agosto 2025 / Inéditos

¿Entonces comenzaré todo de nuevo, pero sin escalas?

Lo que quedó de los noventas

Bob Ross
pinta en mi cara un paisaje
de árboles magullados
envueltos en una perfección pétrea.
Mandela fue elegido presidente,
una y otra vez,
hasta que se hizo un monstruo,
una dictadura autodenominada como mandelista,
pero eso solamente fue un mal sueño de Colosio,
justo antes de morir.
Bob Ross decía que era sencillo,
con esa voz en español súper-puesto,
y ese afro que podía haber sido una vagina.
Mi cara seguía fresca,
obedecí a un impulso incomprensible,
encendí un cigarrillo y busqué mis nervios,
mi estrés y estreñimiento,
en un tipo de depresión generacional,
inconexa en internet.
Terminé refugiada,
en una luz azul neón,
con cigarros y cervezas,
buscando a Ren y Stimpy,
recordando cuando niña,
me masturbaba mirando
algún capítulo al azar.
¿Por qué Ren y Stimpy me provocaban?
Quizás lo grotesco,
quizás las groserías aisladas,
quizás el poder revitalizante
de ser una caricatura
que podía hacerte sentir
el aroma de la pestilencia
y la ineptitud de unos brutos.
Me tiré la cerveza encima
y Bob Ross entendió
que los paisajes perfectos
eran lo más triste del mundo.
Ofreció, sin duda alguna,
hacer una pinturita de Minnie Mouse,
a lo que uno se niega, por pura dignidad.
Tomé la última botella llorando fuerte
con conversaciones sin sentido, pero
con una pequeña sonrisa de satisfacción
pasando entre mi generación
—el lugar más solo para llorar
o llevar a cuestas tus problemas—.
Mis pasos se van quebrando
y sigo diciendo que tengo un sueño,
algún sueño en algún lado.
Muevo la toga, y aviento el birrete
entre toda mi generación,
en la ciudad de los sueños rotos,
en lo que quedó de los noventas.

*

Prefiero ser un chicle de clorofila
en el hocico de cualquier vago.

Poeta

De verte a no verte de una tripa que baja del cielo
a tus entrañas de nuevo. De ti al apurar una cerveza
como lágrima. De ti hacia tus diantres, tus abscesos de ideas,
tus ojos sensibles, qué de ti yo puedo sino amarte.
Qué de ti sino acompañar tu silencio a la hora de sentir
cuando tu cuerpo en reposo al abrazo de tu corazón
escondido y pequeño de cabeza guardada como pájaro.
Qué de ti, de tu cuerpo, a tus largas piernas
de aguante contrarrestado, a tu movimiento pélvico
de ola a otro, tu hueso en la cadera, al hueco de tu pierna
levantada, a la forma de tus nalgas, abiertas
rebozadas felices, tu espalda hermosa, tu pecho
de calores de incendio, a tu cuerpo en reposo,
a verte en acción, serte fija y franca cuando eres
poeta, cuando tu voz se deshace convirtiéndote
en máquina de poderes inhumanos,
y de nuevo a tu cuerpo en reposo, intentar verte
en reposo, vulnerable, sin amarte enloquecidamente
sin confundir aquellos sentimientos
lectores con aquellos carnales,
con estos de amor de verte a no verte
el corazón escondido entre picas y escaleras,
tu corazón el menos escondido de los corazones.
De verte a no verte rezar porque comas cielo
y mera tierra, para se te entierren los ojos buenos
y ya, si no me amas, y ya, si no busca tu parte poeta,
buscarme, o si tu carnalidad se cansó de nuestro
descanso suave, rociaré ácido muriático a
tus fotos mientras le explico a las cutículas
de mis neuronas que al poeta se le lee.

*

Nos amenazan las neuronas.
No tengo talento ni soy mineral, (estoy) jodido.

Me corriste
Me voy,
a robar,
comida,
porque,
cisne,
negro,
terrible,
terrible,
terriblemente negro,
yo,
ya,
me voy,
me robo,
tu sudadera,
llorando,
me voy,
a robar comida,
a robar,
una botella,
que no robo,
una botella,
negra,
que rompo,
frente,
al policía,
botella,
terriblemente negra,
me topo,
al policía,
odio al policía,
odio,
mi triste,
odio,
el terriblemente,
terrible negro,
tu rostro,
horrible,
subo a la patrulla,
negra,
terriblemente estrecha,
sin la botella,
me preguntan,
qué,
a dónde,
quién,
terriblemente soy,
me aburro,
rompí,
la botella,
frente al policía,
nadie te golpeó,
la noche anterior,
porque me puse,
enfrente de tu pecho.

Tengo,
tu sudadera,
negra,
terriblemente nueva,
negra,
negra,
como tú.

*

No no,
nada,
lava,
magenta,
magma,
no.

Tú,
todo,
adiós,
sé,
sé,
se,
se,
acabó.
Pre,
pre-fiero,
pre-historia,
pre-idiota,
pre-ga,
que,
no,
me hace,
nada,
ni tomada,
ni inhalada.
Pre-térito,
pre-me caí,
pre-cogía,
con un chico,
de colorado,
un chico guapo,
que habla,
lo que sea.

Le gusté,
robé alcohol para ti,
robé nada,
dejé el trabajo,
por ti,
dejé nada,
me rompí,
una vena,
con tu cara,
fea,
horrible,
horrible.

Oficialmente no creo,
en nada,
Akira no existe,
tú vete a dormir,
pixel,
de cara fea,
color azul.

*

Muy bonita que te ves de tonta.

*

Me acabo de morder el rabo.
Solamente viernes, sábado y domingo.

¡Contigo!

Ahora, quiero enlistar cosas con las que me puedo drogar,
será lo único que haga durante un mes completo, o algo así.

Me voy a drogar con telarañas, leyendo a Juan Gelman,
me voy a drogar con discos compactos hechos polvo,
me voy a drogar con hilos de plátanos desecados,
me voy a drogar con amapolas, escuchando Octopus,
me voy a drogar con el trasero de tu hija, inhalando coca,
me voy a drogar con nuez moscada, mirando tus ojos,
me voy a drogar con televisión de los 90’s triturada,
me voy a drogar con tus poemas y tu voz de niño,
me voy a drogar con paracetamol y casi moriré de sobredosis,
entonces comenzaré de nuevo, pero sin escalas,
me drogaré con cadillacs color rojo, contigo,
me drogaré con revólveres y pólvora, contigo,
me drogaré con peyote, y te besaré los testículos,
me drogaré con LSD, y te lameré los ojos,
me drogaré con leche en polvo, y te amaré,
me drogaré con dextrometorfano, y te acariciaré
me drogaré con paracetamol, por si me dueles,
me drogaré con aire comprimido, y te susurraré:

   Los mejores poemas que algún día escribiré.

Buscaré las palabras más bonitas durante el jurásico,
encontraré al eslabón perdido, y volveré a la cama.

Ahora enlistaré cosas que siempre he querido hacer,
será lo único que haga durante un mes completo, o algo así.

Saltar de un avión sin paracaídas, leyendo a Enrique Lihn,
aprender a bailar salsa, bailar contigo y quedar
hechos polvo,
romper todas las constituciones del mundo
y hacer presidentes desecados,
tener un hijo que no vaya a la escuela
y viva escuchando Evil Eye,
robar en todos los supermercados, inhalando coca,
despertar todas las mañanas, mirando tus ojos,
asaltar a un antílope con una pistola triturada,
dormir siempre escuchando a mi lado tu voz de niño,
drogarme por siempre y casi morir de sobredosis.

¿Entonces comenzaré todo de nuevo, pero sin escalas?

* Poemas pertenecientes a El cielo detrás, México, Niño Down Editorial, 2025.

Fotografía: Agosto D. Lombardo.


Autor

Sofía Ochola Chávez

México, 1994-2020. Poeta. Escribió una decena de libros que se perdieron con su trágico fallecimiento. De su amplia producción, se ha rescatado recientemente el título El cielo detrás (2025).

agosto 2025