Por diez veces la perla de los cielos,
Astro de paz, cuyo fulgor platea
Los seculares cedros de los bosques,
De los abismos las lejanas quiebras:
Por diez veces su disco, que apacible
La faz amabilísima semeja,
De un ángel, que vigila por él triste,
Desde el cenit de la cerúlea esfera: