II Jornadas de Poesía |
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MUSEO DE LA CIUDAD DE MÉXICO IX FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Del 9 al 10 DE OCTUBRE DE 2009 |
SEGUNDAS JORNADAS DE POESÍA Y POETAS DE AMÉRICA MUSEO DE LA CIUDAD DE MÉXICO IX FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 9-10 DE OCTUBRE DE 2009
PROGRAMA
12:00 a 12:30 12:30 a 13:00 13:00 a 13:30 13:30 a 14:00 14:00 a 14:30 14:30 a 15:00 15:00 a 15:30 SÁBADO 10 14:00 a 14:30 14:30 a 15:00 15:00 a 15:30 15:30 a 16:30 16:30 a 17:00 17:00 a 17:30 17:30 a 18:00 18:00 Moderadores: Poeta invitado fuera del continente: Juan Carlos Marset Director de las Jornadas de Poesía y Poetas de América: Manuel Cuautle
Participan:
Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, a través del Museo de la Ciudad de México, Dirección de Divulgación Cultural, Subdirección de Publicaciones y IX Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México. Museo de la Ciudad de México
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Andres Berger Kiss En tus brazos Colmo el hambre |
Elsa Cross (Ciudad de México, 1946) Fragmentos de Bomarzo I Viajes que no tenían fin. Viajes sin desprenderse de la costa, Mejor que contra rutinas insidiosas, Algo cayó también sobre ese orden Aguas tenebrosísimas No es claro ni siquiera al repasar Si el poder de los límites |
Carolina Escobar Sarti (Guatemala, 1960) Graffiti mujer media noche y es mía la ciudad “Debajo del asfalto Mañana |
José María Espinasa (Ciudad de México, 1957) Panorama de la Poesía Mexicana |
Eduardo Langagne (Ciudad de México, 1952) Un ramo de rosas Una es la rosa que hirió a Rilke,
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Carolina Lorca (Quilpué, Chile) Retrato a) b) El poeta bajo los reflectores |
Juan Carlos Marset Fernández (Sevilla, 1963) Estos hierros
Para dejar de morir he puesto rejas a todo lo que me rodea por dentro de mí. Apresado entre estos hierros, he dado nombre a otro deseo, pretendo conquistar otra libertad. Nada espero, aquí dentro, que no venga de mí, nada que no haya sido mío antes de tenerlo. Soy ante mí toda mi vida. He dejado de morir porque no hay para mí otra esperanza que el pasado que persigo. Lo que aún no sé si fui. Mi vida comienza y termina en este punto de trasluz abovedada sobre la cripta que encierra el porvenir. Ávida de haber sido, a cada vuelta se completa, se enreda y trepa degollando mi expansión, destrozando mi flaqueza. Infundiendo en mi voz su providencia ciega. Mi vida entera es un pronóstico que me sobreviene y me sobrevive, el epitafio que proferirá de golpe lo que ahora me hace ser, hecha de mí, mi celda. Mi hostilidad conmigo. Mi conspiración. El vivir anticipado que atesoro con mi ruina. Lo que tomo para mí me va dejando sin nada. Soy lo que me arrebata mi propio despojo. Consumo mi muerte como únicamente un dios, en un sinvivir imposible fuera de mí. Para dejar el camino de la muerte, mi caminar de muerte, vivo encuevado en mi voz, y con esta ocupación franqueo todas mis barreras anteriores. Cuánto tiempo necesita un dios para dejar de serlo, cuánto más para estar dispuesto a no haberlo sido nunca. Ni todo tiempo ejecuta las mismas conversiones, ni con el tiempo basta. Mi sangre remonta ríos de lava helados, corre arriba por culpa de un dios que ha llegado a sucederse en mí, a confundirme con su vida. Qué puede haber más aferrado a mí, más ungido por el signo de mi desaparición retenida, que el nudo excesivo que se cierra, librándome de la muerte, entre este dios que se hunde en mí y la voz que en él me ahonda. Cuando me haya ido al lugar presagiado por mi voz, estos hierros alojarán al dios en que perduro y me apodero, reforzándolo, de un tiempo que ya no es tiempo. El tiempo sin pasar que es todo mi pasado. Proclamarán, ya sin aliento, que he dejado de morir antes de mi muerte y de mi vida.
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Álvaro Miranda (Santa Marta, Colombia)
DECIRES QUE BIEN NO SE SABE PUDIERON SER ESCRITOS
POR EL MISMO DON SANCHO JIMENO, POR DON FRANCISCO DE MIRANDA O POR DON ANTONIO NARIÑO, EN EL CASTILLO DE BOCA CHICA DONDE LOS TRES, POR RAZONES Y TIEMPOS DIFERENTES O CASI IGUALES SI SE MIRA LA INTENCIÓN, FUERON PRISIONEROS. EN TODO CASO, SI NUEVOS CONDENADOS LLEGAN A ESTE LUGAR, QUE DIOS NOS AMPARE DE VER MORIR OTRA IGUANA COMO AQUÍ DICEN ESTAS PALABRAS QUE ACAECIÓ
Albatros sin fin, serafín siniestro:
Tu mansión iguana, tu mansión ahora,
Oh albatros sin fin, serafín siniestro:
Qué hubo Lebrija,
El límite del tiempo florece con la noche;
La piel de los veranos carcome la garganta de los hombres;
El viento borra al saltamontes entre la cogitabunda garza
Las brisas mecen el vientre de las lluvias;
El espumarajo del ganado ilumina al cagajón entre esfera;
La noche se cuaja de estrellas y becerros;
Las ciénagas abrazan el reptar de las nubes en la tierra;
Las monas lazan a dúo sus gritos contar el tigre;
Los gallos espolean la aurora en arco iris;
El jinete levanta su sombrero y saluda
Las estrellas zapatean brillo de amor entre los hijos
Las sabanas del día envuelven el perfume
Los horcones ululan fugitivos la avalancha;
La sonrisa se baja cacareando con el llanto,
Los pensamientos so luna llena por la noche;
El jornalero cuchichea a la voz del amediero;
Los Guerreros amansan en sus ojos remolinos. Lunas del Universo oteando al mundo,
Tempestad de bronces,
Hombres de acá, |
France Mongeau (Québec, 1961) Tradución de Silvia Pratt
PENETRAMOS EN LA inteligencia algunos remolinos relatan nuestros miembros fraguados de algas |
Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) Hace apenas días hace apenas días murió mi padre, cayó sin peso, hoy no es como otras lluvias bajo cada lluvia |
Max Rojas (Ciudad de México, 1940)
Celebración desde lo infausto desesperanza que se acerca desde el final |
Pedro Serrano (México, 1957) Jacal en el plan Un jacal en que entráramos, |
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