20 abril, 2020

La resaca natural de lo que no pasó

de Julio María | Inéditos, Visual

Las cosas hacia atrás

me gustaría
un poema sobre aquellas cosas que nunca
pudimos tocarnos

dos perros que se quedan pegados por el sexo
y la nariz apuntando en direcciones diferentes

un poema sobre la gravedad que mueve sus colas y las estrellas
y el miedo natural de existir bajo la sombra de las casas
y las nubes

eso me hubieran las palabras

pero salieron de otra forma los silencios de siempre
los sentimientos que jamás pudimos con lo que pasa
entre dos o tres
       cuerpos que nunca

un abrazo hacia atrás
las promesas hacia atrás los errores
como pájaros cayendo hacia atrás las palabras que amamos

un hubiera
como la resaca natural de lo que no pasó
las ganas adentro todavía de suceder con alguien
en cierto lugar a cierta hora
que perdimos

tan toscos tan torpes tanteando

el cariño
el diálogo

los testículos al aire tantas veces tanta música
pero ningún hueso se convirtió en flauta
fuimos necios hasta las orejas pero no fuimos suficientes

ladramos los mismos miedos en los arbustos los fantasmas
nos dieron a morder el mismo palo
                pero no fue suficiente
bostezar bajo la sombra de los árboles nos molestaron las moscas
y escuchamos el zumbido que hacen las cosas antes de quebrarse

hicimos un túnel
orinamos puertas muros jardines

como oro caliente
de todos los secretos
de todas las metáforas
la verdad fue dolorosa
pero no fue suficiente

si estuvieras aquí
te diría tan pocas cosas
incluso
   las que nos hicimos

            callar como si nada
            sentir como si todo

     acurrucarnos
         lamernos

lastimarnos en cámara lenta vimos el cielo transcurrir del azul al amarillo
pero no fue suficiente

el paraíso


la vida hacia atrás acaso
nos comerán los pajaritos picoteando y cantando
mientras el sol nos marchita aquellas cosas
que siempre fueron insuficientes

      no soltarte por ejemplo no romperme hubiera gustado escribir borrando
      pero no fue suficiente

 

No son girasoles

No es verdad.
No buscan el sol.
No florecen

aunque los escribas sobre el agua.
No hacen fotosíntesis.

Por eso tampoco se marchitan.
Las abejas no vuelan en sus bordes.

Una orquídea
es más erótica que un poema.
        Las hortensias son más cerebrales.
Un trébol da más suerte.
Un arbusto esconde mejor la navaja.
Las gardenias huelen más
rico y son chinas
 y tienen 134 variantes.

Tal vez un poema significa
más que un árbol.
Pero un árbol es más significante
que un poema. Incluso cortado
sigue siendo un árbol
y está fijo sobre el mundo:

una imagen donde el paisaje se expande.

Un poema no.
Un poema se mueve o se desplaza
entre los significados que queremos

ver. Todas las cosas que se mueven o
se desplazan
      tienen sentido y dirección

(aunque no es obligatorio conocer la dirección)
(aunque sea inevitable caer sin sentido).

Pero tienes razón.
Los girasoles también se mueven con suavidad,
incluso los girasoles de Van Gogh
se marchitan.
     Entonces quizá un girasol tenga sentido

suavemente. Siempre queremos que las cosas signifiquen algo.

Nos parecemos al coyote que persigue un correcaminos:
     un poema que nunca terminará en nuestras manos.

Un girasol podría ser un poema.
Pero un poema no podría ser un girasol.
Un poema no es duro ni hermoso
ni madura en silencio.
Tenemos piedras más hermosas para eso.
Un poema tampoco es dulce
ni redondo ni brillante ni morado.
Tenemos uvas. Racimos de uvas.

Un cerro en la noche incluso.
Es más oscuro. Más misterioso. Más metafísico.
Más allá o más acá de lo que somos
        bajo las estrellas. En un cerro
podemos morir de frío.
En un poema no.
Por más que lo intentemos.
Morimos de nada.

El poema está vacío
pero es inhabitable.

Por eso nos deja hablando solos.
Por eso intentamos llenarlo en vano.

El cerro sin embargo. El cerro
está lleno de fantasmas y es oscuro
y podemos rodearlo. Caminarlo. Quemarlo.

Podríamos perdernos en el cerro una noche
y llegar a ningún lado. Pero es verdad lo que dices.
También los cerros se mueven con lentitud.
   Tal vez los cerros tengan sentido lentamente.

Tienes razón.
Casi todo se está moviendo de formas muy suaves.
Estamos cayendo en cámara lenta desde hace años.

Pocas personas
pueden quedarse dormidas soñando lechugas frescas y jitomates deliciosos.
Pero todavía menos
pueden quedarse despiertas soñando versos vacíos
o imágenes deformes.
         Da igual.

Tarde o temprano encuentras dos o tres. A veces uno. Solamente.

No lo necesitas
pero de todas formas sabes que lo sientes que
lo perdiste.

        Hablo de un poema
        o me refiero a un girasol.

 

Tablero

Primero blanco y después negro
después blanco y negro después
muchos peones quizá uno al filo
torre caída pero siempre un rey
come caballos

y otra vez lo blanco y lo negro y otra

ves lo blanco a través de lo negro al final
lo blanco
      entonces escribes la vida
      es un tablero de ajedrez

un tablero un paisaje
papalotes negros y blancos y negros

pero qué carajos quieres decir
tú no sabes nada sobre ajedrez nunca viste papalotes volar sobre caballos

da igual
tiene sentido


Julio María / Xalapa, Veracruz, 1990. Artista visual y poeta. Estudió Artes Visuales en la Universidad Veracruzana. Obtuvo el Premio de Poesía Punto de Partida #45 de la UNAM y una mención honorífica en la 3ra Bienal de Arte de Veracruz. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas.