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Recuerdo de Prevert y Kosma |
Por Jorge Fondebrider |
Kosma había nacido en Budapest. Músico precoz, a los 12 años ya había compuesto una ópera. En tanto judío, se le niega… |
Recuerdo de Prevert y Kosma |
Por Jorge Fondebrider |
Kosma había nacido en Budapest. Músico precoz, a los 12 años ya había compuesto una ópera. En tanto judío, se le niega la posibilidad de asistir a la universidad para estudiar literatura y filosofía. En cambio, estudia en el Conservatorio Franz Liszt y en la Academia Nacional de Música, donde conoce a Béla Bartók. En 1929 viaja a estudiar a Berlín. Poco después abandona los estudios clásicos y se relaciona con el círculo de Bertold Brecht y, a través de Kurt Weill y Hanns Eisler, descubre las posibilidades del teatro musical y de la canción política. En 1933, Alemania no es el mejor lugar para un judío húngaro y Kosma llega a París, donde, sin un peso, se convierte en acompañante de piano. Pero lo que le interesa en realidad es el cine y en sus suburbios conoce a Prevert quien, para ese entonces, ya había sido soldado en la Primera Guerra y miembro del grupo surrealista. En 1928, junto a su hermano Pierre, Prevert había fundado una pequeña productora cinematográfica y teatral, y se había constituido en algo así como el líder del grupo teatral “Octubre”, al que se vinculó primero al PC francés y luego al trotskismo. Promediando los años cincuenta, cada cual siguió su camino. Prevert fue el popular poeta de Paroles (1946) y el miembro más conspicuo del colegio patafísico. Kosma alcanzaría a crear la banda de sonido de unos cien filmes y le pondría música a poemas de Robert Desnos, Raymond Queneau y, curiosamente, Jean-Paul Sastre. Ambos formaron parte de ese momento excepcional en que el gran arte francés era popular. Después llegó el Nouveau Roman, la revista Tel Quel, el estructuralismo, en fin: lo que se sabe. |
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