noviembre 2024 / Dossier

Traducir poesía

 

 
¿Qué llega primero: la traducción o la escritura?

Creo que para cada autor la historia es diferente. Sin embargo, es el mismo motor el que las propicia. Traducir es, en realidad, escribir; escribir es traducir un mensaje interior o exterior. La única diferencia que veo entre ambas actividades radica, tal vez, en la nobleza de la traducción que, para quien está leyendo siempre, puede surgir de cualquier lado. En cambio, la escritura del poema como tal resulta más elusiva.

 
¿Cuáles son tus lenguas de trabajo?

El español, el inglés y el alemán.

 
¿Cómo concibes tu labor como traductora de poesía?

No veo diferencia entre escribir o traducir un poema, así que la concibo como una creación.

 
¿Consideras que la traducción de poesía es un género o subgénero literario en sí misma?

Sí, porque implica los mismos riesgos y exige la misma dedicación que la escritura original. O hasta más.

 
¿Cuál es el mayor reto de traducir poesía?

Encontrar la resonancia adecuada que haga al poema nacer como si se hubiera escrito en esa segunda lengua.

 
¿Recuerdas algún problema de traducción en específico?

Hallar la música que mejor lo refleje.

 
¿Qué libro de poesía, poema o poeta te hubiera gustado traducir y por qué?

“The Man and the Echo”, de W. B. Yeats. Por su contenido y la música de la palabra que resuena dentro de él a la perfección.

 
¿La traducción de poesía resulta económicamente viable?

No.

 
¿A qué traductora, traductor o traductore admiras?

A Tomás Segovia, por su destreza y versatilidad, por los riesgos que corre sin ningún pendiente.

 
¿Qué poema traducido por alguien más recomiendas?

Un Dolor es más claro en Primavera
contra todos los cantos que resuenan
no las Aves – sino los Pensamientos –
Fulgores diminutos y el Aliento –
cuando queda deshecho su motivo
para cantar, a quién le importa el Trino
del Azulejo – si la Vida Eterna
esperó a que rodaran una Piedra –

(Emily Dickinson, Las ruedas de las aves, trad. de Juan Carlos Calvillo, Aquelarre Ediciones, México, 2020).
 


Autor

Pura López Colomé

/ Ciudad de México, 1952. Poeta, ensayista y traductora. Recibió el Premio Nacional de Traducción de Poesía 1992 por Isla de las estaciones, de Seamus Heaney, el Premio Xavier Villaurrutia 2007 por Santo y seña y el Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2019 por el conjunto de su obra. Ha traducido a autores como Hilda Doolittle, Robert Hass, William Carlos Williams, Philip Larkin y Hans Magnus Enzensberger, entre otros. En 2013 publicó Poemas reunidos (1984-2012) en la colección Práctica Mortal del Conaculta. Su título más reciente es Expósita (2024).

noviembre 2024