk, sakubel k’inal me’el, Te kantsil jnich’an Lek ta a’yel slekilal yo’tan te kerem, Spisil ayu’un, Mauk sakubel k’inal me’el, Lekuk me stojil yo’tan te state, Ma’ jtulantes jk’op ta atojol, Contestación del papá de ella No, anciana de la aurora, Mi hija Se escucha bien la educación del kerem,1 Aquí tiene todo, No, anciana del rocío, Que sea clara la bondad de su padre, No levanto mi voz ante ti,
Yoxebal ula’ Najklan ch’ul ya’me’tik, Te ak’op lap’al jilel ta ko’tan Ya’me’tik, Ku’un ya spason te xnichimal ak’op: snojk’etal u, Ya xk’elateson te luben abe’el, Xjaxet bit’il ja’ te ak’op, Xojobil sakubel k’inal te smukul awo’tan, Tercera visita Toma asiento anciana del alma, Tu palabra dejó huella en mi corazón, Anciana, Tu poesía me hace frágil: Silueta de luna, Tus cansados pasos me atormentan, Tu palabra fluye como arroyo, Tu entusiasmo es brío del alba,
|
|