16 enero, 2023

Poemas para otros no vistos y no nacidos

de Muriel Rukeyser | Traducciones

 
Traducciones al español de Yaki Setton y Sergio Waisman

 
Nacida y muerta en Nueva York (1913-1980), Muriel Rukeyser fue poeta y traductora. En 1935 publicó su primer libro Theory of Flight. Luego siguió The Book of the Dead (1938), pionero dentro la poesía documental y unos diez libros más reunidos en 1978 en The Collected Poems of Muriel Rukeyser, reeditado con aparato crítico en 2005 por la Universidad de Pittsburgh.

Yo viví en el primer siglo de guerras mundiales”, expresa Rukeyser en uno de los más conocidos poemas del libro La velocidad de las tinieblas (The Speed of Darkness), al que pertenecen los cinco aquí presentados. Su publicación, en 1968, implicó el despertar de un nuevo interés por releer su obra y un reconocimiento acerca de su lugar en la poesía norteamericana de esta “madre de todas y todos”, como la llamó Anne Sexton.

Editado en el contexto de la lucha por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam, este libro reúne de manera potente momentos de lírica íntima y, también, de lírica política en lo que en esa época se definió como una “politización de la experiencia íntima” en el campo de la poesía escrita por mujeres.

En “El poema como máscara / Orfeo”, primero de este libro y al mismo tiempo una declaración de principios, Rukeyser declama: “Los fragmentos se juntan en mí con su propia música”. Coexisten, a la sazón, en La velocidad de las tinieblas distintas estéticas e influencias de la tradición poética estadounidense —incluyendo a Walt Whitman, William Carlos Williams y H. D.–, junto con la ratificación de su propio estilo tras una trayectoria activa de más de treinta años de escritura.

—Yaki Setton y Sergio Waisman

 

El poema como máscara
Orfeo

Cuando escribí de las mujeres en sus bailes, salvajes, fue una máscara,
en su montaña, cazando dioses, cantando, en orgías,
fue una máscara; cuando escribí del dios,
fragmentado, exiliado de sí, su vida, el amor unido con el canto,
fui yo misma, partida por la mitad, incapaz de hablar, exiliada de mí.

No hay montaña, no hay dios, hay memoria
de mi vida desgarrada, abierta mientras duermo, la niña rescatada
a mi lado entre los doctores, y una palabra
de rescate desde los ojos grandes.

¡Basta de máscaras! ¡Basta de mitologías!

Ahora, por primera vez, el dios levanta su mano,
los fragmentos se juntan en mí con su propia música.

 
The Poem of a Mask
Orpheus

When I wrote of the women in their dances and wildness, it was a mask,
on their mountain, god-hunting, singing, in orgy,
it was a mask; when I wrote of the god,
fragmented, exiled from himself, his life, the love gone down with song,
it was myself, split open, unable to speak, in exile from myself.

There is no mountain, there is no god, there is memory
of my torn life, myself split open in sleep, the rescued child
beside me among the doctors, and a word
of rescue from the great eyes.

No more masks! No more mythologies!

Now, for the first time, the god lifts his hand,
the fragments join in me with their own music.

 

 
¿Qué te doy?

¿Qué te doy?               Esta memoria
No te la puedo dar.                La fuerza de una memoria
No te la puedo dar   :   suena en mis nervios.
Ninguna de estas canciones
Está hecha en sus imágenes.
Semillas de toda memoria
Dadas a mí te doy a vos
Mi yo.        Voz de mis días.
Bendición;         semilla y dolor,
El verde elogio de crecimiento.
El cuerpo sagrado de la sed.

 
What Do I Give You?

What do I give you?               This memory
I cannot give you.                Force of a memory
I cannot give you   :   it rings my nerves among.
None of these songs
Are made in their images.
Seeds of all memory
Given me give I you
My own self.        Voice of my days.
Blessing;         the seed and pain,
Green of the praise of growth.
The sacred body of thirst.
 

 
Entre rosas

Acostada aquí entre la hierba, ¿estoy muerta estoy durmiendo
asombrada entre silencios     no me tocás nunca
Aquí muy profundo, la pequeña luna blanca
llora como una ficha y oigo?

El sol vuelto cobre o me disuelvo
sin tocar sin tocar      una tierra sin tacto
niega mi muerte mi mano caída
el silencio corre por el lecho de los ríos

Un viento alto camina sobre mi piel
                                                                 brisa, memoria
aguantan en mi cuerpo (mientras el mundo se desvanece)
                                                                                                             entrando
muy tarde en la noche del mundo para ver las rosas abrirse
Recordá, amor, acostadas entre rosas.
¿No nos acostamos entre rosas?

 
Among Roses

Lying here among grass, am I dead am I sleeping
amazed among silences      you touch me never
Here deep under, the small white moon
cries like a dime and do I hear?

The sun gone copper or I dissolve
no touch no touch      a tactless land
denies my death my fallen hand
silence runs down the riverbeds

One tall wind walks over my skin
                                                           breeze, memory
bears to my body (as the world fades)
                                                                       going in
very late in the world’s night to see roses opening
Remember, love, lying among roses.
Did we not lie among roses?

 

 
Para mi hijo

Venís de poetas, reyes, deudores, predicadores, casi deudores, constructores de ciudades, vendedores,
los grandes rabinos, los reyes de Irlanda, almaceneros fracasados de alimentos secos, bellas mujeres de las canciones,
grandes jinetes, padres tiránicos en la orilla de un océano, las madres occidentales que miran al oeste por sus ventanas,
las familias escapándose por el mar a toda prisa y de noche —
las torres redondas de la puesta violeta del sol celta,
los difuntos, los brillosos, voladores, hombres expulsados del pueblo, hombre sobornado por sus primos para que se quede fuera del pueblo, maestras, el cantor litúrgico del viernes a la noche, los diarios morbosos,
mujeres fuertes manteniendo con elegancia relaciones, la niña judía que va al colegio parroquial, los niños que juegan carreras con sus barcos sobre el hielo en Lakes,
la mujer quieta frente al diamante en la ventana de terciopelo, dice “Maravilla de la naturaleza”.
Como todos los hombres,
venís de cantantes, de guetos, de hambrunas, guerras y rechazos de guerras, hombres que construyeron aldeas
que crecieron hasta ser nuestras ciudades solares, estudiantes, revolucionarios, derramar de edificios, los diarios del mercado,
un sastre pobre en un cuarto en penumbras,
un hombre del desierto, el héroe de las minas, el astrónomo, una mujer con cara pálida que enseña piano hora tras hora y su muñeca tullida,
como todos los hombres,
no has visto la cara de tu padre
pero lo conocés desde siempre en una canción, la costa de los cielos, en un sueño, donde sea que se encuentre el hombre jugando su rol de padre, padre entre nuestra luz, entre nuestras tinieblas,
y en tu ser hecho completo, completo con vos y completo con otros,
las estrellas tus antepasados.

 
For My Son

You come from poets, kings, bankrupts, preachers, attempted bankrupts, builders of cities, salesmen,
the great rabbis, the kings of Ireland, failed drygoods storekeepers, beautiful women of the songs,
great horsemen, tyrannical fathers at the shore of ocean, the western mothers looking west beyond from their windows,
the families escaping over the sea hurriedly and by night–

the roundtowers of the Celtic violet sunset,
the diseased, the radiant, fliers, men thrown out of town, the man bribed by his cousins to stay
out of town, teachers, the cantor on Friday evening, the lurid newspapers,
strong women gracefully holding relationship, the Jewish girl going to parochial school, the boys racing their iceboats on the Lakes,

the woman still before the diamond in the velvet window, saying “Wonder of nature.”
Like all men,
you come from singers, the ghettoes, the famines, wars and refusal of wars, men who built villages

that grew to our solar cities, students, revolutionists, the pouring of buildings, the market newspapers,
a poor tailor in a darkening room,
a wilderness man, the hero of mines, the astronomer, a white-faced woman hour on hour
teaching piano and her crippled wrist,
like all men,
you have not seen your father’s face
but he is known to you forever in song, the coast of the skies, in dream, wherever you find man
playing his part as father, father among our light, among our darkness,
and in your self made whole, whole with yourself and whole with others,

the stars your ancestors.

 

 
Poema

Yo viví en el primer siglo de guerras mundiales.
La mayoría de las mañanas estaba más o menos loca,
Los diarios llegaban con sus artículos desprolijos,
Las noticias chorreaban de varios aparatos
Interrumpidas por intentos de vender productos a los no-vistos.
Llamaba a mis amigos por otros aparatos;
Estaban más o menos enojados por las mismas razones.
De a poco llegué a la pluma y el papel,
Hacía mis poemas para otros no vistos y no nacidos.
De día algo me hacía recordar a esos hombres y mujeres
Valientes, que ponen señales entre grandes distancias,
Considerando un modo de vivir sin nombre, con valores casi inimaginables.
Cuando las luces se oscurecieron, cuando las luces de la noche brillaron más,
Tratábamos de imaginarlos, de encontrar al otro.
De construir la paz, hacer el amor, reconciliar
Despertar durmiendo, cada uno con el otro,
Cada uno con su propio ser. Tratábamos de cualquier modo
De alcanzar nuestros propios límites, de alcanzar nuestro propio más allá,
De abandonar los modos, de despertar.

Yo viví en el primer siglo de estas guerras.

 
Poem

I lived in the first century of world wars.
Most mornings I would be more or less insane,
The newspapers would arrive with their careless stories,
The news would pour out of various devices
Interrupted by attempts to sell products to the unseen.
I would call my friends on other devices;
They would be more or less mad for similar reasons.
Slowly I would get to pen and paper,
Make my poems for others unseen and unborn.
In the day I would be reminded of those men and women,
Brave, setting up signals across vast distances,
Considering a nameless way of living, of almost unimagined values.
As the lights darkened, as the lights of night brightened,
We would try to imagine them, try to find each other,
To construct peace, to make love, to reconcile
Waking with sleeping, ourselves with each other,
Ourselves with ourselves. We would try by any means
To reach the limits of ourselves, to reach beyond ourselves,
To let go the means, to wake.

I lived in the first century of these wars.

 

* Poemas seleccionados de The Speed of Darkness (La velocidad de las tinieblas), de 1968, a publicarse próximamente en la editorial Salta el Pez (Buenos Aires, Argentina).


Muriel Rukeyser / Nueva York, Estados Unidos, 1913 – 1980. Poeta, feminista y activista de origen judío. Figura primordial de la poesía estadounidense del siglo XX. Autora de, entre otros libros, Theory of Flight (1935), The Book of the Dead (1938), Orpheus (1949), The Outer Banks (1967) y The Speed of Darkness: Poems (1968).


Yaki Setton / Buenos Aires, Argentina, 1961. Poeta y traductor. Publicó los libros de poesía Quirurgia (2002), Niñas (2004), La apariencia de lo espléndido (2006), Nombres propios (2010), La educación musical (2013), Lej Lejá (2016) y El beso (2018).
 
Sergio Waisman / Nueva York, Estados Unidos, 1967. Traductor, catedrático y escritor. Doctor por la Universidad de California, Berkeley. Ha traducido al inglés obras de los argentinos Ricardo Piglia y Juana Manuela Gorriti, así como del boliviano Nataniel Aguirre. En 2000 le fue otorgado el premio de la National Endowment for the Arts por su traducción de La ciudad ausente de Ricardo Piglia. También es autor de la novela Leaving (2004).