Ocurrirá en este libro que las potencias del poema atraviesen todas las formas de la prosa o viceversa, no importaría el orden porque lo que sí es relevante es que la madre es infinito Aleph, es innombrable, es cegadora, es alfabeto propio de un lenguaje imposible que tiembla y aúlla, que arde.
Vaso Roto Ediciones
En el centro lo frágil
Que aprendáis a llorar el día breve que enfermen vuestras hijas/
y no sepáis/
el nombre exacto para el miedo/
en la garganta se ahogue ese pitido y arda la madera seca de la muerte/
sólo un día/
de atravesadas horas/
y luces que se enciendan rojísimas las luces/
y sean bestias
Nuestras estrellas náuticas
En las noches cerradas, encontrar palabras que iluminen nuestra desesperación es dejarse guiar por las estrellas. Tu poesía, nuestro mapa de hidrógeno. Zurita, el poeta que ha ido más allá de los límites del oficio poético convirtiéndose, y lo digo con las palabras de Hernández Montecinos, en “un artista total, como los del Renacimiento”. Esa mirada oblicua y multifacética nos permite acercarnos a la luz que palpita debajo del mundo, desde distintos ángulos, desarticulando así el horror que empaña nuestra herencia.
Y en Saturno sigue cayendo la lluvia en los anillos
erradiqué al diablo/
limpié libros y amuletos con la bayeta/
lavé las últimas hojas de ficus con la loción facial/
le acaricié todas las raíces aéreas/
aspiré el olor áspero de los geranios en el balcón/
aplasté cuatro moscas esciáridas con mis dedos/
limpié el piso en el ropero/
clasifiqué periódicos y revistas viejas en el baño/
refresqué mis ojos con el esmalte…
Un libro o una llave
Darío reflexiona en torno a la relación entre palabra y mundo en el nivel enunciativo del texto. Quiere, por ejemplo, “calcular el peso neto de esta cosa indigna de llamarse” o afirma: “metí la lengua por el agujero del objeto” (¿y qué es el lenguaje mismo sino una forma de meter la lengua, como una llave que entra en la cerradura, en los objetos?). La palabra ocupa un espacio, tiene un peso y una contundencia tosca y concreta en este libro.
Oratorio, el testimonio de un abandono
Oratorio es un poemario extraordinario. Profundísimo. De una altura tan bella como irreductible. Un poemario que entronca especialmente con la estirpe del misterio. El misterio siempre es problemático, sin que esto sea un problema. El problema es susceptible de resolución; el misterio no. El problema tiene un cuerpo, un contorno; el misterio nos atrapa, nos invoca, nos implica: estamos en él.
Historia y elegía
Al no poder alcanzar la idealización imposible, es en la propia descripción del proceso donde nace la escritura. Una escritura que es, al mismo tiempo, un misterio por resolver (“siempre alivia creer que hay un secreto”) y una necesidad de acercarse en palabras de aquellos otros que ya intentaron solucionarlo (“tengo que decir lo que se dice”, cita a Herodoto).
Recuento de nostalgia de la muerte
Christian Peña es un poeta que arma sus libros con la madera de la tradición; es decir, con la palabra de los viejos poetas que nos enseñaron, entre muchas otras cosas, la lotería, el dos de muertos, los trenes de juguetería, la piedra de sol y los paisajes.