Delta de sol vino como un deseo de impregnar, expandir, abarcar todas nuestras posibilidades como seres humanos, pensando en esa agua como un flujo cargado de sol. El inicio es un impulso hacia el amor, provocado por un ojo-agua, que se vuelve arrojo, río, mar, hasta ser un delta que se bifurca continuamente, compartiendo el amor, tomando la totalidad con sus aguas. El agua es creación, es vida; está más allá de la muerte, está en la continua transformación de lo que somos.