Se dice que Escocia, nación adusta y procelosa para los romanos y casi por igual para sus vecinos del sur, empezó a asumirse como extensión de la nación inglesa cuando su rey Jacobo VI, en 1603 y tras la muerte de la reina Isabel I, se convirtió en Jacobo I de Inglaterra e Irlanda. Sin querer, este punto de la historia escocesa podría ilustrar, varios siglos después, los procesos que bullen tras la famosa máxima del lingüista Max Weinreich: “Una lengua es un dialecto con ejército y marina”. Sobra decir quizá que la lengua inglesa lo era; la escocesa, no. La esplendorosa tradición medieval de los llamados seguidores escoceses de Geoffrey Chaucer, o Scottish Chaucerians —además de una antiquísima oralidad autóctona— estaba destinada a la fusión idiosincrática y lingüística con la de un país más poderoso, más rico y, dirían algunos en su momento, más culto y moderno. Los idiomas escoceses comenzaron a sentir como nunca la tensión ocasionada por la convivencia de dos posturas: la nacionalista, determinante del uso del scots y sus variantes, y la histórica, que promueve la presencia del ynglis, una forma dialectal más cercana al inglés. La lengua y los cantares celtas habían creado ya, por otra parte, una resistencia muy distinta…
Casi al mismo tiempo que T. S. Eliot clamaba, en 1919, que no había “distinción evidente que pueda trazarse en estos momentos entre las dos literaturas”, el escritor nacionalista Hugh MacDiarmid (cuyo nombre verdadero era Christopher Murray Grieve) decidió que, por el contrario, la escocesa y la inglesa no eran tradiciones siamesas y que, además, debían ser separadas de una vez por todas con el acero de la poesía. Él fue uno de esos poetas que demostrarían que otro de los aforismos de Eliot, aquel que rezaba “La base de una literatura es una lengua”, era de hecho verdadero, aunque en sentido contrario a la idea que el poeta anglo-americano había concebido para unificar el vasto corpus poético de Inglaterra, Escocia y hasta Irlanda. La poesía en scots de MacDiarmid y sus contemporáneos, enfundada en la armadura de emblemáticos bardos escoceses de antaño como William Dunbar y Robert Burns mismo, irrumpiría en la conciencia nacional de muchos otros escritores que darían pie a un verdadero renacimiento del verso escocés.
El poeta Edwin Muir dijo alguna vez, refiriéndose a Escocia: “Esta es una tierra difícil”. Lo es no solo al intentar definir su propio carácter, sino también al reconocer las contrariedades y la generosidad de su naturaleza, de su entorno y de su clima. ¿En verdad es Escocia cardos y lluvia? Podemos decir que lo es, aunque desfachatadamente quizá podamos agregar que también es páramos y niebla, gaitas y lana, whisky y tartanes, nacionalismo y dependencia. Así lo reconocen MacDiarmid y Muir, Carol Ann Duffy y Tracey Herd, Maud Sulter y Tom Leonard. Clichés aparte, Escocia es también una constante lucha del individuo, del pueblo, contra las inclemencias del tiempo, contra lo abigarrado de la orografía, contra el aislamiento y la soledad, contra los embates del amor o el desamor.
He aquí un ramillete que reúne unas pocas flores de la vasta pradera poética escocesa. Son ellas las flores del cardo, cortadas con el filo del verso y traducidas por el Seminario Permanente de Traducción Literaria de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con la participación de Pura López Colomé.
—Mario Murgia
KEN COCKBURN (1960)
Una flor para Federico García Lorca
Casa-Museo Federico García Lorca, Fuentevaqueros, Granada
Los visitantes con maletas, mochilas,
y otros objetos de gran tamaño
no se admiten.
Se puede tomar fotos en el patio,
pero no dentro de los cuartos.
Se prohíbe fumar en los cuartos de la casa.
Sin embargo sí se puede en el patio si se usan ceniceros.
No se permite comer dentro de la casa,
aunque los visitantes pueden beber agua fresca en el patio.
Años de silencio
una maceta de geranios
recuerdan su risa
“En este pueblo tuve mi primer ensueño de lejanía.
En este pueblo yo seré tierra y flores.”
Traducción de Flora Botton-Burlá
A Flower for Federico García Lorca
House-Museum Federico García Lorca, Fuentevaqueros, Granada
Visitors carrying suitcases, rucksacks, and other objects of big size, are not admitted.
Photographs may be taken in the patio, but not inside the rooms.
Smoking is forbidden in the rooms of the house. However they may do so in the patio provided they use ashtrays.
Food is not allowed inside the house, though visitors may drink fresh water in the patio.
Years of silence
a geranium flowerpot
remember his laughter
‘In this town I had my first dream of remoteness. In this town I will be earth and flowers.’
JACKIE KAY (1961)
Amor tardío
Cómo se pavonean, los enamorados,
qué altos se yerguen, satisfechos de sí mismos,
el pelo brilloso, la piel radiante.
No recuerdan quiénes han sido.
Qué cinematográficos son por esta única vez.
Qué importantes se han vuelto –secretos, por encima
del orden de las cosas, la monótona cotidianeidad.
Cada campanada que suena, un nuevo signo.
Qué sosos los que no están enamorados.
La ropa gastada, la piel sin lustre;
qué perdidos están, el pelo un desastre; con qué penoso andar
recorren las calles bajo la lluvia,
recordando un beso en un callejón oscuro,
una caricia en un vestidor, con suerte, una deliciosa espera
a que suene el teléfono, maybe, baby.
El pasado con su oleada de terciopelo, su rumor secreto
ya muy lejos, desvaneciéndose ahora en la tarde.
Traducción de Charlotte Broad
Late Love
How they strut about, people in love, how tall they grow, pleased with themselves, their hair, glossy, their skin shining. They don’t remember who they have been.
How filmic they are just for this time. How important they’ve become – secret, above the order of things, the dreary mundane. Every church bell ringing, a fresh sign.
How dull the lot that are not in love. Their clothes shabby, their skin lustreless; how clueless they are, hair a mess; how they trudge up and down streets in the rain,
remembering one kiss in a dark alley, a touch in a changing-room, if lucky, a lovely wait for the phone to ring, maybe, baby. The past with its rush of velvet, its secret hush
already miles away, dimming now, in the late day.
VALERIE GILLIES (1948)
Nos volvemos a encontrar
Por primera vez en siete años
nos encontramos.
Tu hijo le dice a mi hija
“Odio a las niñas: vete”.
Ella sonríe con su sonrisa formidable.
Las Parcas enredan su hilo en un torzal.
Esperarán.
Mientras él se columpia en su cuerda de tarzán
o lanza una nueva carnada al mar,
ella se apartará de sus hermanos
hasta que pueda hacer que este muchacho
busque la tierra de donde vino.
¿Quién recordará el día de hoy
cuando descubran
su propio edén sorprendente?
Traducción de Eva Cruz Yáñez
We Meet Again
For the first time in seven years we meet. Your son says to my daughter ‘I hate girls: go away.’ She smiles her formidable smile. Fates get their yarn in a twist.
They’ll wait. While he swings on his tarzan rope or casts a new lure in the sea, she’ll hang back from her brothers till she can make this fellow look for the land he first came from.
Who will remember today when they discover their own surprising eden? As, in the pretty far back, once it was you and me.
CAROL ANN DUFFY
(1955)
San Valentín
No una rosa roja ni un corazón de satín.
Te doy una cebolla.
Es una luna envuelta en papel de estraza.
Promete luz
como el lento desvestirse del amor.
Toma.
Te cegará con lágrimas
como un amante.
Hará de tu reflejo
una foto borrosa del dolor.
Estoy tratando de decir la verdad.
No una tarjeta linda ni un besograma.
Te doy una cebolla.
Su beso ardiente se quedará en tus labios,
posesivo y fiel
como somos nosotros,
mientras lo seamos.
Tómala.
Sus aros de platino se reducen a un anillo de boda,
si eso quieres.
Letal.
Su aroma se pegará a tus dedos,
se pegará a tu cuchillo.
Traducción de Marina Fe
Valentine
Not a red rose or a satin heart.
I give you an onion. It is a moon wrapped in brown paper. It promises light like the careful undressing of love.
Here. It will blind you with tears like a lover. It will make your reflection a wobbling photo of grief.
I am trying to be truthful.
Not a cute card or a kissogram.
I give you an onion. Its fierce kiss will stay on your lips, possessive and faithful as we are, for as long as we are.
Take it. Its platinum loops shrink to a wedding-ring, if you like. Lethal. Its scent will cling to your fingers, cling to your knife.
NORMAN MACCAIG
(1910-1996)
Sin opciones
Pienso en ti
de tantas maneras como llega la lluvia.
(Estoy llegando, a medida que envejezco,
a odiar las metáforas: su precisión
y su insuficiencia).
A veces estos pensamientos son
una humedad que apenas cae, no hay
nada más suave:
a veces un chubasco que tamborilea, una
agitada limpieza profunda de la mente:
a veces, un aguacero que inunda.
Estoy llegando, a medida que envejezco,
a odiar la metáfora,
a amar la suavidad,
a temer los aguaceros.
Traducción de Mónica Mansour
No Choice
I think about you in as many ways as rain comes.
(I am growing, as I get older, to hate metaphors – their exactness and their inadequacy.)
Sometimes these thoughts are a moistness, hardly falling, than which nothing is more gentle: sometimes, a rattling shower, a bustling Spring-cleaning of the mind: sometimes, a drowning downpour.
I am growing, as I get older, to hate metaphor, to love gentleness, to fear downpours.
TOM LEONARD
(1944-2018)
El juego de Simón
trece pinches años con ellos y
ni un día libre
nomás lo corrieron, chingá
ni una semana le dieron
lo corrieron
así nomás
deja te digo, mano
si yo fuera Scot Symon
les diría que se metan su equipo
todo el puto equipo por donde ya saben
eso mero
un pinche escándalo eso es lo que es
un pinche escándalo
da asco
Traducción de Mario Murgia
Simple Simon
thurteen bluddy years wi thim ih no even a day aff jiss gee im thi fuckin heave weeks noatiss nur nuthin gee im thi heave thats aw
ahll tellyi sun see if ah wiz Scot Symon ahd tell thim wherrty stuff thir team thi hole fuckin lota thim thats right
a bluddy skandal thats whit it iz a bluddy skandal
sicken yi
ANGELA MCSEVENEY
(1964)
El bulto
Dando vueltas en la cama
una calurosa noche de junio
acuné mis pechos con los brazos
y sentí un duro nudo de tejido.
Tenía quince años.
La vida me subió hasta la garganta
amenazando con ahogarme.
Tres veces intenté decirlo a mi madre.
Prometió que mi cita sería
Con una doctora.
Una enfermera dijo mi nombre.
No tenía cáncer.
La sutura en mi piel me recordaba
un pollo dispuesto para el horno.
Me avergoncé
de que el primer hombre en mirarme
sólo estuviera haciendo su tarea.
Traducción de Federico Patán
The Lump
Rolling over in a hot June night I cradled my breasts in my arms and felt a hard knot of tissue.
I was fifteen. My life rose up in my throat and threatened to stifle me.
It took three attempts to tell my mother. She promised that my appointment would be with a woman doctor.
A nurse called my name. I didn’t have cancer.
The stitches in my skin reminded me of a chicken trussed for the oven.
I felt ashamed that the first man to see me had only been doing his job.
ALASTAIR REID
(1926-2014)
Escocia
Era un día especial en esta parte del planeta,
las alondras se alzaban cantando en largas hileras
y el aire cambiaba al ritmo de un brillo de ángeles.
El verdor penetraba el cuerpo. Los pastizales
temblaban rebosando presencias, y la luz del sol
permanecía como aureola en el pelo entre brezos y cerros.
Camino al pueblo vi, con su reluciente impermeable,
a la mujer de la pescadería. “¡Qué día tan bello!”,
exclamé, como un demente insolado.
Y ella, ¿qué podría responder? Frunció el ceño,
sombríamente. Sus ancestros enfurecían en las tumbas,
mientras ella prorrumpía, a tono con una miseria de siglos:
“¡Pagaremos por ello, vaya que sí, lo pagaremos!”
Traducción de Pura López Colomé
Scotland
It was a day peculiar to this piece of the planet, when larks rose on long thin strings of singing and the air shifted with the shimmer of actual angels. Greenness entered the body. The grasses shivered with presences, and sunlight stayed like a halo on hair and heather and hills. Walking into town, I saw, in a radiant raincoat, the woman from the fish-shop. ‘What a day it is!’ cried I, like a sunstruck madman. And what did she have to say for it? Her brow grew bleak, her ancestors raged in their Graves as she spoke with their ancient misery: ‘We’ll pay for it, we’ll pay for it, we’ll pay for it!’
* Selección tomada de Cardos y lluvia, antología de poesía escocesa contemporánea (coordinación y prólogo de Mario Murgia, Publicaciones y Fomento Editorial, UNAM, 2019).
Créditos
Voz y video: Mariana David
Música: Rogelio Sosa
Texto: Gaëlle Le Calvez
Negación. Todo parece estar muy lejos, menos las personas. Comienzan los nuevos hábitos. Limpieza. Distancia. Desaceleración. Esto sí es un paro.
Ansiedad. Mi tribu toda dispersa. Hago mapas afectivos. Mando mensajes fotos preguntas nos reímos —no perder el sentido del humor—. Ataques de ansiedad y ataques de risa. Por las noches no puedo respirar.
Insomnio. Sí —desde hace 20 años—. He probado todo tipo de calmantes. Ahora sobre todo corro largas distancias fotografío espacios abiertos cocino. No soy fotógrafa. Tampoco cocinera [he aprendido a cocinar sopa de fideo, salsa verde]. Me asombra cómo se condensan los paisajes —abruptamente— para ser contemplados.
Confusión. Los números de infectados. La velocidad de los contagios. La muerte puesta entre paréntesis. Cada vez que pienso “casa”, digo “México”. Regresemos a México. A la casa [imaginaria] [fija] de mis abuelos en una calle llena de cables, Shakespeare esquina con Ejército, las banquetas desiguales abiertas por las raíces de los árboles, el olor a chocolate por las tardes. Adentro es México. Regreso a [mi] casa.
[Regresiones]
[Los domingos me da por recordar la escuela a la que fui, mis amigos liceanos, los camellones iluminados de Horacio, la iglesia de San Agustín, las visitas a las tumbas familiares, las comidas que terminaban en baile, las tormentas de las cinco de la tarde, las noches tequileras de poesía, las largas caminatas en Reforma con bebés entre los brazos, el helado de zapote, los tamales oaxaqueños, el pan de muerto, el sonido del tren que todavía escucho por las noches].
[Ahora tú y yo nos abrazamos a los árboles. Éramos vecinas en esos departamentos viejos de Anzures —éramos familia— creíamos ciegamente en el cultivo de los egos y sus charlatanes. Fuimos testigos y protagonistas de tristes puestas en escena. Había que irse de todo. Tú y yo lo sabíamos. Hasta que nos fuimos. Nada queda de eso. Ya nada de eso importa. Sólo los espacios verdes que ahora compartimos y nuestras familias recompuestas. Nuestras hijas corren libres. Nos despojamos de todo. Sobrevivimos].
Ira. Desinfectarlo todo [compulsivamente], sobre todo los pensamientos.
¿Qué significa la palabra “chingadera”? Ante las preguntas de mis hijas titubeo. Una manera fácil de describir esta palabra es esto. Una rotunda chingadera. Está bien, desdramaticemos. No podemos parar del todo porque no hay trabajo que alcance. (Eso sólo nosotros lo sabemos).
Devorarlo todo. El mierdero de las noticias globales: El País, Le Monde, New York Times. Las mañaneras. Los reportes locales. Toda la información. Las curvas, las recomendaciones, el miedo al desastre económico, quienes no podemos parar del todo. El miedo a la muerte.
En las pasadas semanas hubo discusiones pleitos [todos sin sentido]. Deberíamos como en otros tiempos dejar afuera la política las identidades. Somos en el mundo. Somos el mundo. Estamos vivos. Eso debería ser suficiente.
Desasosiegos. Vuelvo al flujo de noticias con las mismas preguntas. ¿Cuántos infectados?, ¿qué edades? Respiro. Hago un escueto árbol genealógico: mis nombres y sus rostros en orden alfabético. Un mapa afectivo. Inmenso. Un alfabeto vulnerable.
Misantropía. La distancia social y aislamiento una forma vida en la que reconozco mis hábitos: los monólogos y el autoexilio.
Mitigar. Guardar la distancia. Traducir [distancia social] con nuestras hijas. Mamá oso [uso del pronombre posesivo en plural: mis hijas, mis hermanos, mis primas, mis amigos, mi tribu] leona enjaulada.
Vimos la serie del encierro: Tiger King. Es como ver narcos. No todos los mexicanos somos narcos, no todos los gringos blancos coleccionan tigres y cantan country con su chamarra de flecos. No todos los cristianos son ignorantes, no todos los de izquierda son buenos, no todos los sureños son cowboys no todos los liberales piensan no todos los conservadores son pendejos no todos los ojetes están en un bando [etcétera] Son los tiempos de las metonimias. Tomamos las partes por el todo pero todo es mucho más gris [habla el desencanto]
Restablecimientos. Una nueva normalidad se instala:el extrañamiento. Busco orden y estructura como forma de centrarme. Comienzo una rutina: despertar a las cinco de la mañana. Escribir mientras en casa todos siguen dormidos. Buscar la repetición dentro del caos. Ordenar los pensamientos. Volver a las lecturas pendientes. Volver a la escritura.
Cocinar. una forma de simular la rutina cotidiana. La alegría de la repetición. La estructura que te contiene. Los límites seguros. Los horarios. Rituales contra la angustia.
[Correr: una forma de mantener el pensamiento en el presente. Mantener la atención en la respiración. Correr para mantenerse en presente. Repito el ejercicio mientras pienso o parafraseo un pasaje que he subrayado y releído mil veces en La muerte me da de Cristina Rivera Garza].
Adicción. Hace algunos años me volví adicta al cielo y a correr en espacios abiertos: corredores de árboles, granjas abandonadas en medio de la nada fotografío la luz que atraviesa rostros y árboles me asombra la inmensidad de lo pequeño la intensidad de lo simple correr en medio de la nada arraigarse reconocerse en las distintas respiraciones.
Asombro. Retrato rostros. Lo que se desborda y lo se que contiene. Los rostros que me rodean y que respiro. La respiración que me rodea. Los paisajes que respiro. El verde de las ramas.
Tomo fotos compulsivamente: retratos, árboles espacios abiertos contra la claustrofobia. Me concentro en las ramas, los troncos, los distintos tonos verdes.
[Hoy no he podido escribir. Apenas unos subrayados de un artículo que cuestiona la crítica de la crítica hecha desde la academia, los vínculos y la permeabilidad entre praxis y teoría, universidad y mundo exterior, Latinoamérica como concepto desde el mundo anglosajón.]
Subrayar. Pensar a partir de lo dicho. Repensar. Reescribir. Releer. Mitigar la sensación de tanto hueco.
Los subrayados: la escritura posterior. El principio de una articulación. Una posible respuesta. Pensar. Escritura hacia alguna parte.
Parafrasear. Todo es preparación para la escritura. Toda escritura se pospone y siempre es incompleta, insuficiente. El árbol que recuerdo y la imagen imprecisa del árbol sobre el que voy a escribir.
Todavía todo está oscuro afuera. Abro la puerta para escuchar lo que se distingue en la oscuridad —voy a tener que meter otra vez pájaros en mis textos, sus diálogos intermitentes sobreviven entre las ramas.
El arte de perder se domina fácilmente
Elizabeth Bishop
El piso de mi casa
es la alfombra constante
de los pequeños rastros
que va dejando el tiempo.
Pierdo pelo,
todos los días.
Pierdo minutos levantándolos
del suelo,
barriéndolos para que su ausencia
sea invisible
aunque mi cabellera amaine
y se debilite,
cada vez.
Lo mismo amaina mi voluntad
para ciertas militancias.
Me abstengo ya de algunas disputas.
Prescindo de noches de fiesta.
Excesos que ya no recuerdo.
Quedan indicios
de aquella que fui;
un cansancio ineludible
al despertar cada mañana,
el dolor en las piernas,
cada músculo
haciéndose notar,
cuando paso mis dedos
llenos de ungüento
y me recuerdo bailando
en aquella fiesta
hasta el amanecer.
Me pierdo yo
y esta declaración
parece prematura
y necesaria,
como una verdad que se suelta
a la mitad del camino.
Cada mañana, de las pérdidas
barro mi casa
En un montoncito
se apilan largos cabellos
que fueron parte de mí,
que me acompañaron
mes con mes
en la rutina, en el vaivén de días
tan largos como ellos.
En el suelo los miro,
ensortijados unas veces,
otras tantas, extendidos,
camuflajeados
en el laminado del piso,
como testigos de una vida
que poco a poco
va mutando
de sí.
Quiero decir, muto yo
a otra que parece la misma
—pero con menos pelo
y más ideas—
y en la apariencia soy otra,
en el desconcierto de caer,
de no reconocerme
en estos restos anticipados
de mi ruina.
A veces sueño con largas cabelleras,
azules como el agua en el río
en que mi abuela bañó a mi madre.
Soy el río de sus palabras,
apenas pronunciadas
porque el amor siempre se nombra
en el silencio,
no en la tormenta.
Jóvenes entonces,
con la edad del cielo y la espuma
que deja la ropa recién lavada
en las laderas,
mi madre y mi abuela
juegan a peinarse.
Se perfuman con las hierbas
que flotan en el agua.
Son otras, las miro,
las oigo cantando
y su canto se mezcla
con el mismo de las ramas
apenas movidas por un aire
fino. Una brisa.
Mi abuela y mi madre
mutan en mis sueños,
vienen a dejarme sus palabras,
lo que queda después de la lluvia,
lo recién mojado, el rocío.
Soy lo que soñaron,
mientras dormían una tarde
de tormenta,
con las ventanas abiertas
para que sus sueños
se ventilaran.
Me dicen: las palabras
deben ser
tendidas en las ramas.
Lavamos lo que está sucio,
la ropa, los pisos, los platos,
a veces
las palabras porque
también se ensucian
de tanto usarse,
de repetirse de sí mismas,
de nosotras.
Para lavar esta palabra,
tuve que desconocerme,
dos veces,
en lo que ya no es lo mismo.
fiestas
los animales, dentro de las casas, acariciaban a sus dueños. la última semana del mundo había llegado. ya no amanecía y se escribían cosas en el cielo, mensajes que celebraban la carne de la noche que fuimos. ese mismo cielo, hundido en su locura, dictaba fiestas interminables como antorchas, fiestas crepitantes como leña perfecta, fiestas que daban giros en su aceite, fiestas de puertas abiertas ya sin amargas bisagras. y tú estabas a mi lado, nunca me le extravié a tu cuerpo. un perro vino hasta mis manos, su mirada me pulsó en la cabeza, su cuerpo largo y de agua estancada te señaló y me dijo: “soñar con un muerto es un consuelo muy pobre”.
profeta
vivo dentro de una piedra, quiero darle de beber, esperar su amor, su devoción hacia mí. sobre sus muebles de silencio y perfección, yo evoluciono en mi ambladura, en esta torpeza rabiosa en la que aprendí a fluir como un profeta del entumecimiento. quizás a Jonás le pasó igual cuando habitó su ballena, quizá Jonás amó esas entrañas pero su gran pez solo alcanzaba a sentirlo como una deformación creciéndole dentro por tres días y tres noches. quizá Jonás estuvo de otra forma en su ballena, quizás él caminaba erguido dentro de su mamífero, envuelto en sus mantos líquidos y pesados, lo que yo no consigo dentro de esta piedra, que como todas, se desmaya al contacto del agua.
boquinegro
ellos comen uvas de papel tapiz,1 dicen de nosotros que nos descubrimos el uno al otro como a una tumba revelada por la persistencia de la lluvia mientras el mundo dormía. esos fueron los dictados del agua que nos unió. y volvemos a escucharlos en nuestras almohadas, los encontramos ahí entre la estática del insomnio, en ese mar que deja partículas de su cuerpo en las rocas y vive ahí mirando al sol, su origen. en esos cuencos minerales se hacen otros mares. yo soy uno de ellos, y conozco las alas del cielo que oscurece incrustado y monocromo para mantenerte comiendo de mis uvas y verte la boca negra soñando a mi lado.
coreuta
una silla apoltronada en el muro lleva la conversación desde su madera. si cuestiona ensancha sus bordes, si se angustia contrae su centro. la veo amblar desde su quietud cuando busca un encendedor. siamesa de la ausencia, se inventa rumores de mesas y botellas al oscurecer, se despoja de su respaldo cuando danza, intenta quedarse en los intersticios de las rocas nocturnas, pero invariablemente amanece carbonizada por la luz del día, y encuentra a su alma encajada en el techo. ante el espejo revela la gravedad de quien miente como se miente en ciertas fiestas, y así, rodeada de cuerpos, una silla accede a los giros de su fortuna y es coreuta de su propia épica, coreuta trágica de sus propios materiales. las fiestas terminan y duermen deshechas en el regazo de una silla unida a otra por las rodillas.
1 Es una frase dicha por Toby, personaje de la película Girl, interrupted (1999), que tal vez hace referencia al mito de Zeuxis, pintor griego del siglo V a.C., quien en una ocasión pintó unas uvas tan perfectas que los pájaros llegaron a picotear la tela.
El advenimiento del coronavirus y las cuarentenas a lo largo del mundo transformaron la experiencia de la comida y de la cocina en una fuente de experiencias nuevas y distintas. Si somos afortunados como para poder quedarnos en casa, comer es casi lo único que puede cambiar de un día al otro y aportar algo de diversión y alivio. En Francia hay desabastecimiento de harina, pero no de pan. Los blogs de cocina se llenaron de sugerencias para estos días, desde recetas hasta formas de optimizar ingredientes y el tiempo que pasamos en los supermercados. En Buenos Aires, conseguir moldes de budín es prácticamente imposible: se agotaron durante las primeras dos semanas de cuarentena. Escasean, también, la levadura, el polvo de hornear y el papel encerado.
Presentar un conjunto de recetas tiene bastante que ver con esta situación. Pero surge, más que nada, de la combinación de dos intereses: la poesía (o la literatura) y la cocina. Descubrí tempranamente, a partir de mis lecturas de Sor Juana Inés de la Cruz, que ambos son campos de conocimiento y acción, los cuales, lejos de ser paralelos, pueden cruzarse. Resulta inolvidable la sentencia de Sor Juana en su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz: “Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”.
Los hábitos de alimentación y de cocina de los escritores refractan, muchas veces, diferentes ámbitos de la experiencia: desde hábitos y labores diarias hasta condiciones médicas, lugares de residencia, viajes y posición económica. Antes de contraer tuberculosis, John Keats era bastante glotón y algunos pasajes de sus cartas revelan hasta qué punto extrañaba algunas de las comidas a las que había tenido que renunciar por consejo médico. Durante una visita a Escocia en 1818, le escribe a la suegra de su hermano que, cuando se cansaba de caminar, esperaba que alguna joven bella se bajara de un caballo con una docena o dos de sándwiches de roast beef. El padre de Emily Dickinson comía únicamente el pan que su hija, eximia cocinera, amasaba a diario; la poeta también preparaba galletas y otras delicias, y las repartía entre sus vecinos. Emily Brontë estudiaba alemán en la cocina mientras esperaba que sus panes levaran. Para hablar de su amistad con Robert Lowell, Elizabeth Bishop usa una metáfora culinaria y cuenta que hablar de poesía con él era “extrañamente sencillo, como intercambiar recetas para preparar un pastel”. Las experiencias de Wallace Stevens en Key West, tan presentes en Harmonium y en Ideas de orden, son también culinarias. Sylvia Plath leía El placer de cocinar como si se tratara de una novela, y su ejemplar está lleno de inscripciones. De todas las tareas domésticas, cocinar era la que más disfrutaba. Curiosamente, en el índice de este best seller culinario la autora indica: “Un índice no es literatura, pero su uso cuidadoso puede, a veces, producir un poema”.
Las recetas aquí recopiladas (previa prueba personal) tienen orígenes distintos. Provienen de los papeles de los escritores en cuestión o son adaptaciones y recreaciones modernas con ingredientes accesibles. En todos los casos, intenté trabajar con cierto grado de rigor filológico: todos estos platos aparecen en los documentos personales de los autores.
Budín de coco (Emily Dickinson)
Más que una verdadera receta, este budín es un listado de ingredientes enviados por carta junto con un poema. Pero a partir de los ingredientes es fácil imaginar el procedimiento. Incluí, también, algunos pequeños consejos que aseguran el éxito de este “coconut cake”. En Nueva Inglaterra, el coco era un ingrediente bastante exótico. Sólo se conseguía fresco: Dickinson debía rallarlo a mano. Para una experiencia más cercana a la de Dickinson, aconsejo batir la mantequilla con una cuchara de madera —y nada de artefactos eléctricos.
Ingredientes
2 tazas (280 g) de harina
1 cucharadita y media de polvo de hornear
1 taza (200 g) de azúcar
½ taza (110 g) de mantequilla blanda
2 huevos grandes, a temperatura ambiente
1/2 taza (125 ml) de leche entera
1 taza (80 g) de coco rallado
Preparación
Precalentar el horno a 160 grados. Enmantequillar y enharinar un molde.
Tamizar la harina y el polvo de hornear en un bowl pequeño.
En un bowl mediano, batir la mantequilla con el azúcar hasta lograr una crema pálida.
Agregar los huevos uno por uno (no está en la receta original, pero se puede agregar una cucharadita de extracto de vainilla) y la leche.
Incorporar los ingredientes secos a los húmedos junto con el coco. La masa queda espesa: no hay que mezclar de más porque se activa el gluten, y el budín sale seco y pesado.
Transferir la preparación al molde. Llevar al horno por 50-60 minutos, hasta que el budín esté dorado en los bordes. Al clavar un palillo de dientes en el medio, tiene que salir seco.
Dejar enfriar y desmoldar.
Coffee cake (Walt Whitman)
En los papeles personales de Whitman sobreviven dos recetas. Una de donas y otra de coffee cake. Whitman era bastante fanático de la comida en general y de los dulces en particular: en más de una carta refiere a ciertos excesos en el rubro de la pastelería y la gastronomía, y sufría cuando la comida a su alrededor no era lo suficientemente rica. Su coffee cake es una torta pesada y saborizada con especias, bastante común en el siglo XIX. En la actualidad, una confección pensada para acompañar una taza de café recibe ese nombre. Pero para Whitman, una coffee cake era una torta que incorporaba café entre sus ingredientes: de hecho, el primer paso de la receta es disolver una cantidad alarmante de manteca de cerdo en café hirviendo.
Replicar esta receta, o una similar, me pareció casi imposible. La cantidad de azúcar y de manteca es francamente exorbitante. Opté, entonces, por rescatar una receta de coffee cake moderna, pero especiada como la de Whitman.
Ingredientes:
Crumble de canela
1 ½ taza (210 g) de harina
2/3 taza (120 g) de azúcar rubia
1 cucharada sopera de canela molida
1/4 cdita. de sal
1/2 taza (115 g) de mantequilla sin sal derretida
1 ½ cdita. de extracto de vainilla
Pastel
1/2 taza (115g) de mantequilla sin sal, cortada en cubos y a temperatura ambiente
3/4 taza (150g) de azúcar común
2 tazas (280g) de harina
1/2 cdita. de sal
1/2 cdita. de polvo de hornear
1/4 cdita. de bicarbonato de sodio
3/4 taza (180g) de yogurt natural entero (sin azúcar) o crema agria
1 huevo grande, a temperatura ambiente
1 yema
2 cditas. de extracto de vainilla
Opcional: azúcar impalpable
Preparación
Para hacer el crumble: mezclar la 1 ½ taza de harina, la azúcar rubia, la canela, la sal, la ½ taza de mantequilla derretida y la vainilla en un bowl. Revolver hasta que la mezcla esté integrada y arenosa. Reservar
Enmantequillar y enharinar un molde cuadrado de 23 cm. También puede forrarse el molde enmantequillado con papel de hornear. Precalentar el horno a 160ºC
Para hacer la torta: batir la mantequilla blanda con el azúcar hasta forma una crema aireada. Agregar el huevo y la yema.
En un bowl mediano, mezclar la harina, la sal, el polvo de hornear y el bicarbonato con un tenedor o un batidor hasta que estén bien combinados.
Incorporar la mitad de los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos. Sumar el yogurt o crema agria y después el resto de los secos. Mezclar hasta que los ingredientes estén húmedos, pero no batir de más.
La masa queda espesa. Verter de a cucharadas en el molde y esparcir con una espátula (o algún utensilio similar) hasta que la masa cubra todo el molde.
Colocar el crumble de manera pareja sobre la torta, haciendo suficiente presión como para que el crumble se una a la masa pero no se desarme o quede aplastado.
Hornear durante 45-50 minutos, o hasta que un palillo de dientes insertado en el medio salga limpio. Dejar enfriar por completo y luego cortar en cuadrados.
Medallones de coco (Wallace Stevens)
Es lícito aclarar desde un inicio: Wallace Stevens no cocinaba. Elsie, su mujer, era la que estaba a cargo de la cocina en su casa. Pero su correspondencia (y tal vez incluso en algunos de sus poemas) deja entrever una relación muy ardorosa y apasionada con la comida. Describe con suntuosidad sus alimentos. Por ejemplo, desde La Habana cuenta que su almuerzo consistió en “un vaso grande de naranjada, langosta cubana, pan de plátano, helado de leche de coco y un cazo de café cubano. Los cubanos hacen un café excelente: muy negro pero suave”. A un amigo que le había obsequiado una botella de “coconut syrup” (jarabe de coco) le cuenta que “He llegado al punto en el que el sastre me dice que mi ropa no puede agrandarse más”, pero que de todos modos se tomó la botella entera: “Que Dios me ayude, soy un miserable pecador y amo serlo”.
La receta que reproduzco aquí es de unos dulces de coco que tanto Stevens como Elsie, su mujer, adquirieron en una exhibición de flores en 1948 (los dos eran apasionados de la jardinería). Como los coconut patties son confecciones muy características de Key West, donde el coco crece en abundancia, les agregué ralladura y jugo de limón. Son dulces y frescos a la vez, y no nos hacen sentir como pecadores.
Ingredientes:
1 1/4 tazas de azúcar impalpable
4 cdas de mantequilla en cubos
1 clara
1 1/4 tazas de coco rallado
1 cdita. de extracto de vainilla
1 cdita. de extracto de coco
Jugo y ralladura de un limón mediano
300g de cobertura de chocolate
Preparación:
Colocar 3 cm. de agua en una olla mediana y calentarla hasta que hierva. Bajar el fuego de la hornilla de forma tal que el agua continúe hirviendo, pero lentamente.
En un bowl que pueda colocarse sobre la olla, combinar el azúcar impalpable, la mantequilla y la clara de huevo. Colocar el bowl sobre el agua hirviendo (la base no debe tocar el agua) y seguir mezclando y calentando hasta que los ingredientes se integren y la mezcla esté muy líquida (5-10 minutos).
Retirar el bowl del fuego e incorporar el coco, el jugo y la ralladura de limón, la vainilla y el extracto de coco. Envolver el bowl con papel de plástico y refrigerar hasta que la preparación esté firme, unas 2 horas.
Una vez que la preparación esté firme, colocar un rectángulo de papel mantequilla sobre una placa para horno. Derretir la cobertura de chocolate en un bowl.
Usando una cucharita, hacer bolitas con la mezcla de coco y aplastarlas hasta formar pequeños discos. Si notan que están muy blando, llévenlos al congelador por unos minutos.
Bañar los medallones en chocolate con ayuda de dos tenedores. Colocarlos sobre el papel mantequilla y antes de que el chocolate se endurezca, espolvorear con apenas de coco rallado. Repetir el proceso hasta acabar con la preparación.
Enfriar los medallones durante 20 min. para que la cobertura termine de secarse. Almacenarlos en el refrigerador, en un contenedor hermético. Se recomienda servirlos a temperatura ambiente para optimizar los sabores.
Brownies (Elizabeth Bishop)
Para Elizabeth Bishop, la idea de hogar siempre fue compleja. Huérfana de padre desde que tenía ocho meses y separada de su madre a partir de los cinco años, su infancia fue un ir y venir entre las casas de los abuelos y los tíos que no siempre la trataban bien. Bishop empieza a cocinar más y más cuando se asienta en Brasil con su pareja, Lota de Macedo Soares.
Al mismo tiempo, es durante su estancia en Brasil que Bishop vuelve a conectarse con las escenas y los paisajes de su infancia en Nueva Escocia y Nueva Inglaterra. Este campo de experiencia recuperada se plasma en la segunda sección de Preguntas de viaje, “Elsewhere” [“En otra parte”]. Por ejemplo, en 1957 le escribe a su tía Grace Bulmer Bowers (el poema “El alce” está dedicado a ella) y relata que cocinó “dundee cake”, un pastel de origen escocés que sólo había probado en la casa de su abuela. Muchos de estos recuerdos se asocian con comidas puntuales. Se desespera por conseguir miel de maple y otros ingredientes similares en Brasil (una tara casi imposible). Prepara conservas: mermeladas de todo tipo (de chabacano y coco, de chabacano y almendra, de piña y limón, de ruibarbo y naranja) y pickles con los ingredientes que tiene a su alcance para regalarlos entre sus conocidos. El caso más notable es, tal vez, el del poeta Manuel Bandeira, a quien le obsequiaba periódicamente frascos de mermelada y le dedicó un poema paródico: “To Manuel Bandeira, with Jam and Jelly” [“A Manuel Bandeira, con mermelada y jalea”].
En un inicio, quería yo preparar la mermelada de naranja (Bishop le envía la receta a su tía Grace y es lo suficientemente legible), pero todas las naranjas que compré estaban malas: secas y muertas por dentro. Opté, entonces, por cocinar brownies: una receta se conserva en los papeles de Bishop que custodia la Universidad de Vassar, y los menciona en una carta de 1957: le cuenta a Robert Lowell que le pidieron que llevara a una reunión “4 docenas de brownies (algo que yo introduje en Brasil) y un pastel grande de chocolate. Ya ves lo inocentes que son nuestras vidas aquí —sólo ganamos dinero y cocinamos dulces”.
Pero cuando probé la receta, el resultado no me pareció satisfactorio. Quizá la variedad de chocolate que usaba Bishop era excesivamente amarga, pero salieron demasiado dulces y poco húmedos por dentro. Resolví, entonces, compartir mi receta familiar con las pequeñas modificaciones que introduje a lo largo del tiempo.
Ingredientes
100g de mantequilla
150g de chocolate
2 huevos
Casi 1 taza de azúcar
1 cdita. de extracto de vainilla
1 cda. de café instantáneo disuelto en 1 cda. de agua caliente
100g de nueces picadas o trituradas
½ taza de harina
1 pizca de sal
Preparación
Enmantequillar y enharinar un molde cuadrado de aproximadamente 18×18 cm. Precalentar horno a 230 grados.
Derretir el chocolate con la mantequilla a baño maría. Dejar enfriar.
Batir en un bowl los huevos con el azúcar hasta que la preparación espese y la superficie se llene de pequeños globitos.
Agregar el chocolate y seguir batiendo y aireando la mezcla para que los globitos no desaparezcan. Unir la harina, la sal y las nueces.
Verter la masa en el molde preparado
Cocinar durante aprox. 15-20 minutos, hasta que la superficie esté craquelada. Un palillo o cuchillo insertado en el medio debe salir ligeramente húmedo.
Retirar el molde del horno y dejar enfriar por completo. Cortar en cuadrados.
Carrot cake (Sylvia Plath)
Hablar de Sylvia Plath y la cocina siempre es un poco incómodo. No sólo por el final que eligió para su vida; también los diarios y cartas que escribió durante su tempestuoso matrimonio con Ted Hughes, se impregnan por momentos de una suerte de manía doméstica e impulsos perfeccionistas casi dolorosos.
Pero Plath siempre amó cocinar y experimentar con nuevas recetas. En más de una ocasión, se queja de no contar con los utensilios adecuados para cocinar, desde un refrigerador hasta un termómetro para caramelo. Tenía una relación casi íntima con su ejemplar de El placer de cocinar y marcaba con estrellas las recetas que más le gustaban —o que preparaba con mayor frecuencia.
Una comida en particular se menciona más de una vez: el carrot cake. Siempre aparece asociado a ocasiones felices o festivas. Plath lo preparaba según la receta familiar de su tía Dot y lo regalaba en señal de agradecimiento, o lo servía en ocasiones festivas. Por ejemplo, en una carta a su madre, fechada el 18 de diciembre de 1961, relata que para la segunda Navidad de su hija Frieda, “Ted va a construir una cuna de madera para su muñeca y yo la voy a pintar esta semana, y voy a preparar el carrot cake de Dot, que es una comida muy linda para las fiestas”.
La receta en cuestión se perdió. Ofrezco, por tanto, la que suelo preparar.
Ingredientes
Pastel
160g de harina
½ cucharadita de polvo de hornear
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharada de canela molida
¼ cucharadita de clavo de olor molido
1 huevo grande
1 yema de huevo
200g de aceite de girasol
270g de azúcar
50g de nueces o nueces picadas
50g de coco rallado
135g de zanahoria rallada
2 claras de huevo
1 pizca de sal
Crema de queso:
175g de queso crema, a temperatura ambiente
70g de manteca sin sal, a temperatura ambiente
35g de azúcar impalpable
25g de miel
30g de nueces apenas tostadas y picadas
Precalentar el horno a 170 grados. Enmantequillar y enharinar un molde desmontable de 20 cm de diámetro, o cubrirlo con papel encerado.
Tamizar en un bowl pequeño la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y las especias. Combinar el huevo y la yema en un bowl pequeño.
En un bowl grande, batir el aceite de girasol y el azúcar a velocidad media.
Reducir la velocidad y agregar de a poco el huevo batido con la yema.
Agregar las nueces, el coco y la zanahoria rallada. A continuación, incorporar los ingredientes secos tamizados. No mezclar de más.
Batir las claras de huevo con una pizca de sal hasta que se formen picos firmes.
Incorporar las claras batidas a la mezcla de zanahoria en tres partes, cuidando no mezclar de más.
Verter la mezcla en el molde y hornear por aproximadamente una hora, o hasta que un palillo insertado en el centro salga seco. Puede tomar más de 1 hora. Si la torta comienza a dorarse demasiado antes de tiempo, cubrirla con papel aluminio.
Dejar enfriar completamente y desmoldar.
Para hacer la crema de queso, batir el queso crema hasta que esté suave y aireado. Aparte, batir la mantequilla con el azúcar impalpable y la miel hasta formar una crema aireada. Mezclar ambas preparaciones.
Colocar la crema sobre el pastel, haciendo el diseño deseado, y espolvorear con nueces.
Traducción de Hernán Bravo Varela.
¿Cómo fue tu encuentro con la poesía? ¿Fue un descubrimiento o un gusto adquirido?
Pienso que fueron ambos. Me presentaron a la poesía en dos ocasiones: la primera, en la clase de literatura de la preparatoria, donde me fascinaron su construcción y lo mucho que podía conseguirse y comunicarse en un espacio tan breve. Pero, hasta entonces, no había leído un poema que me deslumbrara. El segundo encuentro tuvo lugar tiempo después, mientras ayudaba a una amiga canadiense en sus trabajos de análisis de poesía. El salón de mi amiga había estado leyendo a [Sylvia] Plath (“Señora Lázaro”, “La llegada de la colmena”, etcétera), y supongo que [los poemas de Plath] realmente sintonizaron conmigo y con mi vida en aquel instante. Fue un enorme descubrimiento: que la poesía pudiera ser algo aplicable a la vida personal. Me impresionó tanto que tuve la curiosidad de intentarla. Y, ahora, aquí estamos.
¡Sin duda lo estás! Y no pareciera haberte tomado mucho tiempo —¡digo, tan solo tienes veinte años!— desarrollar los tonos, temas y ritmos que, por lo general, llamamos “voz”. ¿Cómo crees que ocurrió eso?
Bueno, sigo pensando en la “voz” poética como una exploración en curso. Se trata, en definitiva, de una obra en proceso, pero creo haber decidido desde el principio que eso estaba bien y que no debía guardar mi obra hasta que estuviese “lista”. (Dudo que un momento así haya siquiera llegado.) Diría que el desarrollo se debió, sobre todo, al hecho de empezar a escribir activamente —y uso esta palabra a la ligera— desde muy joven. Tenía dieciséis o diecisiete años, y enviaba mis malos poemas (qué vergüenza pensar en ello). Pero tuve mucha suerte de encontrar editores que juzgaron valioso mi trabajo y que estaban dispuestes a orientar mi crecimiento. Siento gratitud hacia esas personas y con les poetas actuales (en su mayoría, estadounidenses) que escribieron sobre estilos y temas como la alienación, la identidad queer y los trastornos mentales, entre otros. Me hicieron sentir que mi narrativa poética era posible, incluso importante. Me pregunto si hubiese tenido una voz, o lo que esta sería, sin esas obras que me encauzaron.
¿Qué quieres decir con “narrativa poética”? ¿Qué crees que define la voz (o las voces) de un poeta?
Siento —y puedo equivocarme— que hay un cierto conjunto de temas, una historia personal o cultural contada por la mayoría de les poetas, especialmente en sus primeros libros. La escritura de mis poemas iniciales no tenía mucho rumbo; solo hacía juego con los sentimientos. Sin embargo, a la hora de escribir los poemas que conformarían mi primer volumen, había una sensación de mayoría de edad, una clara arrogancia a través de la cual estaba diciendo lo que debía decir sobre la persona que era y en la que habría de convertirme.
A eso me refería con “narrativa poética”. Me he percatado de su agotamiento en este punto y de que he elegido otros problemas, otras obsesiones, quizá estilos más simples. Mis nuevos poemas son un poco más abstractos, filosóficos y eróticos, quizá menos vulnerables en su lenguaje. Sospecho que está gestándose una nueva narrativa. Eso estoy descubriendo. En lo que se refiere la voz, tan solo la veo como la manera en la que cada poeta añade alguna distinción a su trabajo. Todes tenemos herramientas únicas y métodos para percatarnos de ello. No soy experte algune en el tema de la voz, pero creo que es lo que distingue fundamentalmente a Morgan Parker1 de Anne Carson, aun cuando ambas se han acercado a los mismos tópicos en verso. Sus voces acabarían por delatarlas, ¿sabes?
Recientemente —corrígeme si me equivoco—, comenzaste a identificarte como no binarie. ¿Sientes que esto ha afectado tu “narrativa poética” y tu repertorio de voces?
Es una gran pregunta. Y sí, estás en lo cierto sobre mi identidad de género. Resulta muy interesante porque la poesía me ha permitido la exploración que me hace reconocerme como una persona no binaria; esto es porque lo veo como una forma artística que puede, en verdad, promover una especie de realización personal. Así que, en efecto, la considero una gran parte de la evolución de mi narrativa poética. Existe una feminidad en el Eros de mis poemas más recientes —que, debo reconocer, está influida por mi lectura de Safo y Carson—. Tiene que ver con sentirse atraído a los hombres, sí, pero también con sentirse distante de la masculinidad en términos identitarios. Y cuando hablas de voces, pasa algo similar. Mis poemas de ahora pueden ser bastante sutiles y llenos de nostalgia, lo cual es considerado femenino por muchos. Hay, asimismo, una clase de monstruosidad, una furia femenina, que he adoptado recientemente y que veo reflejadas en la obra de escritoras como Dorothea Lasky,2 Deborah Levy3 y la propia Parker.
Observo esto como una evolución en mi sentido de la política y de mi visión del mundo —sobre todo, en mi feminismo como persona transgénero—. Lo encuentro apasionante porque aún hay mucho que descubrir ahí. Puedo asegurar que mi narrativa sigue adquiriendo su nueva forma, incluso en el caso de que termine por adoptar una forma característica. Me fascina la idea de las dualidades y las multiplicidades al interior del ser.
Hay una idea, comúnmente aceptada, de la poesía como una no ficción del ser y que, en algunos casos, refleja una serie de debates sobre las políticas de la identidad. ¿Qué piensas sobre ello? Y, de manera más específica, ¿consideras que tu propio sentido de la política y de tu visión del mundo ha alimentado tu poesía, y que, al mismo tiempo, esta ha cambiado o evolucionado debido a la relación que llevas con tu oficio?
La poesía puede ser eso, una no ficción del ser, pero también mucho más: una no ficción del resto del mundo, lo cual depende de si el poeta voltea a ver hacia dentro o hacia afuera. Yo digo que ambas maneras pueden coexistir; cada poeta debe tomar la decisión en torno a su propia prerrogativa. Mi más profunda convicción sobre las políticas de la identidad se advierte en un verso de Lasky: “las políticas de la identidad son una mamada”. Lo creo porque si tales políticas son, en gran medida, una reacción a sentirse distintes, entonces la identidad marginada de une se define desde ese espacio de carencia y de rechazo al opresor. Es significativo, pero debemos estar conscientes de ello. No lo veo como un “auténtico” empoderamiento. Es justo señalar que Lasky es una mujer blanca. Una poeta entrañable, sí, aunque yo diría que con puntos ciegos en el discurso de las políticas de la identidad.
Da mucho qué pensar, y constituye un proceso en marcha del pensamiento. En mi obra, es obvio que dicho proceso surge de mi lugar en el mundo, modelado por mis experiencias y mi perspectiva individual; se trata más de una visión del mundo y menos de política. Todas las veces que he intentado abordar a conciencia mis poemas con una mente política, he fracasado rotundamente. Quizá no me siento tan cómode haciendo declaraciones políticas definitivas en verso. Intento mantenerme políticamente consciente en mi vida real, a fin de que mis poemas provengan del lugar “correcto”. Siempre puedo pulir mis poemas en aras de la claridad, pero las ideas centrales se desarrollan de manera inconsciente. Procuro ser intencional sobre aquello que interiorizo, aunque dejo que los poemas sean poemas y que, en su mayoría, hagan lo que les plazca. En la comunidad de poetas a la que pertenezco, me he topado con un montón de gente que tiene una ética sólida e ideas con visión de conjunto, lo cual me emociona; están muy interesados en una anarquía productiva, en tirar abajo los sistemas para construir algo nuevo y con mayor equidad. En ese sentido, he aprendido mucho de elles y me han impulsado a crecer como persona, a pensar este mundo con profundidad y una visión más amplia.
Mencionaste a varios poetas estadounidenses cuya obra te ha inspirado. ¿Y qué me dices de la poesía nigeriana contemporánea? Parece que ahí están pasando muchas cosas. Como traductor —del inglés, principalmente—, resulta refrescante ver tanto talento (como el tuyo, claro está) en sitios fuera de los centros comunes de propagación. (Una disculpa por usar esa palabra. Al fin y al cabo, estamos en medio de una pandemia.)
Gracias por el cumplido, pero también por la pregunta. Estoy bastante involucrade con un montón de temas de la poesía estadounidense contemporánea, y ayuda, de igual modo, el que allá exista un modelo más visible para el mundo editorial, sobre todo en lo que respecta a la poesía. Tengo la fortuna de haber sido publicade en los Estados Unidos y en Nigeria, con un editor en mi país que toma en serio mi trabajo, cree en él y lo apoya. Pero no hay mucho de eso en Nigeria, a decir verdad. Aunque aquí haya muchísimes poetas talentoses, tenemos que hacer uso de la maquinaria poética estadounidense o británica, o de les poetas africanos en la diáspora, si queremos que se nos tome en serio; me gustaría que esa situación cambiara. Les poetas nigerianes en activo que me han inspirado profundamente son Romeo Oriogun,4 Kechi Nomu,5 JK Anowe,6 Titilope Sonuga,7 Michael Akuchie,8 Precious Arinze,9 Saddiq Dzukogi10 y Dami Àjàyí,11 por citar solo a algunos. He mencionado a poetas mayoritariamente por escrito —ese, más que el de la escena, es mi ámbito—. Sin embargo, tenemos una abundancia de poetas prolífiques en spoken word que están haciendo un gran trabajo. Hay toda una nueva generación de poetas nigerianes que están cambiando la narrativa. Me siento honrade y orgullose de integrar esa revolución.
En lo que toca a la página y la escena, leí en algún lado que también eres cantante y compones canciones. ¿Cómo transitas de escribir poemas para la página a hacer poesía para ser cantada, y viceversa?
¡Ja! Creo ser más alguien que compone que canciones que alguien que canta. No sé si estoy preparade para interpretar. Empecé a escribir canciones antes de hacer poemas porque la música juega un rol decisivo en mi vida. Ahora escribo canciones solo para divertirme, por placer. Mis preocupaciones están del lado del movimiento de imágenes y de las palabras en la página. Pero nunca se sabe; a lo mejor estoy reservándome un as bajo la manga. Siempre trato de mantener la mente abierta. Amo hacer arte porque se resiste a la reglamentación.
* Puedes leer aquí una selección de los poemas de Logan February en traducción de Ezequiel Zaidenwerg.
1 Poeta y editora estadounidense nacida en 1987. Autora de dos libros de poemas, ha enseñado Escritura Creativa en la Universidad de Columbia y obtenido numerosos premios y becas en su país. Actualmente vive en California. [Todas las notas al pie son del traductor.]
2 Poeta estadounidense nacida en 1978. Autora de numerosos libros y plaquettes de poemas, es profesora de Poesía en la Escuela de Artes de la Universidad de Columbia. En noviembre de 2019, el Periódico de Poesía publicó algunos poemas de Lasky, en versiones de Rebeca Leal Singer: https://periodicodepoesia.unam.mx/autor/dorothea-lasky/.
3 Dramaturga, novelista y poeta británica nacida en Johannesburgo, Sudáfrica, en 1959. Ha escrito obras teatrales para la Royal Shakespeare Company. Dos de sus novelas fueron nominadas al prestigioso Premio Man Booker en 2012 y 2016.
4 Nacido en Lagos, Oriogun ha obtenido el Premio Internacional Brunel de Poesía Africana en 2017 y el Premio de Poesía John Logan. En 2020 apareció un volumen suyo de poemas titulado Sacramento de cuerpos [Sacrament of Bodies], publicado por la Universidad de Nebraska.
5 Finalista del Premio Brunel, Nomu ha publicado poesía, crítica teatral y cinematográfica en distintas revistas internacionales. Es autora de la plaquetteActos de crucifixión [Acts of Crucifixion], publicado por Akashic Books en 2018. Actualmente vive en Lagos.
6 Poeta, ensayista y editor; licenciado en Literatura Francesa por la Universidad de Benín, Anowe recibió el Premio Festus Iyayi a la Excelencia Poética en 2015 y el premio de poesía de la revista literaria Brittle Paper en 2017. Es autor de dos plaquettes y, de acuerdo con su propia ficha biográfica, “vive, enseña y escribe en alguna parte de Nigeria”.
7 Poeta, ingeniera civil y actriz, Sonuga vive entre Lagos y la ciudad de Edmonton, Canadá. Es autora de un álbum de spoken word: Lengua materna [Mother Tongue], de 2013, y de los libros de poemas Abceso [Abcess], de 2014, y Así es como desaparecemos [This Is How We Dissapear], de 2019. Ganadora del Certamen de Poesía Maya Angelou 2012, fue la primera poeta en leer su obra durante la toma de posesión de un presidente nigeriano, en 2015.
8 Estudiante de Literatura Inglesa en la Universidad de Benín, Akuchie es autor de una plaquette: Llamando al duelo [Calling Out Grief], publicada en 2019. Su poesía aparece en diversas revistas nigerianas y del extranjero.
9 Poeta y ensayista, Arinze es Licenciada en Derecho por la Universidad de Benín. Parte de su obra ha figurado en numerosas publicaciones de su país y del extranjero. Algunos poemas de Arinze, quien radica en Lagos, han sido traducidos por el propio Zaidenwerg y publicados en su página de autor: https://www.zaidenwerg.com/tag/precious-arinze/.
10 Poeta y editor; doctorando en Escritura Creativa por la Universidad de Nebraska, Dzukogi es recipiendario de la Beca Othmer. Es autor de tres libros de poemas: Imágenes de vida [Images of Life], de 2013; Lienzo [Canvas], de 2014, y En el cuarto de flores [Inside the Flower Room], de 2018. Vive actualmente con su familia en Lincoln, Nebraska (Estados Unidos).
11 Poeta, médico y crítico musical, Àjàyí es autor de dos libros de poemas: Un blues clínico [Clinical Blues], de 2014, y El cuerpo de una mujer es un país [A Woman’s Body is a Country], de 2017. Junto con el escritor Emmanuel Iduma fundó Saraba, una de las revistas literarias más exitosas en Nigeria y el resto de África.
Anti-víspera primera I
Quisiera una simple imagen diminuta, pasajera,
para hablarte de ese motivo que me elude
por el cual abandoné mi casa,
y por casa me refiero a todo
cuanto me hubiese salvado del desastre
de mi propia libertad
acumulada.
Verás, llegado el momento
en que la dura cuesta
no puede detenerse
es fácil comprender
los elementos de la angustia,
quiero decir, quererlos como propios,
cada aroma de su rastro en las heridas.
Pero he acostumbrado el ímpetu
con insistencia duradera,
no puedo abandonar los sueños.
No puedo sino mirar el negro profundo, el vado
cuyo suelo es tan solo
la idea de lo inminente.
He llegado primero al suelo
que a la caída.
Es esta la estación ninguna, el lugar
que inflama infinitas esperanzas
en el sudor de cuando joven,
eternidad que pide nuestro cuerpo
para sostenerse.
La caída que ya no es un presagio, sino un árbol
que espera al musgo para esconder su cuerpo destrozado,
al tiempo que mira como la vida le rechaza.
Es plantarse al borde de un año interminable
siempre al borde sin mañana,
quiero decir, al instante oculto para el cuerpo
donde la nada es menos que nada
donde la existencia es un origen
ausente a la memoria.
La caída es un sabor irreductible,
cuyo destino es ella misma inabarcable.
La pálida sombra de los fuegos de un dios a espaldas,
huérfana memoria del sonámbulo deseo, recuerdo
evanescente del sabor de tu sangre espesa.
Ni siquiera la muerte acepta tu párpado recrudecido,
tu boca abierta en el bostezo que aguarda
la taxonomía de cada clasto de arena
y en sus formas cada travesía.
Quisiera una estampa, una postal, un despojo
para interrumpir este tonto descubrimiento.
Pero todo lo que falta al pulso abre
desde mis tobillos incrustados
en el alba muerta.
Hablo desde una flor que no se siente el tallo,
ni la raíz de su nombre,
ni su plaga tan querida, ni la lumbre
en los ojos de quien asiste su apertura.
¿Quién escribirá poemas sobre una eclosión de polvo?
Quisiera algo modesto para complacerte,
tengo una flor de sangre mirándonos los cuerpos
que abandona el paso, y no quiero avergonzarte.
Así me quedas tú,
la imagen que no tengo, derruida,
para intentar desentrañar
los pesados anillos
enramados de la tierra.
Anti-víspera segunda I
No es la sombra
oculta en cada movimiento,
no es la llama, el roble, trueno
que se yergue hasta la nube,
sino el germen voraz, la saladura,
la voz que arremolina el agua
de tan luz sin cuerpo ciega,
no la sombra, sino la palabra.
II
Cuántos miles de tierras mueren
junto a sus plantas, la semilla abierta
que ya no verá los cielos repetirse
en el rugido ausente, la intemperie,
cuántos soles mueren en el patio
para que un dedo pulgar
sostenga el nudo perfecto
de un cuello duro
como el invierno
que a la tráquea cubre
de la tempestad
del nacimiento.
¿Qué imaginación dibujaré en tus diversiones, si el tiempo se ha comido nuestras manos?
Sinuoso y abisal el filamento que nos une al origen
Jorge Ortega
Con nombre de largas navegaciones,
de instrumentos como sextantes
o esferas armilares,
se sostiene sobre sus palafitos
en la bruma invernal.
La humedad ablanda las hojas de papel
y deshace el peinado.
En torno,
sólo el muro de la bruma
o niebla
o nubes peregrinas,
entre el tumbo a ciegas
del mar abajo
y arriba, el inquieto trajín
de tórtolas a deshoras
rasguñando el entrecielo de los techos.
Desde La Rosa Náutica
con sus luces de casa en fiesta,
con sus manteles largos,
tras el vapor pegado a las ventanas
apenas se percibe
un oleaje transverso
—como la vida—
tumbando uno a uno
a los locos surfistas,
mientras se abre paso
tras el cielo de plomo
una sombra de sol que pierde el norte
y asoma apenas
y se va.
Puente romano
Bajo el puente que se curva
en un arco obstinado
el río se pierde
entre sus verdes,
se tiñe de ocre
en las estribaciones del ocaso,
agota la refracción de la luz—
mientras la noche
entra con sus criaturas taciturnas
devorando tantos tiempos superpuestos,
tantas vidas al límite.
1 Sobre el restaurante en las playas de Miraflores, en Lima, Perú.
Versiones de Ezequiel Zaidenwerg. Puedes leer aquí una conversación entre el autor y el traductor.
No amo nada que no me quepa en las manos
a la manera de Hanif Willis-Abdurraqib
Pero, por otra parte, tengo manos grandes.
Entonces prefiero las cosas chicas,
para poder amar un montón de cosas.
Mi piedra deforme de la suerte, la cadena
oxidada de la puerta, el clip para rascarme
lo que me pica dentro. El corazón con forma
de caracol de mi novio, blanco como una perla,
limpio de sangre. No es que tenga un amante
pero, ¿qué problema hay en guardarle
un lugarcito dentro de mí? ¿Por dentro
todo el mundo no trata de ocultar algo,
de meter de contrabando a alguna bestia
cálida? Como yo, que extraño mi casa adentro
de mi propia habitación. No muestro la cara
hasta que los ojos no se me ponen cafés
de nuevo. Buenas noches, ventana. Buenas
noches, pared. Buenas noches, hermanito.
Buenas noches, noche. Perdón por estar
tan triste. Todo el mundo lleva las de perder
en su propia historia.
I Do Not Love Anything That Can’t Fit in my Hands
after Hanif Willis-Abdurraqib
But then again, I have big hands.
So I go for the little things,
so I can love a lot of things.
My shapeless lucky stone, rusty door-
chain, paperclip for the itch that
comes from inside. My boyfriend’s
conch-shaped heart, white as a pearl,
bloodless. It’s not that I have a lover,
but what’s the harm in saving some space
for him here inside me? At the core,
isn’t everyone trying to hide something,
to smuggle some warm beast in? Like
me, homesick from inside my own
bedroom. I don’t show my face until
my eyes are brown again. Goodnight,
window. Goodnight, wall. Goodnight,
little brother. Goodnight, night. I’m sorry
for being so sad. Everyone’s
the underdog in their own story.
Sobre padres & agua hirviendo
Papá se evaporó como el rocío en diciembre.
A veces la tristeza todavía me baila por las manos.
Estoy juntando lágrimas para el día
en que me vuelva lluvia.
Hago de cuenta que él habría mirado
mi cuerpo abierto & habría dicho qué hermoso.
Ya sé que no; me engaño,
mareade por el vapor & la esperanza desesperada.
El estómago se ríe de mí,
las costillas chillan de hambre.
“No sean crueles, por favor cállense”.
Estoy segure de que no hay imperfecciones en el cielo;
el maná es sin azúcar &
tienen hijos heterosexuales &
asan perfectamente el pescado &
seguro que él ya se olvidó de mí.
Debería aprender a resignarme,
pero no puedo evitar pensar
que debería haberle preparado una cajita con sal
& mi verdad & agua de lluvia
para la buena suerte. Para despedirme.
Para siempre.
On Fathers & Boiling Water
Papa faded away like dew in December. The sorrow still dances in my hands sometimes.
I am gathering tears for the day when I turn to rain.
I pretend he would have looked at my open body & called me beautiful.
I know he wouldn’t; I’m lying to myself, growing dizzy from steam & hopeless hope.
My stomach laughs at me, ribcage groans in hunger.
You are cruel, please be quiet.
I’m sure there’s nothing flawed in heaven; the manna is sugar-free & they have heterosexual sons & perfectly grilled fish &
he probably has forgotten about me by now. I really should learn to let go,
but I can’t help thinking I should have packed him a little box of salt & my truth & rainwater
for good luck. For a goodbye. For good.
Aprender las arcadas
el amor no quiere este cuerpo,
esta boca, estas fauces abiertas, desdentadas
& que no son del hijo de nadie.
el padre se murió & yo me volví nadie.
en yoruba, un padre es un nombre &
la mano izquierda es tabú. no se puede
ofrecer agua con la izquierda o dormir
boca arriba. a la noche, se te sienta
una bruja en el pecho. un cuchillo
que corta otro cuchillo. mi mano izquierda solo sabe
abrirse cuando tengo que sangrar.
mi mano izquierda solo sabe cicatrizar rápido.
toco al chico al que quiero amar, lo agarro
con la mano izquierda & se vuelve impuro.
el amor es mi mano izquierda
que cierra el puño. el amor es tabú. el amor
es algo que me meto en la boca para ahogarme
antes de que me asfixie la bruja.
el amor es la mano que no es de nadie.
trago con la garganta todavía cerrada. el cuerpo
rechaza el puño.
Learning the Gag Reflex
love does not want this body, this mouth, toothless maw, hanging open
& belonging to nobody’s son. my father died & i became no one.
in Yorùbá, a father is a name & the left hand is taboo. one cannot offer
water with the left hand or sleep facing upward. at night, a witch
will sit on your chest. a knife tearing into a knife. my left hand only knows
to open itself when i want to find my blood. my left hand only knows to heal fast.
i touch the boy i want to love, hold him in my left hand & he becomes unsacred.
love is my left hand closing itself into a fist. love is taboo. love is
something i put in my mouth to suffocate me before the witch’s smother.
love is the hand belonging to nobody. i swallow with my throat still closed. the body
rejects the fist.
La muerte de Venus
Me quemas. Literalmente:
cuelo la pasta y el vapor
me sube por el brazo, por la manga.
Es lo de casi siempre: mi pecho es un frasquito
transparente de niebla cálida. Navego la desesperanza
en el ciberespacio.
reCAPTCHA me hace poner “corazón roto”
para verificar que soy humano. Te stalkeo
en dos mundos y desvisto el silencio. De todas formas
hice la cama, hice la pasta y la promesa.
Me senté a la mesa y esperé que vinieras
a bendecirla. La di por bendecida
aunque no había pruebas, di las gracias.
The Death of Venus You burn me. Literally—
I unwater the pasta and steam crawls up my arm, under a sleeve.
So it goes how it often goes: my chest, a clear vial of warm fog. I navigate despair
in cyberspace. reCAPTCHA makes me type in “Broken Heart”
to prove I am human. I stalk you
in two worlds and undress the silence. Still, I made the bed, made the pasta and the promise.
I sat at the table and waited for you to say grace. I counted the blessing
even though there was no proof, I gave thanks.
Cuerpos solos
Una garza se posa. Se convierte
en niebla. Un hombre que me quiere
amar sin amarme está acostado
al lado mío y me cita a su abuelo,
me dice: “un cuerpo no es leña para
el fuego”, lo cual quiere decir
que se siente solo y humano, lo cual quiere decir
que nunca vio un cuerpo retorcerse & gritar
& volverse un humo espeso, la madera desnuda
retorcida sin piedad. Me está llamando en una especie
de lenguaje de señas & no le veo las manos,
no sé qué me quiere decir.
Me pregunto si la niebla evita que las cosas
marchitas se prendan fuego como
evita que une vea. Me pregunto si él sabe
lo fríos que tengo los huesos, lo deshidratados
que están, & que me quedo porque es propio
de las cosas delicadas retorcerse. Un pájaro distinto
se arroja desde el cielo, devolviéndome a mi cuerpo.
Yo rechazo los nombres con que me llama él. Digo
que es una nube, despistado como todas las nubes,
porque me deja que me suelte de él. Yo también
me convierto en niebla & me disipo.
Lonesome Bodies
A heron alights itself on the ground, becomes fog. A man who wants
to love me without loving me lays himself beside me & quotes
his grandfather, says body no be firewood, which is to say he is feeling lonely
and human; which is to say he has never seen a body contort into scream
& thick smoke, the merciless curl of naked wood. He’s calling my name in some kind
of sign language & I cannot see his hands, do not know what he means.
I wonder if fog prevents a withered thing from catching fire in the same way
it prevents sight. I wonder if he knows how cold my bones are, how dehydrated &
how I stay because curling is for delicate things. A different kind of bird is throwing itself from
the sky, bringing me to my body. I do not know what names he has for me. I am calling him a cloud—
he is clueless as every cloud is, letting me let go of him. I become
a fog, too & then I fade away.
la dulce Afrodita casi me mata
Safo, fragmento 102
Sin aliento: el siseo del refresco.
Es de mañana, él al lado tuyo.
Tan guapo que parece renderizado, salpicado de sueño &
tomándose una coca. Una visión tremenda: te aturde
& ojalá te estrechara en el calor del verano,
su pulso contra la curva que tú eres, tu sudor, solo eso.
Te despiertas y tienes una coca en la mano:
claro que te quedas sin aliento. Soñaste que eras
una de sus cocas frías. Abrió la lata roja.
Cuando salió tu espuma, él se puso a lamer.
tender Aphrodite she has almost killed me
Sappho, fr. 102
Gasp—the hiss of the soda.
It is morning, he is next to you. CGI handsome. Dream-dappled & drinking
a Coke. A wicked vision: he stuns you
& o, that he would hold you in this summer heat, his pulse against the curve of you, your sweat, just so.
You wake to him with a Coke in his hand—
of course you gasp. You had dreamed you were one of his cold Cokes. He popped the red can.
When the froth of you came, he licked.
maíz. lo de una hectárea.
lápices.
los de un estuche de veinticuatro
el incosteable lujo de quedarse en casa
el petróleo convertido en gasolina.
petróleo convertido en carritos de juguete
petróleo múltiple y nómada
padres. los de una primaria.
los autos que se ensamblan en méxico deben tener un cierto porcentaje de piezas fabricadas en américa del norte
los cuerpos que se ensamblan en méxico no importa si tienen piezas fabricadas en dónde. todos los cuerpos son una pieza diminuta para una maquinaria más grande
es un lugar común decirlo, un lugar común
de quienes no pueden costear
el privilegio de quedarse en casa.
ciertas semillas nacen para pelear.
un hecho traumático en wall street es un hecho traumático en cada casa de
esta comunidad y hacemos todo para evitarlo. es el efecto mariposa.
personas primordialmente hombres
ciertas semillas crecen aunque se les abandone. aunque el padre en el otro lado, aunque la madre en la ida y vuelta y la fayuca, aunque nadie.
lo primero fue poner un filtro automático en el hoyo: rebotar las mazorcas, ahogarnos en mazorcas. lo segundo fue abrir un hoyo en el hoyo para que cupieran personas pero no mazorcas.
personas primordialmente hombres de entre catorce y cuarenta y cinco años
la economía se abrió a la competencia internacional y se quitaron todo tipo de apoyos y subsidios a los productos agrarios
cuando pasamos de ciclo, a sonia le regalaron cuatro carritos de lujo: no podía abrir ninguno porque todos eran de recuerdo. cuatro cochecitos enfilados mirándolo a ella de frente. sonia y sus cochecitos. los cuerpos que se ensamblan en méxico no importa si tienen piezas fabricadas en dónde.
todos los cuerpos son una pieza diminuta para una maquinaria más grande
ciertas semillas generan mazorca: la palabra monsanto no aparece
todavía en el vocabulario.
si sustituyéramos por carritos de juguete los espacios de todos los padres
ausentes de todas las niñas de todos los niños de la escuela
primaria mariano matamoros el palmar
cadereyta de montes clave 22dpr0258g
por el hoyo
entran personas salen autitos de plástico a control remoto para navidad y reyes salen
camionetas chocolate importadas ilegalmente
camionetas con llantas anchas
si sustituyéramos se dice como posibilidad
pero los espacios en blanco no están hechos para taparse con ningún juguete
si las personas pueden salir ilegalmente los bienes pueden entrar pero su estatus
de bienes susceptibles de ser expropiados
es una mancha imborrable, una calcomanía en los parabrisas,
una placa de nevada, arizona, new jersey, florida
flórida dicen ellos cuando vuelven, florida decimos nosotros solos aprendiendo a ver las flores en un campo seco
déficit de personas
superávit de carritos camionetas que se quedan aquí y ya nadie maneja
la globalización parece ser una vía óptima para la reducción de la pobreza:
se comparte la riqueza
los cochecitos de sonia son un recordatorio: ella no va a ser/ no va a tener/ no va a ir: estudia, hija le dice el padre en las llamadas telefónicas mientras allá se dedica a manejar una troca que transporta materiales de construcción
cuando se trata de empleos generados gracias al comercio internacional, hay dos posibles escenarios resultantes: uno positivo donde se dan grandes oportunidades de empleo a las personas y otro negativo:
sus llamadas son siempre atravesadas por el ruido como de una llanta que atraviesa la comunicación y la suspende como el ruido de un tráiler que se aleja en la carretera sus llamadas son una llanta que se abre paso entre la lluvia y el lodo una llanta que frena antes de entrar al camino una llanta que lleva impregnado el olor a zorrillo en medio del campo. el teléfono de esa caseta tiene el lenguaje de una llanta como esas con las que fabricaron columpios en la escuela mariano matamoros: una cosa puesta en lugar de otra.
con el paso del tiempo, la economía mexicana se ha “especializado” en la generación de tres mercancías que resultan sumamente atractivas para el mercado mundial:
mano de obra barata, drogas ilegales y
el teléfono de esa caseta
migrantes indocumentados (y, por lo mismo, muy baratos tiene el lenguaje de una llanta
como fuerza de trabajo).
still right next to you le dice a sonia su padre
no basta con emprender negocios tan comunes como tortillerías,
una tortilla es un círculo
sino algo que genere valor, innovador,
de maíz papá pero por mucho que quiera no va
que sea tan bueno que pueda ser exportado internacionalmente.
a llevarme contigo
si es exportado entonces ayudará significantemente al producto interno bruto
papá quiero
tres hombres a nombre de tres países personas firmaron un
un tyco rc que se
maneja a
tratado de libre comercio
control remoto una caja de esta vez de treinta y seis
en los últimos años es el maíz el producto que más
colores crayola cuando vengas pero
exporta estados unidos hacia méxico
sobre todo el tyco es
cuando se mezclan la política y la economía, se espera que
un carrito de dos ruedas capaz
la economía influya en las decisiones políticas y no al revés
de voltear sobre su eje
la economía agraria se enfocó cada vez más a la
sí justo como una tortilla, pa
exportación de ciertos productos con ventajas comparativas,
solo que
la contrarreforma agraria de 1992, aprobada durante
el gobierno de carlos salinas de gortari,
también para navidad quiero un hot wheels de barbie
las mejores tierras fueron acaparadas por monopolios internacionales ya sé que no puedes
a tal punto que, para el año 2013, el 80% de los principales productos de agroexportación y algunas industrias traerme uno para mí pero escúchame por qué no mejor cuando vengas derivadas estaba en manos de empresas extranjeras compramos aquí la camioneta nueva
los terneros mexicanos —que probablemente se alimentan de maíz estadounidense— se exportan a estados unidos, donde se engordan más y posteriormente sí, sí, piénsalo
se sacrifican para poder exportar carne al extranjero, y me dices la semana entrante
incluyendo méxico. pero la semana entrante no llega o más bien llega la semana pero
hay demasiada volatilidad lo que le dicen a sonia en los mercados agrícolas es tambiéncomo un llanta a punto de encontrarse con un clavo o mejor dicho como el hueco de una dona cerrar sus fronteras en la mitad del estómago o perder acceso a socios comerciales preocupa a los agricultores lo importante tu papá le dice su mamá es poner un filtro no va avenir este año que salgan mercancías que no entren personas pero pide y si llegan a santaclos a entrar que sean invisibles ese carrito que tanto y se conformen quieres tu tyco porque con poco menos del tu papá me contó salario mínimo que le contaron que puedan santa leencargó hacerse chiquitos traerte una y caber caja diez que tiene en un cuarto el tamaño y se exacto levanten de lo que temprano pediste y la mamá no sabe cómo contárselo lo que ya todos en la escuela finalmente sabemos que su papá el tratado no vuelve ni este año de libre ni el otro se le nota comercio la mirada de tristeza y sonia hizo lo mejor lo sabe pero quiere pensar más en el tyco y los colores y la playera de los rugrats que además de esa caja vie para ne otra con el ta este maño exacto de lo que pidió y ya no lo qui país ere: la caja tien sacó e el tamaño exac a tode papá acostadoun do ca mingo alas siete de la mañ da ana antes de ir a la ras pue pa la caja tarda mes blo es en llegar porquel enmé os trámites y el tyco ya xi no tiene baterías co cuando de la de camioneta bajanentre su seis hom zona bres el cuerpo. la caja es to de do lo que pasa la fronte confort ra y llega al centro del país.
50 mg de pregabalina
(nombre comercial: lyrica) todas las noches, todos los días desde hace un mes.
50 mg de pregabalina que me despiertan a mitad de la madrugada cuando se pasa el efecto.
50 mg que son una dosis bajísima para mi estado de ansiedad generalizado y enormísimo que se traduce en que me duele todo.
las rodillas, por principio, las manos: el dolor es una forma de parálisis.
paciencia, dicen, aprender a vivir, dicen. falta. ausencia. aprender a vivir.
tengo un medicamento que me mantiene funcional
que me deja seguir inserta en la realidad.
no ser un problema para nadie.
un medicamento cuyas consecuencias no me fueron advertidas. 50 mg.
no se disculpe a nadie. inserta.
y no dejar de trabajar, y no enfermarme, y no sentir: un guante entre yo y el mundo.
los trastornos de ansiedad son culpa de cada uno. 50 mg.
enfermarse es culpa de cada uno. no cuidarse.
el cuerpo que se enferma es un cuerpo individual que se enferma.
sujeto o sujeta que padece.
sujeto o sujeta a quien le duele una parte del cuerpo y sólo eso:
sujeto o sujeta que enferma y muere porque el cuerpo no responde.
sujeto o sujeta que no es/está sana.
un cuerpo que se enferma es sólo eso: 50 mg.
proceso de degradación, desgaste, acumulaciones sobre el desgaste: rodillas vencidas, columna pandeada.
un cuerpo 50 mg que se enferma es un cuerpo sustraído del flujo productivo: hoy no trabajas, no escribes, no lees.
un cuerpo que se enferma y duele es un cuerpo que le cuesta al estado.
un, digamos, poeta que se enferma no es:
-alguien cuyo currículum se sostenía, y sin embargo.
-alguien que esperaba una plaza y sin embargo
-alguien que no recibió la plaza y entonces: no aguinaldo, no dinero para la renta, no completar el gasto de fin de mes.
-alguien que no tiene seguro porque híjole las prestaciones cada vez más difíciles híjole el pago a 75 por hora, híjole ahora sí para la otra
50 mg
un poeta que se enferma se enferma porque es bonito que le duela el mundo nunca
porque le duelen los ojos de leer, corregir, traducir, editar veinte horas seguidas.
un, por ejemplo, poeta que se enferma es su cuerpo y no los nombres y apellidos de las personas que le dijeron no.
un poeta que se enferma es un cuerpo que trabaja y sin embargo.
un poeta que se enferma es un poeta que no tomó ansiolíticos a tiempo:
el ansia es un problema individual, son los nervios, las neurosis, el temperamento. 50 mg.
un sujeto/sujeta/poeta/maestro/maestra/adulta/adulto/padre/madre que se enferma no se enferma por precariedad, por el flujo del capital, no se enferma por neoliberalismo.
un poeta que se muere escribe exactamente sesenta y un días antes de morir no se disculpe a nadie de mi muerte y lo retuiteamos.
no nos disculpen: hacer de palabras una fiesta para que un día el recuerdo
llegue luminoso y potente y luminoso:
PENSEMOS EN TODOS LOS OTROS CUERPOS INVISIBLES, CON SUS PUÑOS
ALZADOS, ACURRUCADOS Y FUERA DE VISTA. ¿CÓMO SE ROMPE LA VENTANA
DE UN BANCO CON UN LADRILLO SI NO PUEDES SALIR DE LA CAMA?1
un cuerpo que duele y que se enferma y habla es político y es un duelo y es una forma común de lo vulnerable y es una forma también de resistencia.
pensemos en los otros cuerpos que nos rodean y que son, también, la ausencia del poeta: no se disculpe a nadie. 50 mg
la violencia médica-retórica-sistémica-retórica:
sistemas de seguridad social, y vivienda, y trabajos dignos y todo eso.
que la alegría no se apague con el precio de los combustibles.
que en cualquier caso los 50mg estén al alcance de la mano.
una mujer que se llama ramira
una maestra que se llama ramira
una mujer que es maestra y se llama ramira.
ramira da clases en una secundaria
atiende a los niños
les sonríe como si fueran el marido que
ella cree que le falta como si fueran
sus hijos cuando se portan bien
como si su perrito
cuando no se caga en los sillones.
ramira tiene el pelo corto y por eso
pudo quitarse pronto
la cucaracha que le arrojaron un día
por eso entre su cabello esponjado
sintió apenas las patas.
ramira usa falda larga y medias
y una sonrisa
que se pone cada día
antes de llegar a la escuela y se la quita
diez minutos antes
de que suene el timbre de salida.
ramira tiene la nariz chueca por esa vez
que sus alumnos le cerraron la puerta
en la cara que le cerraron que se rieron
que le dijeron ya no puede pasar y pusieron música y
bailaron.
tan decentes ellos que se ven
tan en una escuela cara tan con tanto caché
y ella con tan poco pero tanta necesidad pero tanta
ramira que da clases de química y matemáticas
pero qusiera a veces escaparse a tomar la de español
y hacerse chiquita y quitarse las canas y
sonreírle a sus alumnos como si fuera otra alumna
y que ellos no la vieran
como si algo no estuviera bien en su cabeza.
ramira se llama y todos los días se levanta
cuando todavía es de noche
y nunca alcanza a beberse su café
porque está prohibido entrar con bebidas
al salón y sus alumnos
hoy, ella no lo sabe todavía
pero sus alumnos
el más seriecito de todos
entró con un bulto extra en la mochila
qué es eso fulanito
qué es eso fulanito
qué es eso fulanito
qué es eso fulanito
na
da
miss
no es
na
da
dijo fulanito
antes de encender la flama
y arrojar la botella
y arrojar la molotov hacia el escritorio
de ramira
quien pela los ojos grandes muy grandes
y dice pero qué y nada
y dice pero quién y nadie
y ramira piensa elucubra asume concluye redunda
con las certezas bien puestas
con las certezas que le pusieron en la cabecita
que el problema no es
ella
que el problema no es
los niños
que el problema no es
el país
que el problema no es
tanta cosa
sino apenas uno
el más importante
llega el director
se acerca al salón de ramira
no.
no.
el salón.
piensa ella antes de desvanecerse antes de caer
del humo o de la impresión
antes de dejar de ver y de entender
piensa
ya muy cierta que el problema
es que en su escuela
acepten a tanto niño
que viene de la escuela pública
porque así no se puede.
escuela. pública. ramira. no puede.
así no.
mezclar clases, qué se creen.
categorías de personas.
y entonces ramira recuerda
que ella también
viene de la escuela pública
toda su vida
en salones de cuarenta alumnos.
a ramira le enseñaron a decir
niños de escuela pública para
decir la gente y no darse cuenta
de que la gente es ella
que el problema no es la gente
sino el salario que no alcanza
los padres que trabajan y no tienen tiempo
aunque quisieran
y entonces: todos domesticaditos
como ella
para que luego alguien les arroje bombas molotov
o cucarachas
o jornadas laborales de doce horas
y total,
aguantarse:
el problema es la escuela pública.
1 esto es de la teoría de la mujer enferma, de Johanna Hedva.