La vida abierta de Valeria List —libro ganador del Premio de Poesía Joven de la UNAM en 2019—, es un repertorio poético que nos sitúa frente a diversas formas de entender la poesía, el conocimiento y el concepto de vida. El título es atinado, por hermoso y certero, porque alude a una forma de comprender y de mirar. La vida abierta,desplegada en sus diversos aconteceres, es un viaje. Y los viajes se encuentran repletos de experiencias, por eso no se trata de un libro uniforme con principio y fin; es un libro de saltos, de aproximaciones, de combinatorias sutiles y de exploraciones múltiples.
Reseñas
Enterrar la memoria de los muertos no es posible
En el libro de Illanes, Diario de peste, hay dos detonaciones, “Diario de peste” y “Ciudad Lumpen”, donde la primera se contiene a sí misma, y contiene a la segunda, que a su vez reivindica a la anterior y la totalidad, si es eso posible.
Como lo cita Roger Santivañez, en su comienzo hay una declaración de principios: “Imágenes sudacas, fragantes,/ malolientes, a veces pavorosas”. Este eje se dispersa continuamente para reforzarse, en tanto se construye desde un exilio, en el que se navega cual un pez en el aire.
Volver al río
Cuando desaparece una lengua, algo de nuestra humanidad se pierde con ella. Sin embargo, perder implica cierto azar; por ello, la palabra “pérdida” no describe lo que Nadia López García cuenta en Isu Ichi / El camino del venado, el primer libro de poesía en una lengua originaria publicado por la Dirección de Literatura de la UNAM.
La flor fecunda
Dicen las jacarandas es una obra breve y llena de vitalidad, como la temporada de sus árboles. Su autor es un ilusionista, presenta flores traducidas en poemas —traducidos en flores—, convertidas en una sensibilidad flamante que nos permite residir de un modo distinto entre lo conocido. Inaugura el libro la imagen de una jacaranda absoluta que se multiplica y hace crecer sus raíces a lo largo de todos los poemas.
El cuarto del lenguaje
El lenguaje poético se vuelve un estado de conciencia que nos permite contactar mucho más profundamente con lo que sentimos y pensamos, y es una manera particular de concentrarnos en los hechos. Digo esto porque en la poesía de Coral Bracho hay un esfuerzo sostenido de afinar el instrumento del lenguaje para registrar con él minuciosamente realidades muy diversas que son de su interés. Y, en este sentido, haría también la analogía con la del instrumento musical, pues sé que la música y el conocimiento son motivos fundamentales en la vida y la obra de la autora.
La máquina análoga de poesía millennial
La poesía atestigua una época, la matiza y la confronta. Las construcciones de la violencia y el amor en el imaginario de Antibiótica definen una generación, pero también brindan el privilegio del voyerista: observar de cerca y sin peligro el derrumbe de los afectos.
La tentación de la belleza
Este es un libro que existe, me parece, gracias a la tentación de la belleza, a pesar de todo; aun cuando el poema sea un “vertedero de lágrimas”. La poeta nos expone sus decepciones con respecto a otras verdades supuestamente tan absolutas como la autoridad de nuestros mayores: el hecho de que multiplicar una mitad por otra mitad resulta en solo un cuarto, por ejemplo, o el hecho de que la fe entera se base en una llaga en el costado de Cristo. O el hecho de que todo, hasta la forma de las letras, se convierte en brújulas mínimas que no bastan para que encontremos nuestro camino.
Lectura creativa
Cuando escribimos poemas somos revolucionarios
lo hacemos con gran energía,
con rebeldía y violencia contra la lengua,
radicalizamos nuestro pensamiento
y radicalizamos su expresión en nuestros versos.
O, al menos, tratamos de hacerlo.
Pero cuando leemos,
cuando leemos poemas somos unos mansos corderitos,
sumisos y obedientes a la clausura semántica y comunicativa […]
La plenitud de la otra parte
Se bordea aquí el mundo intransmisible, rugiente, donde el poeta inversamente heroico ya no soporta su propio cripticismo: Celan hunde para siempre sus traducciones en la Sena, Osip Mandelstam en su invulnerable libertad, tan frágil e incorpóreo —memoria de Nadiezhda— o Ruth Klüger que ilumina la pura libertad de la bondad. Acción pura: estamos frente a poema y Jaffé traduce.
No estábamos allí: Sobre la poesía de Jordi Doce
El lugar de la ausencia. El lector siente, en los poemas de Jordi Doce, que algo importante de lo que allí acontece, tal vez lo decisivo, no se nos dice y, sin embargo, de una manera intensa y concreta, está presente. La lectura apunta siempre a otro lugar, hay un continuo desplazamiento, la sensación de habitar un terreno indeciso, una tierra de nadie.